La reina Isabel II, 70 años de retratos entre lienzos y fotografías
La imagen de la reina Isabel II se convirtió en una de las más reconocidas a nivel mundial. Su rostro ha adornado lienzos, billetes y estampillas.
Andrea Jaramillo Caro
La monarca reinante más larga de la historia británica, la reina Isabel II del Reino Unido, falleció en horas de la noche en su castillo escocés en Balmoral rodeada de su familia. Durante sus 96 años de vida la reina y jefe de Estado de las 15 naciones de la mancomunidad fue inmortalizada en diferentes ocasiones y por varios artistas en lienzos, fotografías, estampillas, monedas, billetes e incuso con una muñeca Barbie. A lo largo de su reinado se popularizó la fotografía a color, la televisión, el internet, las redes sociales y la inmediatez. Durante sus 70 años de gobierno el rostro de la reina Isabel II adornó más que elementos culturales como pinturas, también fue estampada en camisetas y platos, convirtiéndola en un icono cultural.
Gracias por ser nuestro usuario. Apreciado lector, te invitamos a suscribirte a uno de nuestros planes para continuar disfrutando de este contenido exclusivo.El Espectador, el valor de la información.
La monarca reinante más larga de la historia británica, la reina Isabel II del Reino Unido, falleció en horas de la noche en su castillo escocés en Balmoral rodeada de su familia. Durante sus 96 años de vida la reina y jefe de Estado de las 15 naciones de la mancomunidad fue inmortalizada en diferentes ocasiones y por varios artistas en lienzos, fotografías, estampillas, monedas, billetes e incuso con una muñeca Barbie. A lo largo de su reinado se popularizó la fotografía a color, la televisión, el internet, las redes sociales y la inmediatez. Durante sus 70 años de gobierno el rostro de la reina Isabel II adornó más que elementos culturales como pinturas, también fue estampada en camisetas y platos, convirtiéndola en un icono cultural.
El rostro de la monarquía en óleo, fotografía y otros medios
La reina posó unas mil veces para sus retratos oficiales desde que ascendió al trono y esto la hizo la mujer más retratada de la historia. Cada vez que un fotógrafo o artista la tuvo al frente quiso resaltar un aspecto diferente de la regente más longeva que tuvo el Reino Unido. Desde la afamada fotógrafa Annie Leibovitz, hasta los pintores Lucian Freud, Pietro Annigoni y Cecil Beaton se esforzaron por mostrar diferentes ángulos de la monarca en las veces que se dispuso a posar para ellos. Pero más allá de los retratos oficiales la soberana también inspiró a otros artistas como Andy Warhol a capturar su imagen. Más recientemente la reina permitió que su retrato se alejara de lo tradicional, por lo que artistas como Justin Mortimer y Jamie Reid utilizaron su imagen en un estilo más contemporáneo.
Le sugerimos: Cinco películas y series que narran la vida de la reina Isabel II
La primera vez que la recién coronada reina posó para un retrato fue el 26 de febrero 1952, apenas 20 días después de su ascenso al trono, con la fotógrafa Dorothy Wilding. Las 59 tomas fueron utilizadas desde entonces como la primera imagen pública y oficial de Elizabeth Alexandra Marie como reina en estampillas y enviadas a embajadas británicas alrededor del mundo. “Estoy encantada de que me haya encargado realizar los retratos con la ocasión de su ascenso al trono”, afirmó la fotógrafa en su momento.
La fotografía de una joven reina de 25 años se fijó en las estampillas hasta 1971, pero su retrato real de coronación fue tomado por el fotógrafo de moda Cecil Beaton. Sobre este Louisa Buck de The Art Newspaper escribió: “Adornada con todos los atuendos de la Corona del Estado Imperial, el orbe y el cetro, y vestida con una capa de armiño y un vestido de coronación dorado diseñado por el modisto Norman Hartnell, la Reina se presenta como una monarca de cuento de hadas a toda velocidad con Beaton incrementando aún más el sentido teatral de historia con un fondo pintado de la Lady Chapel gótica en la Abadía de Westminster”.
Cuando su rostro llegó a ser capturado en la pintura, el primero en crear una pieza de este tipo fue el pintor Pietro Annigoni, quien favorecía las técnicas renacentistas sobre los avances modernos. Utilizó témperas, óleo y tinta sobre papel para capturar a la joven reina en 1954 vestida con la capa de la Orden de la Jarretera, “Elizabeth parece distante y majestuosa, pero también es una heroína malhumorada sacada directamente de las novelas de Daphne du Maurier, que eran especialmente populares en ese momento”, escribió Buck. Aunque Annigoni retrató a la reina desde el Salón Amarillo, su favorito para posar para retratos, en el Palacio de Buckingham, la pintura final muestra a Isabel II frente a un paisaje rural imponente con un río en el que un hombre pesca detrás de ella. La obra fue encargada por la Venerable Compañía de Pescaderos.
Podría interesarle: La reina Isabel II, la historia de un rostro real que le dio la vuelta al mundo
El artista, que la retrató en otras dos ocasiones, recordó que se sentía abrumado por la presencia de la monarca de 28 años y que, para suavizar la tensión, le contó que de niña solía ver a las personas pasar desde su ventana. “Sus palabras fueron como un reflector que iluminaba mi camino”, dijo. “La vi inmediatamente como la Reina que, aunque querida en los corazones de millones de personas a las que amaba, estaba sola y lejana”.
En 1977, con las celebraciones del jubileo de plata en proceso, el artista Jamie Reid accedió a diseñar la imagen para el sencillo de Sex Pistols: God save the Queen. El artista eliminó los ojos y la boca de la fotografía de la reina que había tomado Peter Grugeon y en esos espacios puso el nombre de la canción y la banda con letras recortadas. La pieza retocada la puso sobre una bandera británica y en los medios del momento la obra de Reid fue vista como una nota de rescate y un emblema del movimiento punk.
Mientras que Reid y los Sex Pistols enviaban un mensaje con la imagen alterada de la monarca, ella celebró su jubileo de plata con un retrato realizado por la artista ecuestre Susan Crawford. En esta ocasión quisieron mostrar uno de los intereses de la reina y la artista la pintó montada sobre Worcran, un caballo de carreras retirado que había pertenecido a su madre, “la artista viajó a Windsor para el retrato y dibujó a la reina cabalgando, mareándose mientras ella cabalgaba en círculos a su alrededor. Estudió el movimiento y el físico de Worcran, así como la relación entre el caballo y la jinete, y terminó la pintura después de una sesión más en el Palacio de Buckingham”, escribió Charlotte Mullins para la revista Country Park.
Podría interesarle: La Reina Isabel II y la familia Windsor en la literatura
Cuando la soberana tenía 60 años, otro retrato de ella fue revelado. Esta vez el encargado fue el diseñador gráfico convertido en artista Michael Leonard, a quien la revista Reader’s Digest comisionó su retrato para conmemorar su cumpleaños. Leonard fue hasta el Palacio de Buckingham, donde la retrató en su salón favorito vestida de amarillo con una sonrisa en el rostro, un atisbo de gris en su pelo y uno de sus corgis, Spark, junto a ella. “Partes de esta pintura fotorrealista están increíblemente detalladas, en particular los contornos del rostro de la Reina y las sombras proyectadas por su collar de perlas. Sin embargo, el efecto general es de monotonía, de una imagen pulida de la monarca que sugiere que todavía está de servicio, con la espalda erguida y una sonrisa profesional en su lugar”, escribió Mullins.
Sin embargo, otro de los retratos oficiales para los que la reina posó, en 1997, significó un cambio en la percepción de la monarca. La pintura que realizó Justin Mortimer en óleo sobre lienzo muestra a la monarca sobre un fondo amarillo con su cabeza separada de su cuerpo, como flotando. Aunque la obra causó controversia cuando fue revelada por primera vez, el artista argumentó que pintó a la soberana de esa forma ya que “sentí que ella era de otra época”, dijo la artista al Wall Street Journal. “No tengo nada en común con ella aparte de ser inglés”. En su momento el Daily Mail lo calificó como un artista “tonto” que decapitó a la reina.
Con la entrada del nuevo siglo la reina fue retratada por el reconocido pintor Lucien Freud entre el año 2000 y 2001. La reina y el artista se encontraron durante dieciocho meses en el estudio de conservación del Palacio Saint James de Londres. Al principio, en junio del año 2000, ninguno de los dos estuvo de acuerdo en el lugar donde ella sería retratada, pues él prefería su estudio en Kensington y ella el Palacio de Buckingham. El resultado de sus encuentros fue una de las pinturas más pequeñas de Freud, apenas 22.5 x 16.5 centímetros, en la que enfocó el rostro de la monarca engalanada con la corona de diamantes de 1820, que el artista había requerido que utilizara. El retrato se hizo por solicitud del mismo Freud y él luego decidió donarlo al Royal Collection Trust.
Le puede interesar: La reina Isabel II, admiradora del fútbol y aficionada a las carreras de caballos
“Sus ojos están entrecerrados, sus labios firmemente apretados y su chaqueta azul arroja una sombra oscura sobre su cuello y barbilla. Freud agregó la diadema de diamantes en una etapa tardía, teniendo que extender su lienzo para acomodarla. La diadema brilla a la luz, pero parece una carga pesada. En total, el retrato de Freud no es halagador, pero se siente muy real. Aplicada con gruesas pinceladas gestuales, la pintura parece dar vida al rostro. Desde los tonos de piel de albaricoque hasta los remolinos de cabello gris y blanco, sentimos a una persona viva que respira dentro de los confines del pequeño lienzo. Freud capturó a la mujer detrás de la corona y las presiones de gobernar el país sola”, escribió Mullins sobre la obra.
Con las nuevas tecnologías en desarrollo un retrato realizado en 2004 mostró a la reina Isabel II de una forma más solemne. En la obra del artista Chris Levine la monarca aparece con los ojos cerrados, como si estuviera descansando, utilizando la misma corona que portó para Lucien Freud, con sus labios rojos y un abrigo blanco. Esta versión se dio por pura casualidad, ya que el retrato oficial la muestra con los ojos abiertos. Esta pieza no es una fotografía o una pintura, la obra fue realizada como una impresión lenticular. Esta emplea tecnología en la que los lentes lenticulares otorgan a la imagen un sentido de profundidad.
Le recomendamos: Invitados, iglesia y días de duelo: así será el funeral de la reina Isabel
El retrato de la reina fue encargado por el Jersey Heritage Trust, de la monarca parece que emanara una luz blanca mientras ella posaba en el Palacio de Buckingham. Levine creó esta pieza usando una cámara lenticular digital de alta resolución, que toma aproximadamente 200 fotos mientras se mueve alrededor de los 360 grados del sujeto a retratar. “Debido a que la cámara debía reiniciarse después de cada circuito, Levine sugirió que la Reina se relajara mientras hacían los ajustes y solo más tarde se dio cuenta de que sin darse cuenta la había capturado en reposo. Desde entonces, Levine ha reutilizado esta imagen fortuita en varias formas diferentes, incluida una versión con 1100 diamantes blancos para conmemorar el Jubileo de Diamante en 2012″, escribió Buck sobre la obra.
Otro de los retratos más recordados de la soberana inglesa son aquellos que tomó la fotógrafa estadounidense Annie Leibovitz. Ella fue la primera estadounidense en realizar un retrato oficial de la reina en el 2007. Las imágenes fueron encargadas por la casa real para conmemorar su visita de estado a Estados Unidos y los 400 años de la fundación de Jamestown.
“Influenciado por retratos reales icónicos del pasado, en particular los de Cecil Beaton, las fotografías de Leibovitz combinan técnicas modernas con un sentido de tradición”, escribió sobre las fotografías la Royal Collection Trust. La fotógrafa recreó, en una de sus piezas, la foto que había tomado Cecil Beaton de la reina en 1968, en la que portaba la capa naval. La monarca posó para Leibovitz durante 25 minutos en el Palacio de Buckingham y posteriormente su imagen fue integrada digitalmente en diferentes fondos.
La imagen de la reina Isabel II fue reproducida múltiples veces de forma oficial y no oficial, de diversas maneras posibles y con varios materiales artísticos. Cada uno intentó mostrar una faceta diferente de la monarca con el reinado más longevo en el Reino Unido y así se creó la imagen pública de la soberana cuyo rostro más allá de estar en lienzos y fotografías, también fue convertido en mercancía. Su figura y porte influenciaron el arte del siglo XX y XXI e inspiraron una diversa cantidad de sentimientos en artistas alrededor del mundo.
Si le interesa seguir leyendo sobre El Magazín Cultural, puede ingresar aquí 🎭🎨🎻📚📖