Los diamantes de la discordia en la Met Gala 2022
La Gala anual del Museo Metropolitano de Arte es considerada uno de los eventos de moda más importantes del año. El 2 de mayo de 2022 se celebró el evento que llevaba como tema “Gilded glamour” entre trajes ostentosos y controversias.
Andrea Jaramillo Caro
Los titulares sobre la elección de vestuario de la influencer Kim Kardashian no han dejado de aparecer desde que pisó la alfombra roja del Met hace unas semanas. Envuelta en una seda difícil de conseguir, la empresaria causó furor entre la audiencia al llevar el mismo vestido que utilizó Marilyn Monroe en 1962 para canta ‘Feliz cumpleaños’ al presidente John F. Kennedy.
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Los titulares sobre la elección de vestuario de la influencer Kim Kardashian no han dejado de aparecer desde que pisó la alfombra roja del Met hace unas semanas. Envuelta en una seda difícil de conseguir, la empresaria causó furor entre la audiencia al llevar el mismo vestido que utilizó Marilyn Monroe en 1962 para canta ‘Feliz cumpleaños’ al presidente John F. Kennedy.
Las críticas no se hicieron esperar y expertos en conservación, junto con el Consejo Internacional de Museos y el mismo diseñador del vestido, Bob Mackie, rechazaron que la pieza haya sido retirada de su hogar permanente en el museo Ripley. Sin embargo, Kardashian no fue la única que causó controversia en la gala de este año.
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Cuando la cantante y youtuber Emma Chamberlain hizo su entrada muchos repararon en el vestido vintage de Louis Vuitton que portaba, pero otros le prestaron especial atención a la gargantilla de diamantes que adornaba su cuello. Y fue esa pieza de joyería la que causó indignación en redes sociales cuando varios usuarios en redes sociales hicieron la conexión con el collar que perteneció al maharajá indio Bhupinder Singh de Patiala.
El miembro de la realeza y jugador de cricket fue uno de los hombres más ricos del mundo a principios del siglo XX. Entre el año 1900 y 1938 fue el maharajá gobernante del estado principesco de Patiala en la India Británica. Cuando en 1925 un representante del joyero Cartier llegó al Hotel Claridge en París el líder indio le hizo un encargo que se convertiría en una pieza de joyería icónica que después de unos años desapareció y reapareció por pedazos, conocida como el ‘Collar Patiala’.
Según cuenta la historiadora Lauren Kiehna en su blog, el maharajá llegó a Cartier con un tesoro de gemas sueltas con las que pidió que se realizara el collar. Diamantes y rubíes sustraídos de la India se encontraban entre el tesoro, sin embargo, el que sería la joya de la corona se llama el diamante De Beers. Esta piedra preciosa es una de 234.69 quilates, el cual había sido heredado del padre de Singh, y tiene el tamaño de una pelota de golf. El collar de platino cuenta con 2,390 diamantes y, según describió Wendy Moonan del New York Times, “el collar es básicamente de estilo Art Deco; Cartier estuvo a la vanguardia del diseño de joyas, relojes y objetos de arte en estilo Deco. Cuando se completó el collar en 1928, Cartier estaba tan orgulloso de la artesanía que preguntó si se podía exhibir el collar antes de enviarlo a la India. El maharajá estuvo de acuerdo”.
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La joya se convirtió en una característica inalienable del maharajá hasta su muerte en 1938 y la última vez que fue utilizado en público fue en 1941 por su hijo, el maharajá Yavindra Singh. El collar que hoy costaría alrededor de $30 millones de dólares, fue reportado como desaparecido de la tesorería de la familia real en 1948 y durante 34 años se perdió su rastro.
Hasta 1982 el paradero del collar y el séptimo diamante más grande del mundo permaneció oculto. Ese año, en una subasta de Sotheby’s, reapareció el diamante, pero sin el collar. Partes de este fueron encontrados en tiendas de antigüedades en Londres y Cartier se dedicó a restaurar una obra maestra a su antigua gloria a partir de 1998. Reemplazaron las partes faltantes con réplicas y de muchas aún se desconoce el lugar donde descansan. Sin embargo, esto no evitó que la casa de joyería comprara lo que pudo encontrar y tras dos años de restauración comenzara a exhibir la pieza que hoy es una mezcla entre el pasado y el presente.
La razón detrás de las críticas que le llovieron a la cantante se esconde en el componente simbólico que cargan estos diamantes para los habitantes de la India, que ven el acto de que la joven de 20 años los llevara como algo ofensivo por la historia que cargan y la forma en la que terminaron en manos de la casa de joyería.
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El diamante De Beers y el collar Patiala no son las únicas joyas que cargan con una historia turbulenta. El diamante Koh-I-Noor, que se posicionó como la joya de la corona británica, también tiene ese componente ético que se encuentra en la historia de la gargantilla que causó controversia en la noche de la moda.