"La presencia africana no puede reducirse a un fenómeno marginal de nuestra historia. Su fecundidad inunda todas las arterias y nervios del nuevo hombre americano", advirtió el escritor Manuel Zapata Olivella, recordado aquí en la portada de "Manuel Zapata Olivella, un boxeador de la vida por los senderos de sus ancestros".
Foto: Cortesía
La marca de África
Una tarde frente a la bahía de Santa Marta, Manuel me contó que mientras escribía Changó, el gran putas, sintió la necesidad de ir al África, el punto de partida de esa diáspora brutal que empujó a millones de seres humanos como esclavos a las Américas. El proceso creativo le pedía ese viaje a la tierra de los ancestros, pues le urgía atar muchos cabos sueltos sobre la saga que venía investigando hacía más de veinte años para su novela. Allá empezaba la historia que se proponía recabar contra el olvido. Sus...