Noticias

Últimas Noticias

    Política

    Judicial

      Economía

      Mundo

      Bogotá

        Entretenimiento

        Deportes

        Colombia

        El Magazín Cultural

        Salud

          Ambiente

          Investigación

            Educación

              Ciencia

                Género y Diversidad

                Tecnología

                Actualidad

                  Reportajes

                    Historias visuales

                      Colecciones

                        Podcast

                          Cromos

                          Vea

                          Opinión

                          Opinión

                            Editorial

                              Columnistas

                                Caricaturistas

                                  Lectores

                                  Blogs

                                    Suscriptores

                                    Suscriptores

                                      Beneficios

                                        Tus artículos guardados

                                          Somos El Espectador

                                            Estilo de vida

                                            La Red Zoocial

                                            Gastronomía y Recetas

                                              La Huerta

                                                Moda e Industria

                                                  Tarot de Mavé

                                                    Autos

                                                      Juegos

                                                        Pasatiempos

                                                          Horóscopo

                                                            Música

                                                              Turismo

                                                                Marcas EE

                                                                Colombia + 20

                                                                BIBO

                                                                  Responsabilidad Social

                                                                  Justicia Inclusiva

                                                                    Desaparecidos

                                                                      EE Play

                                                                      EE play

                                                                        En Vivo

                                                                          La Pulla

                                                                            Documentales

                                                                              Opinión

                                                                                Las igualadas

                                                                                  Redacción al Desnudo

                                                                                    Colombia +20

                                                                                      Destacados

                                                                                        BIBO

                                                                                          La Red Zoocial

                                                                                            ZonaZ

                                                                                              Centro de Ayuda

                                                                                                Newsletters
                                                                                                Servicios

                                                                                                Servicios

                                                                                                  Descuentos

                                                                                                    Idiomas

                                                                                                    EE ADS

                                                                                                      Cursos y programas

                                                                                                        Más

                                                                                                        Blogs

                                                                                                          Especiales

                                                                                                            Descarga la App

                                                                                                              Edición Impresa

                                                                                                                Suscripción

                                                                                                                  Eventos

                                                                                                                    Foros El Espectador

                                                                                                                      Pauta con nosotros en EE

                                                                                                                        Pauta con nosotros en Cromos

                                                                                                                          Pauta con nosotros en Vea

                                                                                                                            Avisos judiciales

                                                                                                                              Preguntas Frecuentes

                                                                                                                                Contenido Patrocinado
                                                                                                                                19 de julio de 2021 - 09:00 p. m.

                                                                                                                                Los hombres, ciudadanos y acuerdos de las constituciones de 1821 y 1991

                                                                                                                                En el Museo Nacional se expone “Primera y última. Dos cartas para Colombia: 1821-1991”, una muestra que busca que reflexionemos sobre los acuerdos a los que hemos llegado como sociedad, la transformación de la idea de nación y la manera como hemos asumido la ciudadanía colombiana.

                                                                                                                                Laura Camila Arévalo Domínguez

                                                                                                                                Editora de El Magazín cultural
                                                                                                                                Retrato de un Simón Bolívar joven elaborado por el maestro Juan Cárdenas a partir de su investigación histórica.
                                                                                                                                Foto: Juan Cárdenas
                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                En una de las paredes del Museo Nacional hay una serie de cuadros con la cara de Simón Bolívar: Juan Cárdenas, artista colombiano, lo pintó en su etapa de adolescente, de adulto y hasta con las arrugas de su vejez. Detrás de esa figura hay ceremonias visibles de las que se desprenden preguntas que, al parecer, son banales: ¿cuánto tiempo se habrá gastado en vestirse para cada ocasión? ¿Cómo elegía su ropa y cómo la cuidaba? ¿Para qué se vestía? Esos detalles que reflejan los cuadros que registraron cada época de su vida hablan de una probable ceremonia, pero ¿para qué?

                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Hay quienes creen que ciertos hábitos que parecen inútiles forman a un ser humano y lo disciplinan. Creen que a través de esa secuencia de acciones y de esa adecuación del cerebro hay resultados distintos. Y están convencidos de que los rituales importan. Y de que a medida que los años pasan, las máquinas, en teoría, nos hacen la vida más práctica, pero lo que parece estar pasando es que estamos despreciando ciertas rutinas que nos regalaban sentido. Y, al parecer, nuestros antepasados tuvieron certezas por las que lucharon y nosotros, más bien, lo que tenemos son programaciones. Mejor dicho, un cerebro programado. Y por eso es que tal vez ellos murieron convencidos de algo y nosotros vivimos buscando convencernos de cosas que repetimos, pero que tal vez no creemos o ¿por qué es que estamos pidiendo otra constitución? Pero estas son todas reflexiones personales nacidas de la experiencia al ver “Primera y última: dos cartas para Colombia”, una muestra que se colgó hace pocos días y habla sobre las constituciones de 1821 y 1991.

                                                                                                                                La obra de Juan Cárdenas fue incluida en esta exposición para dar cuenta de la sociedad de la época. El pintor, que se formó en Estados Unidos y regresó a Colombia para comenzar a trabajar de caricaturista en periódicos como El Tiempo y La República, ha centrado su obra en la figura humana, sobre todo en su figura, que ha presentado con una serie de variaciones.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                Le invitamos a leer: Detrás del 20 de julio de 1810

                                                                                                                                “A ella se une el espacio como receptáculo de la figura humana; un espacio, generalmente el del taller del artista, poblado de cuadros y muebles que, de manera evidente, está organizado en composiciones abstractas, muchas veces ortogonales, como si fuesen cuadros de Mondrian. Fuera de su estudio, Cárdenas también ha hecho cuadros de paisajes campestres y urbanos. En los primeros hay toques impresionistas y alusiones surrealistas (figuras como apariciones). En los segundos, el orden arquitectónico vuelve a destacar su interés por el arte abstracto geométrico. Sin embargo, toda su producción está especialmente relacionada con el arte del pasado”, escribió Germán Rubiano Caballero en la Gran enciclopedia de Colombia, del Círculo de Lectores, tomo de biografías.

                                                                                                                                Monumento de bronce de José Ignacio de Márquez decapitado que se ubica a la salida de la exposición “Primera y última: dos cartas para Colombia”.
                                                                                                                                Foto: Ugo Luisi y Giovanni Vignali
                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                “Bolívar fue un personaje excepcional; no lo digo yo, lo dice todo la gente que lo conoció. De tanto en tanto aparece un detractor, pero suele ser gente que no ha aportado nada en su vida. Lástima que murió unos nueve años antes del invento de la fotografía. Pero si acaso hubiera alcanzado a ser fotografiado, la cámara lo hubiera captado viejo y demacrado, un poquito antes de su muerte. Uno hubiera querido verlo en sus mejores momentos, en la flor de su juventud, pero lamentablemente no fue posible”, dice Cárdenas, quien tuvo que recurrir a la pintura y a los artistas autodidactas y “sin una formación académica” para reconstruir el rostro del Libertador. Según el pintor, su trabajo fue un poco el de un artista forense.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                De nuestro especial “¡Oh arte inmarcesible!”, le invitamos a leer: El arte germinó durante la dictadura de Rojas Pinilla

                                                                                                                                En la muestra hay una secuencia de Simón Bolívar: de joven, de civil, de viejo, en fondo dorado, etc. ¿Por qué pintar a estos personajes como él o Nariño en distintos roles y etapas de sus vidas? ¿Cómo hizo esas variaciones, investigaciones para pintar esos rasgos?

                                                                                                                                Fue una tarea muy difícil. A veces pienso que fue una locura. He buscado rasgos anatómicos recurrentes en las diferentes versiones, asumiendo que si se repiten en varios retratos es porque existieron en el personaje. Todos estos detalles los comparo con fotografías anatómicas de caras parecidas para corregir lo que el artista hizo y lo que debió ser la realidad. Desde luego, he acudido a descripciones verbales que a veces son subjetivas, como el comentario del general O’Leary de que Bolívar tenía una boca chiquita. ¿Qué tan chiquita es “chiquita”? Y ¿qué tan alta es una frente alta? Cualquier detalle anatómico puede cambiar por completo una cara. Y cuanto más retrocede uno en el tiempo, menos información hay y más difícil es la reconstrucción. De Bolívar joven hay cantidades de versiones, casi todas inventadas. A Bolívar le gustaba hacerse retratar pero, por ejemplo, de Nariño prácticamente no hay información salvo unas cuatro imágenes, ninguna muy confiable, ni siquiera las de Espinosa, que lo conoció.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                También están los paisajes, la sociedad de ese momento reunida en lo que eran nuestras ciudades: en los cuadros se ve cómo usted se imagina esos momentos y esas gentes, pero ¿qué piensa de ellos? ¿Qué quiso reflejar allí y para qué?

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                En todos los países europeos como Italia, Francia, España, sus artistas han dejado un testimonio gráfico extraordinario de su gente y de su historia. Un ejemplo es Louis Boilly, con sus cuadros de la época de la Revolución francesa y la vida urbana e íntima de los parisinos. Es un documento satírico, conmovedor e invaluable. En Colombia tuvimos al costumbrista Torres Méndez, a quien admiro mucho, y otros pocos, pero no tuvieron el alcance documental de los europeos. Nunca produjimos un Goya que nos dejara un testimonio visual de la gesta libertadora como Los desastres de la guerra, con el que relató la invasión de Napoleón a España. Las pocas reconstrucciones que he hecho pueden ser criticables: no fui testigo presencial de la época que he pintado, pero son cuadros de tipo arqueológico y fueron hechos con todo el rigor documental posible: los personajes con los que he poblado mis cuadros existieron; no son inventos míos. En fin, será la posteridad la que decida qué hacer con ellos.

                                                                                                                                Conjunto de obras del siglo XIX elaboradas por el maestro Juan Cárdenas a partir de su investigación histórica de figuras como el libertador Simón Bolívar.
                                                                                                                                Foto: Museo Nacional de Colombia

                                                                                                                                ***

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Qué será lo que significa ser colombiano. Para qué los derechos y los deberes. Quiénes los escribieron y para qué. Por qué cambiaron y en qué momentos se escribieron esos acuerdos. Qué estaba pasando. Qué es una nación. Todas estas preguntas o reflexiones son las que esta muestra pretende suscitar en sus visitantes, que se encontrarán con una exposición dividida en ejes temáticos: “La guerra de las gentes”, que da cuenta de los más de diez años de guerras independentistas, el desgaste de las personas, el deterioro del tejido social y de la economía, contexto en medio del cual se desarrolló el proyecto de la Constitución. “De la unión a la Constitución” narra cómo los patriotas se reunieron en Cúcuta, entre mayo y octubre de 1821, para acordar una Constitución en la que se pactaron acuerdos en los territorios recién liberados, que aún no eran la totalidad de los que formarían la primera República de Colombia. “Los prohombres” presenta, por medio de retratos, esos personajes que hicieron parte de las batallas, especialmente los que encabezaron la gesta independentista y la constituyente. “La utopía de la república pacífica” tiene como pieza principal la imagen del telón del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo elaborado a partir de la obra Plaza de Bolívar, de Juan Cárdenas, donde se representa el desigual tejido social que se propuso para la nueva nación, siguiendo el imaginario de aquella época republicana. La república municipal, las regiones y sus ejércitos tuvieron una gran injerencia en los procesos de independencia y en este segmento se recuerda su papel en la vida republicana, lo cual se evidencia en los escudos de armas de ciudades que componen esta sección. “Los colombianos y los no colombianos” presenta cómo, en 1821, ser ciudadano colombiano era un privilegio reservado para unos pocos: las mujeres, los esclavos y los sirvientes, entre otros actores sociales, estaban por fuera de esta noción.

                                                                                                                                La Constitución de 1991 se aborda desde la narrativa de dos de las nuevas salas del Museo: Memoria y Nación y Hacer Sociedad, cuyo fundamento son los preceptos básicos de esta carta.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Actualmente, solo hay que recorrer unos pocos metros para ser testigo de las formas, los colores y hasta los olores de la desigualdad en cada una de las ciudades de Colombia. La pobreza está separada por barrios, por fronteras que, en teoría, son invisibles. Es posible que una persona que no tenga acceso a educación, salud y hasta comida, camine unas cuantas cuadras y compruebe que no solo hay ciudadanos que sí pueden acceder a esos derechos mínimos, sino que se permiten la opulencia. Que si en su barrio hay poca iluminación en las calles, hay otras zonas de la ciudad en donde no solamente hay mucha luz, sino fuentes de agua decorativas y vegetación de sobra para adornar las entradas de las casas o unidades residenciales. Las fronteras, entonces, resultan no ser tan invisibles y, entonces, la reflexión podría partir desde allí: si las desigualdades sociales resultan tan evidentes hoy, ¿cómo se sentirían las que vivían los colombianos de 1821? Comenzando por aclarar que los que podían cobijarse bajo ese rótulo eran muy pocos: los que tenían propiedades, color de piel claro y barba. Las mujeres, los sirvientes ni mucho menos los esclavos tenían derecho a llamarse colombianos, así que solo era gente que sobrevivía en condiciones precarias y creía en el mismo Dios y las mismas posibilidades de redención de los que sí podían votar y hasta eran elegidos para gobernar.

                                                                                                                                La Constitución de 1821 se firmó en una iglesia y se basó en leyes divinas y católicas para diseñar unos acuerdos en donde los mandatos eran más bien dogmas y había una moral establecida.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                En 1991 se firmó una carta para todos los colombianos, y ese “para todos” es literal: los derechos, las garantías y los acuerdos se basaron en la libertad y la inclusión de cada ser humano nacido en esta tierra. El principal objetivo de esta muestra es, entonces, la reflexión sobre el conocimiento y la apropiación de esta Constitución, que si fuese más que un papel sagrado al que nos referimos con solemnidad tendría menos sugerencias de cambios o modificaciones. ¿Cómo sería Colombia si la carta del 1991 se cumpliese a cabalidad? “Claro que hemos evolucionado como sociedad. Es fácil comprobarlo si nos damos cuenta de que en 1821 para ser considerado colombiano había que tener plata en la cuenta, ser católico, estar casado, etc. En la de 1991 se habla de libertad e igualdad. El problema es que los colombianos no hemos interiorizado esa Constitución, no la hemos hecho valer. Por eso esta muestra es tan relevante en este tiempo”, afirma Juliana Restrepo, directora del Museo Nacional.

                                                                                                                                Retrato de un Simón Bolívar joven elaborado por el maestro Juan Cárdenas a partir de su investigación histórica.
                                                                                                                                Foto: Juan Cárdenas
                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                En una de las paredes del Museo Nacional hay una serie de cuadros con la cara de Simón Bolívar: Juan Cárdenas, artista colombiano, lo pintó en su etapa de adolescente, de adulto y hasta con las arrugas de su vejez. Detrás de esa figura hay ceremonias visibles de las que se desprenden preguntas que, al parecer, son banales: ¿cuánto tiempo se habrá gastado en vestirse para cada ocasión? ¿Cómo elegía su ropa y cómo la cuidaba? ¿Para qué se vestía? Esos detalles que reflejan los cuadros que registraron cada época de su vida hablan de una probable ceremonia, pero ¿para qué?

                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                Hay quienes creen que ciertos hábitos que parecen inútiles forman a un ser humano y lo disciplinan. Creen que a través de esa secuencia de acciones y de esa adecuación del cerebro hay resultados distintos. Y están convencidos de que los rituales importan. Y de que a medida que los años pasan, las máquinas, en teoría, nos hacen la vida más práctica, pero lo que parece estar pasando es que estamos despreciando ciertas rutinas que nos regalaban sentido. Y, al parecer, nuestros antepasados tuvieron certezas por las que lucharon y nosotros, más bien, lo que tenemos son programaciones. Mejor dicho, un cerebro programado. Y por eso es que tal vez ellos murieron convencidos de algo y nosotros vivimos buscando convencernos de cosas que repetimos, pero que tal vez no creemos o ¿por qué es que estamos pidiendo otra constitución? Pero estas son todas reflexiones personales nacidas de la experiencia al ver “Primera y última: dos cartas para Colombia”, una muestra que se colgó hace pocos días y habla sobre las constituciones de 1821 y 1991.

                                                                                                                                La obra de Juan Cárdenas fue incluida en esta exposición para dar cuenta de la sociedad de la época. El pintor, que se formó en Estados Unidos y regresó a Colombia para comenzar a trabajar de caricaturista en periódicos como El Tiempo y La República, ha centrado su obra en la figura humana, sobre todo en su figura, que ha presentado con una serie de variaciones.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                Le invitamos a leer: Detrás del 20 de julio de 1810

                                                                                                                                “A ella se une el espacio como receptáculo de la figura humana; un espacio, generalmente el del taller del artista, poblado de cuadros y muebles que, de manera evidente, está organizado en composiciones abstractas, muchas veces ortogonales, como si fuesen cuadros de Mondrian. Fuera de su estudio, Cárdenas también ha hecho cuadros de paisajes campestres y urbanos. En los primeros hay toques impresionistas y alusiones surrealistas (figuras como apariciones). En los segundos, el orden arquitectónico vuelve a destacar su interés por el arte abstracto geométrico. Sin embargo, toda su producción está especialmente relacionada con el arte del pasado”, escribió Germán Rubiano Caballero en la Gran enciclopedia de Colombia, del Círculo de Lectores, tomo de biografías.

                                                                                                                                Monumento de bronce de José Ignacio de Márquez decapitado que se ubica a la salida de la exposición “Primera y última: dos cartas para Colombia”.
                                                                                                                                Foto: Ugo Luisi y Giovanni Vignali
                                                                                                                                PUBLICIDAD

                                                                                                                                “Bolívar fue un personaje excepcional; no lo digo yo, lo dice todo la gente que lo conoció. De tanto en tanto aparece un detractor, pero suele ser gente que no ha aportado nada en su vida. Lástima que murió unos nueve años antes del invento de la fotografía. Pero si acaso hubiera alcanzado a ser fotografiado, la cámara lo hubiera captado viejo y demacrado, un poquito antes de su muerte. Uno hubiera querido verlo en sus mejores momentos, en la flor de su juventud, pero lamentablemente no fue posible”, dice Cárdenas, quien tuvo que recurrir a la pintura y a los artistas autodidactas y “sin una formación académica” para reconstruir el rostro del Libertador. Según el pintor, su trabajo fue un poco el de un artista forense.

                                                                                                                                Read more!

                                                                                                                                De nuestro especial “¡Oh arte inmarcesible!”, le invitamos a leer: El arte germinó durante la dictadura de Rojas Pinilla

                                                                                                                                En la muestra hay una secuencia de Simón Bolívar: de joven, de civil, de viejo, en fondo dorado, etc. ¿Por qué pintar a estos personajes como él o Nariño en distintos roles y etapas de sus vidas? ¿Cómo hizo esas variaciones, investigaciones para pintar esos rasgos?

                                                                                                                                Fue una tarea muy difícil. A veces pienso que fue una locura. He buscado rasgos anatómicos recurrentes en las diferentes versiones, asumiendo que si se repiten en varios retratos es porque existieron en el personaje. Todos estos detalles los comparo con fotografías anatómicas de caras parecidas para corregir lo que el artista hizo y lo que debió ser la realidad. Desde luego, he acudido a descripciones verbales que a veces son subjetivas, como el comentario del general O’Leary de que Bolívar tenía una boca chiquita. ¿Qué tan chiquita es “chiquita”? Y ¿qué tan alta es una frente alta? Cualquier detalle anatómico puede cambiar por completo una cara. Y cuanto más retrocede uno en el tiempo, menos información hay y más difícil es la reconstrucción. De Bolívar joven hay cantidades de versiones, casi todas inventadas. A Bolívar le gustaba hacerse retratar pero, por ejemplo, de Nariño prácticamente no hay información salvo unas cuatro imágenes, ninguna muy confiable, ni siquiera las de Espinosa, que lo conoció.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                También están los paisajes, la sociedad de ese momento reunida en lo que eran nuestras ciudades: en los cuadros se ve cómo usted se imagina esos momentos y esas gentes, pero ¿qué piensa de ellos? ¿Qué quiso reflejar allí y para qué?

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                En todos los países europeos como Italia, Francia, España, sus artistas han dejado un testimonio gráfico extraordinario de su gente y de su historia. Un ejemplo es Louis Boilly, con sus cuadros de la época de la Revolución francesa y la vida urbana e íntima de los parisinos. Es un documento satírico, conmovedor e invaluable. En Colombia tuvimos al costumbrista Torres Méndez, a quien admiro mucho, y otros pocos, pero no tuvieron el alcance documental de los europeos. Nunca produjimos un Goya que nos dejara un testimonio visual de la gesta libertadora como Los desastres de la guerra, con el que relató la invasión de Napoleón a España. Las pocas reconstrucciones que he hecho pueden ser criticables: no fui testigo presencial de la época que he pintado, pero son cuadros de tipo arqueológico y fueron hechos con todo el rigor documental posible: los personajes con los que he poblado mis cuadros existieron; no son inventos míos. En fin, será la posteridad la que decida qué hacer con ellos.

                                                                                                                                Conjunto de obras del siglo XIX elaboradas por el maestro Juan Cárdenas a partir de su investigación histórica de figuras como el libertador Simón Bolívar.
                                                                                                                                Foto: Museo Nacional de Colombia

                                                                                                                                ***

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Qué será lo que significa ser colombiano. Para qué los derechos y los deberes. Quiénes los escribieron y para qué. Por qué cambiaron y en qué momentos se escribieron esos acuerdos. Qué estaba pasando. Qué es una nación. Todas estas preguntas o reflexiones son las que esta muestra pretende suscitar en sus visitantes, que se encontrarán con una exposición dividida en ejes temáticos: “La guerra de las gentes”, que da cuenta de los más de diez años de guerras independentistas, el desgaste de las personas, el deterioro del tejido social y de la economía, contexto en medio del cual se desarrolló el proyecto de la Constitución. “De la unión a la Constitución” narra cómo los patriotas se reunieron en Cúcuta, entre mayo y octubre de 1821, para acordar una Constitución en la que se pactaron acuerdos en los territorios recién liberados, que aún no eran la totalidad de los que formarían la primera República de Colombia. “Los prohombres” presenta, por medio de retratos, esos personajes que hicieron parte de las batallas, especialmente los que encabezaron la gesta independentista y la constituyente. “La utopía de la república pacífica” tiene como pieza principal la imagen del telón del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo elaborado a partir de la obra Plaza de Bolívar, de Juan Cárdenas, donde se representa el desigual tejido social que se propuso para la nueva nación, siguiendo el imaginario de aquella época republicana. La república municipal, las regiones y sus ejércitos tuvieron una gran injerencia en los procesos de independencia y en este segmento se recuerda su papel en la vida republicana, lo cual se evidencia en los escudos de armas de ciudades que componen esta sección. “Los colombianos y los no colombianos” presenta cómo, en 1821, ser ciudadano colombiano era un privilegio reservado para unos pocos: las mujeres, los esclavos y los sirvientes, entre otros actores sociales, estaban por fuera de esta noción.

                                                                                                                                La Constitución de 1991 se aborda desde la narrativa de dos de las nuevas salas del Museo: Memoria y Nación y Hacer Sociedad, cuyo fundamento son los preceptos básicos de esta carta.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                Actualmente, solo hay que recorrer unos pocos metros para ser testigo de las formas, los colores y hasta los olores de la desigualdad en cada una de las ciudades de Colombia. La pobreza está separada por barrios, por fronteras que, en teoría, son invisibles. Es posible que una persona que no tenga acceso a educación, salud y hasta comida, camine unas cuantas cuadras y compruebe que no solo hay ciudadanos que sí pueden acceder a esos derechos mínimos, sino que se permiten la opulencia. Que si en su barrio hay poca iluminación en las calles, hay otras zonas de la ciudad en donde no solamente hay mucha luz, sino fuentes de agua decorativas y vegetación de sobra para adornar las entradas de las casas o unidades residenciales. Las fronteras, entonces, resultan no ser tan invisibles y, entonces, la reflexión podría partir desde allí: si las desigualdades sociales resultan tan evidentes hoy, ¿cómo se sentirían las que vivían los colombianos de 1821? Comenzando por aclarar que los que podían cobijarse bajo ese rótulo eran muy pocos: los que tenían propiedades, color de piel claro y barba. Las mujeres, los sirvientes ni mucho menos los esclavos tenían derecho a llamarse colombianos, así que solo era gente que sobrevivía en condiciones precarias y creía en el mismo Dios y las mismas posibilidades de redención de los que sí podían votar y hasta eran elegidos para gobernar.

                                                                                                                                La Constitución de 1821 se firmó en una iglesia y se basó en leyes divinas y católicas para diseñar unos acuerdos en donde los mandatos eran más bien dogmas y había una moral establecida.

                                                                                                                                No ad for you

                                                                                                                                En 1991 se firmó una carta para todos los colombianos, y ese “para todos” es literal: los derechos, las garantías y los acuerdos se basaron en la libertad y la inclusión de cada ser humano nacido en esta tierra. El principal objetivo de esta muestra es, entonces, la reflexión sobre el conocimiento y la apropiación de esta Constitución, que si fuese más que un papel sagrado al que nos referimos con solemnidad tendría menos sugerencias de cambios o modificaciones. ¿Cómo sería Colombia si la carta del 1991 se cumpliese a cabalidad? “Claro que hemos evolucionado como sociedad. Es fácil comprobarlo si nos damos cuenta de que en 1821 para ser considerado colombiano había que tener plata en la cuenta, ser católico, estar casado, etc. En la de 1991 se habla de libertad e igualdad. El problema es que los colombianos no hemos interiorizado esa Constitución, no la hemos hecho valer. Por eso esta muestra es tan relevante en este tiempo”, afirma Juliana Restrepo, directora del Museo Nacional.

                                                                                                                                Por Laura Camila Arévalo Domínguez

                                                                                                                                Periodista en el Magazín Cultural de El Espectador desde 2018 y editora de la sección desde 2023. Autora de "El refugio de los tocados", el pódcast de literatura de este periódico.@lauracamilaadlarevalo@elespectador.com
                                                                                                                                Ver todas las noticias
                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                Read more!
                                                                                                                                Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
                                                                                                                                Aceptar