Los paisajes a través de los ojos de Margarita Lozano
La artista expone su trabajo más reciente: “Entre naturalezas”, en la galería Mmaison. Son 60 obras que hablan, por primera vez en Colombia, de sus paisajes preferidos: las sabanas de Cajicá y el trópico de Nocaima.
Laura Camila Arévalo Domínguez
Hablemos de los lugares elegidos para plasmar en la obra: la sabana de Cajicá y el trópico de Nocaima. ¿Por qué fueron importantes? ¿Qué encontró en estos paisajes y quiso resaltar en sus obras?
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Hablemos de los lugares elegidos para plasmar en la obra: la sabana de Cajicá y el trópico de Nocaima. ¿Por qué fueron importantes? ¿Qué encontró en estos paisajes y quiso resaltar en sus obras?
Nos mudamos con mi marido y mis dos hijos, de uno y tres años, a Cajicá en 1964. En ese entonces tenía mi estudio en el segundo piso de nuestra casa. Para mí, los paisajes de la sabana son el reflejo de esos primeros años como artista con algo de melancolía, pero al mismo tiempo con la magia de los prados y de los gruesos árboles de los sauces de los jardines. Un par de décadas después tuve un reencuentro con la exuberancia del trópico en el Jardín Botánico de Cartagena, que después se volvió mi entorno en la casa y el jardín que construyó mi marido, Enrique Cavelier, en Nocaima. Allí me he deleitado con la enorme riqueza de la flora y la magia de los colores, en especial de los verdes que adoro y de los amarillos de las orquídeas… No me canso de decir, especialmente ahora, que a través de mi pintura busco mostrar que Colombia siempre tendrá un lado amable y positivo que puede ofrecer a través del colorido y la alegría de su naturaleza.
¿En qué consistió la defensa de su pasión por la pintura “cuando ser mujer y artista iban en contravía”?
La curiosidad por la pintura me surgió viendo las obras de mi tía Ester Lozano, quien falleció cuando tenía tan solo cuatro años. Sin embargo, sus cuadros colgados en casa de mi abuelo me acompañaron durante esa primera etapa de mi infancia. Lo que era tan solo un anhelo de niña se convirtió en arma de combate, como decía Picasso, para superar la enorme tristeza que me causó la muerte de mi padre, Carlos Lozano, a mis 15 años. Gracias a la pintura y al apoyo sin límites de mi madre, Isabel Ortiz de Lozano, logré estudiar arte y hacer de la pintura el eje de mi vida desde entonces. Hoy puedo decir con certeza que gracias a la pintura no solo he podido superar los momentos más difíciles de mi vida, sino también encontrar la energía necesaria para levantarme cada día con el deseo de tomar la paleta y los pinceles entre mis manos. Le invitamos a leer: Laura Vargas: El porvenir de las primeras veces
Eduardo Serrano habla de la gran libertad con la que usted interpreta cromáticamente sus sujetos en los paisajes... ¿Qué opina de esto? Es decir, esa libertad con la que pinta, ¿se debe a una intención por cambiar algo en ellos, por hacerlos suyos...?
Me enorgullece saber que Eduardo Serrano lea eso en mis telas. La verdad es que lo que busco en mis paisajes es mostrar lo que ve Margarita Lozano a su alrededor o, mejor aún, lo que quiere mostrar. Si puedo hacer más fuertes los verdes de las hojas y los contrastes de estas, ¿por qué no hacerlo? Tiene usted razón en que eso me permite hacerlos más míos utilizando el filtro de positivismo que busco plasmar en mis óleos.
Estuvo mucho tiempo fuera del país y de las salas de exposiciones, ¿qué significa exponer estos paisajes en Colombia?
Para mí, exponer mis cuadros es casi como renacer y volver a ser la pintora que hizo su primera exposición a sus 22 años. Volver a exponer gracias a la invitación de Mmaison y a la fantástica curaduría de Eduardo Serrano y Ana Mosseri me permite mostrarles a las nuevas generaciones varias cosas: sigo vigente tras más de 65 años de carrera gracias a haber sido fiel a mi filosofía de pintar lo que siento y no lo que está de moda; lo segundo es que la carrera de artista es una entrega total a la profesión y que los artistas jóvenes no se deben desilusionar por los altibajos de sus carreras, sino al contrario, buscar siempre levantarse con más fuerza de las caídas. Exponer hoy me hace inmensamente feliz y me da otros buenos años de vida para seguir pintando.
“Cada vez que preparo una nueva exposición siento una ilusión muy grande, me pongo muy nerviosa y termino exhausta después de cada inauguración”. “…Como decía el arquitecto suizo Le Corbusier: ‘Inspiración son 48 horas de trabajo diario’”. Hablemos sobre la preparación de esta exposición: cuándo lo decidió, cómo eligió las obras con Serrano, cuál es su principal interés con esta muestra...
Tengo entendido que Mmaison, Eduardo Serrano y Ana Mosseri debatieron casi un año antes de hacerme la propuesta de exponer con ellos. La invitación de Mmaison me llegó el día de mi cumpleaños en 2019. Sin embargo, esta tenía una premisa muy importante: Margarita Lozano tenía que mostrar obras recientes, así que me pusieron a trabajar como si fuera una jovencita. A comienzos de 2020 habíamos seleccionado la obra y teníamos casi todo listo, pero nos llegó la pandemia. Eso para mí fue un choque emocional y me entró tal angustia, que les rogué a mis dos hijos y a Mmasion que se hiciera la exposición con o sin Margarita Lozano en caso de que me pasara algo. La pandemia nos ayudó a pulir la selección, a editar mejor todo el material y el resultado es el que se puede ver una de mis mejores exposiciones. No tengo palabras para expresar mi agradecimiento a todos los que trabajaron en este proyecto.