Marco Durán: recuperando tradiciones en el Valle de Tenza
En el Hotel Casa de la Abuela se apuesta por la cultura ecológica e histórica de la región. Buscan rescatar los tesoros de los 17 pueblos del Valle de Tenza.
Comencemos por el Hotel Campestre Casa de la Abuela...
Este hotel nació con la pandemia, y era la casa de mi abuela. Tiene más de 100 años y fue remodelada. Quisimos que contara con todas las comodidades: wifi, agua caliente, televisión satelital... Lo único que queda de la casa antigua es una reja y una silla que aún conservamos. Ahí murió mi abuelo. ¿Fue una idea a causa de la pandemia o ya lo tenían planeado? Mi familia y yo llegamos a la casa para quedarnos durante los cuatro días en los que “ensayaríamos” el confinamiento. A los dos meses, mi hijo sugirió traer el trasteo de Bogotá, y así fue como nació la idea de poner un restaurante. Es decir, no era un plan. Nació mientras estuvimos confinados.
¿Por qué el nombre?
Porque queremos regalarle a la persona que venga la experiencia o, mejor dicho, el recuerdo de lo que ocurría en las casas de las abuelas: los cuidados, la buena comida, la comodidad...
También es un centro cultural que destaca, porque además dice interesarse en promover la cultura de esta región, ¿cómo?
Sí, me interesa mucho eso. Gran parte del mercado se hace en Garagoa, por poner un ejemplo, pero sobre todo lo que más me ha interesado es darles trabajo a las personas, tener en cuenta la gastronomía de aquí, las artesanías, las costumbres. Y si consigo que mucha gente llegue aquí, se incentivaría el turismo, lo que me parece vital para la región, que considero es muy poco conocida, muy poco explorada.
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Ahora que menciona el turismo, ¿cuáles son los lugares que las personas podrían conocer durante la estadía en su hotel?
Nos interesa que las personas que vengan despierten un sentido de pertenencia con la naturaleza y la arquitectura. Hay mucha artesanía por esta zona: canastos de chin, por ejemplo. O el barro, la arcilla, que utilizan mucho en un municipio llamado La Capilla, que tiene unos paisajes hermosos. Es, además, la despensa de Bogotá. Los caminos en piedra, los rieles, que tiene el municipio de Tenza, y la catedral, que es tan antigua: se inauguró casi que paralelamente con Bogotá. Hay mucha historia aquí. Son 17 municipios. Está el Mamapacha, un cerro a 3.450 metros sobre el nivel del mar, que es una reserva natural.
Y sobre la experiencia cultural que menciona, ¿qué es lo que le interesa promover y cómo?
Generar una experiencia cultural regresando a la esencia, recordando a los ancestros para que surjan conocimientos más profundos de las regiones de Colombia. Que no se pierdan las tradiciones culturales, pero que también generen ingresos para los habitantes de este valle. Este es un paraíso poco explorado. Por ejemplo, tener la cascada de La Capilla, la represa La Esmeralda, las minas de esmeraldas en Chivor, los caminos rurales, ¿y no visitarlos? Lo que queremos es incentivar las visitas a estos lugares. Es como viajar en el tiempo: paisajes tupidos, los cantos de las águilas, agua cristalina, campesinos que aún trabajan con el barro. Este es un punto de encuentro para el sector artístico y cultural de la región.
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¿Por qué?
Porque aquí llegan cantantes, escritores, periodistas, etc. Muchos nos dicen que es un paisaje que les sirve para su ejercicio, para su profesión. Les gusta este lugar porque nos importa conservar el ambiente del hogar y de la región. En el Valle de Tenza hay mucha historia: aquí estuvo de paso Simón Bolívar y en Guateque nació Enrique Olaya Herrera.
¿Cómo se llega al Hotel Casa de la Abuela desde Bogotá, por ejemplo?
Se sale por la autopista Norte hasta la represa del Sisga, pasando por Machetá. Siguen Guateque, Las Juntas y, antes de llegar a Garagoa, se debe girar a mano izquierda para llegar a Tenza.
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Comencemos por el Hotel Campestre Casa de la Abuela...
Este hotel nació con la pandemia, y era la casa de mi abuela. Tiene más de 100 años y fue remodelada. Quisimos que contara con todas las comodidades: wifi, agua caliente, televisión satelital... Lo único que queda de la casa antigua es una reja y una silla que aún conservamos. Ahí murió mi abuelo. ¿Fue una idea a causa de la pandemia o ya lo tenían planeado? Mi familia y yo llegamos a la casa para quedarnos durante los cuatro días en los que “ensayaríamos” el confinamiento. A los dos meses, mi hijo sugirió traer el trasteo de Bogotá, y así fue como nació la idea de poner un restaurante. Es decir, no era un plan. Nació mientras estuvimos confinados.
¿Por qué el nombre?
Porque queremos regalarle a la persona que venga la experiencia o, mejor dicho, el recuerdo de lo que ocurría en las casas de las abuelas: los cuidados, la buena comida, la comodidad...
También es un centro cultural que destaca, porque además dice interesarse en promover la cultura de esta región, ¿cómo?
Sí, me interesa mucho eso. Gran parte del mercado se hace en Garagoa, por poner un ejemplo, pero sobre todo lo que más me ha interesado es darles trabajo a las personas, tener en cuenta la gastronomía de aquí, las artesanías, las costumbres. Y si consigo que mucha gente llegue aquí, se incentivaría el turismo, lo que me parece vital para la región, que considero es muy poco conocida, muy poco explorada.
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Ahora que menciona el turismo, ¿cuáles son los lugares que las personas podrían conocer durante la estadía en su hotel?
Nos interesa que las personas que vengan despierten un sentido de pertenencia con la naturaleza y la arquitectura. Hay mucha artesanía por esta zona: canastos de chin, por ejemplo. O el barro, la arcilla, que utilizan mucho en un municipio llamado La Capilla, que tiene unos paisajes hermosos. Es, además, la despensa de Bogotá. Los caminos en piedra, los rieles, que tiene el municipio de Tenza, y la catedral, que es tan antigua: se inauguró casi que paralelamente con Bogotá. Hay mucha historia aquí. Son 17 municipios. Está el Mamapacha, un cerro a 3.450 metros sobre el nivel del mar, que es una reserva natural.
Y sobre la experiencia cultural que menciona, ¿qué es lo que le interesa promover y cómo?
Generar una experiencia cultural regresando a la esencia, recordando a los ancestros para que surjan conocimientos más profundos de las regiones de Colombia. Que no se pierdan las tradiciones culturales, pero que también generen ingresos para los habitantes de este valle. Este es un paraíso poco explorado. Por ejemplo, tener la cascada de La Capilla, la represa La Esmeralda, las minas de esmeraldas en Chivor, los caminos rurales, ¿y no visitarlos? Lo que queremos es incentivar las visitas a estos lugares. Es como viajar en el tiempo: paisajes tupidos, los cantos de las águilas, agua cristalina, campesinos que aún trabajan con el barro. Este es un punto de encuentro para el sector artístico y cultural de la región.
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¿Por qué?
Porque aquí llegan cantantes, escritores, periodistas, etc. Muchos nos dicen que es un paisaje que les sirve para su ejercicio, para su profesión. Les gusta este lugar porque nos importa conservar el ambiente del hogar y de la región. En el Valle de Tenza hay mucha historia: aquí estuvo de paso Simón Bolívar y en Guateque nació Enrique Olaya Herrera.
¿Cómo se llega al Hotel Casa de la Abuela desde Bogotá, por ejemplo?
Se sale por la autopista Norte hasta la represa del Sisga, pasando por Machetá. Siguen Guateque, Las Juntas y, antes de llegar a Garagoa, se debe girar a mano izquierda para llegar a Tenza.
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