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Su alcalde, Luigi Brugnaro, recordó este lunes a este viajero, escritor, embajador y mercader de la antigua República de Venecia que “con sus acciones creó un puente hacia Oriente”. “Este será un año rico de iniciativas, eventos, muestras, actividades en las escuelas, seminarios y encuentros para homenajear a una gran figura de nuestra historia”, destacó el regidor.
El Teatro La Fenice dedicará al explorador una ópera que se estrenará el 21 de abril y la Universidad Ca Foscari convocará un simposio sobre su figura, dos de los actos más significativos del 700 aniversario.
El libro de las maravillas, un “bestseller”
Marco Polo nació en el 1254 en la Serenísima República, aunque el lugar exacto es todavía fuente de dudas y hay quien lo sitúa en la isla de Korcula, en el Adriático, hoy perteneciente a Croacia, pero por aquel entonces bajo dominio veneciano.
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El comerciante, entre otras cosas, dejó como legado Il Milione o Libro de las maravillas, una recopilación de crónicas de sus viajes por el Extremo Oriente que supuso todo un bestseller para los exploradores de los siglos venideros.
Su narración, mezcla de su experiencia e imaginación, se enmarca entre los años 1271 y 1295, periodo en el que este viajero alcanzó lugares aún desconocidos para la mayoría de sus contemporáneos, llegando incluso a trabajar para el emperador mongol Kublai Kan.
Familia de comerciantes
Marco Polo pertenecía a una familia de comerciantes: su padre Nicolò y su tío, Matteo, se enriquecieron con las importaciones desde Constantinopla, hasta que en torno al año 1260 llegaron a Crimea para abrir nuevas rutas a Oriente, según la enciclopedia Treccani.
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Fue así como llegaron a la corte del Gran Kan de los mongoles, cuyo imperio se extendía desde China al Volga.
En su segunda expedición asiática, los hermanos llevaron consigo al joven Marco Polo, que pudo ver con sus propios ojos pueblos, tradiciones, costumbres y productos prácticamente desconocidos para la gran parte de aquella Europa medieval. Más tarde, el comerciante volvería solo y sirvió al Gran Kan durante casi dos décadas, hasta que en torno al año 1294 regresó a una Venecia enfrascada en su segunda guerra con otra potencia mediterránea, Génova.
Marco Polo fue apresado por los genoveses en una batalla naval en aguas del Adriático y después encarcelado. La tradición dice que fue en este periodo de reclusión cuando el veneciano dictó sus recuerdos asiáticos a un compañero de celda, Rustichello da Pisa. Así nació Il Milione.
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Un aceite “que arde”
Marco Polo describió, por ejemplo, el petróleo, cuando a su paso por Armenia habló de un aceite “no bueno para comer, pero que arde”, así como animales exóticos, piedras preciosas, palacios, frutas, alimentos o preciadas especias ignotas (no la pasta, como le atribuye la leyenda, pues ya se elaboraba en los molinos italianos).
Más allá de que su contenido sea más o menos verosímil, algo aún cuestionado por los historiadores, el Libro de las Maravillas gozó desde el inicio de un gran éxito, convirtiéndose en el documento de referencia de todo viajero que se preciara y traduciéndose a un sinfín de lenguas y dialectos europeos.
Lo que, a su vez, ensanchó lo que actualmente se conoce como Ruta de la Seda, las vías comerciales y culturales entre Occidente y Oriente.
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Basta pensar que Cristóbal Colón poseía el libro de Marco Polo cuando, casi dos siglos después, emprendió para la Corona castellana la búsqueda de una nueva ruta a Las Indias, solo que en 1492 se topó con el desconocido continente americano.
El viajero regresó a Venecia hacia el año 1300, casándose con una noble llamada Donata, con quien tuvo tres hijas (Fantina, Bellela y Moreta), hasta que en el año 1324 murió con 70 años y su cuerpo fue sepultado en el monasterio veneciano de San Lorenzo.