Margaret Cavendish: ciencia, literatura y libertad
La autora sentó las bases del naturalismo y puso a dialogar los conceptos de inteligencia, felicidad, libertad y muchas otras construcciones socioculturales.
Mónica Acebedo
La inglesa Margaret Lucas Cavendish (1623-1673) fue una mujer versátil, ingeniosa, activa y muy transgresora en todo sentido. Era escritora, dramaturga, poeta, filósofa y científica. Su obra se considera revolucionaria en diversos aspectos: en primer lugar, porque la firmó con su nombre; segundo, porque sentó las bases del naturalismo y otras tendencias de pensadores posteriores como David Hume (1711-1776); así mismo, puso a dialogar los conceptos de inteligencia, felicidad, libertad y muchas otras construcciones socioculturales. ¿Cuál es el sentido de la percepción frente al de la impresión? es una de las preguntas que se extraen de sus escritos; también reflexionó sobre los límites del conocimiento, de las ideas y del lenguaje; además, fue una de las precursoras de las novelas de ciencia ficción.
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La inglesa Margaret Lucas Cavendish (1623-1673) fue una mujer versátil, ingeniosa, activa y muy transgresora en todo sentido. Era escritora, dramaturga, poeta, filósofa y científica. Su obra se considera revolucionaria en diversos aspectos: en primer lugar, porque la firmó con su nombre; segundo, porque sentó las bases del naturalismo y otras tendencias de pensadores posteriores como David Hume (1711-1776); así mismo, puso a dialogar los conceptos de inteligencia, felicidad, libertad y muchas otras construcciones socioculturales. ¿Cuál es el sentido de la percepción frente al de la impresión? es una de las preguntas que se extraen de sus escritos; también reflexionó sobre los límites del conocimiento, de las ideas y del lenguaje; además, fue una de las precursoras de las novelas de ciencia ficción.
Son conocidos varios dichos prácticos que, con frecuencia se atribuyen a pensadores modernos: “La libertad de expresión es vital para el progreso humano”, “la curiosidad es el alimento de la mente; “la verdadera grandeza no está en el poder, sino en la perspectiva, “un buen libro es como un espejo que refleja el alma, “la naturaleza es el más sabio de los maestros, la paciencia es la piedra angular de la sabiduría, “la pasión y la creatividad son los motores del arte; “el tiempo no es una medida absoluta, sino relativa a nuestra percepción, “la honestidad es la base de cualquier relación duradera”, “el objetivo de la razón es la verdad; el objetivo de la imaginación es la ficción”…
Margaret Cavendish (Haverkam, de soltera), también conocida como la duquesa de Newcastle, nació en 1623 en Colchester (Inglaterra), en el seno de una familia noble, monárquica y de la iglesia anglicana. La época en la que transcurrió su vida fue un período convulso desde el punto de vista político: el reinado de Carlos I (1649-1669), la guerra civil, la proclamación de la República, la restauración de los Estuardo… En ese contexto político y social, su vida de aristócrata bien educada en el campo inglés, llena de libros y tutores, se vio afectada por las luchas entre los regímenes monárquicos absolutistas y parlamentarios. Fue dama de honor de la reina Henriette Marie de Francia (1609-1669), lo que le permitió conocer la corte muy de cerca, pero, sobre todo, marcó una visión moderna y feminista sobre el liderazgo de mujeres en asuntos religiosos, políticos e incluso militares. Se casó en 1645 con William Cavendish (luego, duque de Newcastle), reconocido matemático y científico, cuya unión le permitió viajar por varias ciudades de Europa y conocer de cerca a personajes de los círculos de estudiosos como Thomas Hobbes (1588-1679) y René Descartes (1569-1650). Escribió poesía, novelas, ensayos y comedias. Murió en 1673.
Mencionada por Virginia Woolf (1882-1941) en su famoso ensayo, Una habitación propia (1929); objeto de varias novelas históricas, como Margaret the first (2016) de Danielle Dutton; los títulos de sus novelas han servido como referentes para obras contemporáneas: The Blazing World (2014) de Siri Hustvedt y la reciente biografía escrita por Francesca Peacock, llamada Pure Wit: The Revolutionary Life of Margaret Cavendish (Puro ingenio: La vida revolucionaria de Margaret Cavendish), editada y publicada por Pegasus Books en enero de este año. En su libro, Peacock se refiere a aspectos de la obra de Cavendish que la hacen una pluma trasgresora, pues destaca que, entre muchos temas, también escribió sobre lesbianismo y travestismo, algo sumamente atrevido para la época. También menciona que, además de sus escritos, era excéntrica en su vestimenta y su forma de actuar en sociedad.
Una de las obras literarias más transgresoras de las que escribió Cavendish fue The Description of a New World, Called The Blazing World (1666) —La descripción de un nuevo mundo llamado Un mundo resplandeciente—, una novela muy original, utópica, feminista y vanguardista que relata cómo una hembra de ese nuevo mundo poblado de animales parlantes se convierte en emperatriz y usa su poder para asegurar que siempre su tierra se librará de cualquier guerra, divisiones religiosas y cualquier discriminación de género. Es una mezcla de utopía, ciencia ficción, novela de aventuras y viajes, que de manera satírica refleja la sociedad inglesa y europea del momento: “Dentro de este nuevo mundo había otro mundo tan hermoso como el exterior, resplandeciente con tanta luz que todos los objetos eran visibles sin ayuda de algún otro sol, luna o estrella”.
La novela es una especie de juego óptico narrativo a partir de lo que ve y entiende el ojo humano. Es decir, hasta qué punto la visión del mundo exterior está mediada por una interpretación sociocultural. Esta mirada la aplica a múltiples temas que se empiezan a debatir en la antesala de la Ilustración: la raza, la religión y, en general, la otredad. Hay también un cuestionamiento al modelo aristocrático (que defiende) y los esquemas de gobernabilidad: “El emperador de este mundo resplandeciente posee una autoridad suprema no solo sobre los súbditos humanos, sino también sobre las criaturas no humanas que habitan este reino iluminado”.
Cierro con una cita de María Antònia Martí Escayol de la introducción de El mundo resplandeciente que resume magistralmente la transgresión de esta mujer del siglo XVII: “La mirada subversiva de Margaret Cavendish desafía géneros literarios, roles de género y cosmovisiones en una extensa producción de obras de ficción y no ficción donde imbrica la ciencia y la filosofía como temas sociales, políticos e identitarios propios de su coyuntura histórica y vital” (Siruela, 2017, p.9)