Martín Caparrós, el reto de vivir con ELA y seguir contando el mundo en sus memorias
La vida atravesada por una enfermedad terminal como la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) es una de las motivaciones que llevaron a Martín Caparrós a escribir sus memorias, ‘Antes que nada’, pero leerlas también es hacer un repaso de muchos acontecimientos históricos que son atravesados, también en esta oportunidad, por su aguda y profunda interpretación.
Julián Giorgis
A quienes afortunadamente la vida aún no los ha hecho padecer una enfermedad terminal suelen preguntarse qué sentirán aquellos que sí la han sufrido o sufren. Saber qué siente el que ya sabe que va a morir –en realidad todos lo saben, lo que genera esta enfermedad es saber que morirá con una fecha más o menos próxima por una causa preestablecida– es lo que Caparrós expresa solapadamente a lo largo de todo el libro.
En un relato estremecedor, contundente y conmovedor, con los recursos literarios propios de quien los ha desarrollado a lo largo de todas sus producciones, el argentino cuenta cómo es convivir con esa enfermedad que aún no tiene tratamientos ni cura, y cuyo final es inevitable.
"Me pregunto por qué no entendía el privilegio de hacer esas cositas que ahora ya no puedo: caminar, abrazar, pretender, pensar en el futuro", expresa el autor de 'El Hambre' y 'La Verdad', dos de sus libros más leídos.
Escritor prolífico, reconoce haber vivido bien y ser un "privilegiado" por haber podido trabajar de lo que quería, pero que le da pena tener que irse.
Asegura que no pretende dar lástima, pero es inevitable como lector (y como ser humano) no sentir compasión al leer la crudeza del relato de alguien que padece la declinación diaria de su cuerpo. Entre esas alusiones a la enfermedad, entrelazadas a lo largo de las más de 650 páginas, el escritor hace un repaso por su vida, o por aquellas cosas que recuerda de su vida.
Este relato también representa un recorrido azaroso y librado a sus recuerdos de importantes episodios y hechos de la historia argentina y de la historia del mundo, con él como protagonista. Y es que Caparrós no puede abandonar, pese a contarlo a través de sus propias vivencias, su agudeza analítica y crítica, y su vocación periodística y narrativa.
'Antes que nada' habla de los inmigrantes que llegaron a Argentina –su padre era exiliado de la España franquista y su madre hija de inmigrantes judíos polacos–; de la educación pública, otrora prestigiosa en su país natal; o del conflicto armado y la guerrilla de la década de los 70, de la que formó parte.
Alude también al golpe de estado argentino; a los desaparecidos; al "(re)exilio" que lo llevó a Francia durante la dictadura militar; al retorno democrático; al menemismo, variante criolla del neoliberalismo; y al kirchnerismo.
Pero también describe el mundo, que ha recorrido a lo largo de toda su vida por diversas circunstancias, fueran laborales o personales, y al que le ha dedicado crónicas –uno de sus géneros predilectos–, ensayos y novelas, su vocación natural.
La curiosidad y las ganas de conocer siempre un poco más para entender este espacio en el que vive la humanidad, han sido, según cuenta Caparrós, uno de los motores de su vida.
"Orgulloso" y "suficiente" son palabras que el propio autor ha elegido para describir algunas actitudes que lo han caracterizado; alguien que, con cierta autoridad intelectual, muchas veces aparecía como soberbio y provocador, pero siempre intentaba expresar su punto de vista sobre el devenir de las cosas.
Caparrós ya había mostrado humanidad a través de su trabajo, porque pese a sus formas o sus formatos, sus producciones han intentado expresar la mayoría de las veces las injusticias de un mundo que sigue siendo muy desigual y conflictivo.
El ganador del premio Ortega y Gasset muestra en sus memorias su lado humano más íntimo: su vida, sus amores, sus éxitos y fracasos, sus amistades y sus ¿enemistades?; sus dudas y certezas; en definitiva, las experiencias de alguien que vivió intensamente y que, con perspicacia y lucidez, permite también repasar y repensar muchos acontecimientos y procesos históricos y actuales que nos siguen interpelando.
A quienes afortunadamente la vida aún no los ha hecho padecer una enfermedad terminal suelen preguntarse qué sentirán aquellos que sí la han sufrido o sufren. Saber qué siente el que ya sabe que va a morir –en realidad todos lo saben, lo que genera esta enfermedad es saber que morirá con una fecha más o menos próxima por una causa preestablecida– es lo que Caparrós expresa solapadamente a lo largo de todo el libro.
En un relato estremecedor, contundente y conmovedor, con los recursos literarios propios de quien los ha desarrollado a lo largo de todas sus producciones, el argentino cuenta cómo es convivir con esa enfermedad que aún no tiene tratamientos ni cura, y cuyo final es inevitable.
"Me pregunto por qué no entendía el privilegio de hacer esas cositas que ahora ya no puedo: caminar, abrazar, pretender, pensar en el futuro", expresa el autor de 'El Hambre' y 'La Verdad', dos de sus libros más leídos.
Escritor prolífico, reconoce haber vivido bien y ser un "privilegiado" por haber podido trabajar de lo que quería, pero que le da pena tener que irse.
Asegura que no pretende dar lástima, pero es inevitable como lector (y como ser humano) no sentir compasión al leer la crudeza del relato de alguien que padece la declinación diaria de su cuerpo. Entre esas alusiones a la enfermedad, entrelazadas a lo largo de las más de 650 páginas, el escritor hace un repaso por su vida, o por aquellas cosas que recuerda de su vida.
Este relato también representa un recorrido azaroso y librado a sus recuerdos de importantes episodios y hechos de la historia argentina y de la historia del mundo, con él como protagonista. Y es que Caparrós no puede abandonar, pese a contarlo a través de sus propias vivencias, su agudeza analítica y crítica, y su vocación periodística y narrativa.
'Antes que nada' habla de los inmigrantes que llegaron a Argentina –su padre era exiliado de la España franquista y su madre hija de inmigrantes judíos polacos–; de la educación pública, otrora prestigiosa en su país natal; o del conflicto armado y la guerrilla de la década de los 70, de la que formó parte.
Alude también al golpe de estado argentino; a los desaparecidos; al "(re)exilio" que lo llevó a Francia durante la dictadura militar; al retorno democrático; al menemismo, variante criolla del neoliberalismo; y al kirchnerismo.
Pero también describe el mundo, que ha recorrido a lo largo de toda su vida por diversas circunstancias, fueran laborales o personales, y al que le ha dedicado crónicas –uno de sus géneros predilectos–, ensayos y novelas, su vocación natural.
La curiosidad y las ganas de conocer siempre un poco más para entender este espacio en el que vive la humanidad, han sido, según cuenta Caparrós, uno de los motores de su vida.
"Orgulloso" y "suficiente" son palabras que el propio autor ha elegido para describir algunas actitudes que lo han caracterizado; alguien que, con cierta autoridad intelectual, muchas veces aparecía como soberbio y provocador, pero siempre intentaba expresar su punto de vista sobre el devenir de las cosas.
Caparrós ya había mostrado humanidad a través de su trabajo, porque pese a sus formas o sus formatos, sus producciones han intentado expresar la mayoría de las veces las injusticias de un mundo que sigue siendo muy desigual y conflictivo.
El ganador del premio Ortega y Gasset muestra en sus memorias su lado humano más íntimo: su vida, sus amores, sus éxitos y fracasos, sus amistades y sus ¿enemistades?; sus dudas y certezas; en definitiva, las experiencias de alguien que vivió intensamente y que, con perspicacia y lucidez, permite también repasar y repensar muchos acontecimientos y procesos históricos y actuales que nos siguen interpelando.