“Más allá de la bruma”: una introspección puesta en escena
Basada en el libro homónimo de Álvaro Mata Guillé, el autor y una de las coreógrafas principales e interprete, Pilar Hernández, hablan sobre esta puesta en escena que busca recabar en el verdadero ser del público. Este jueves se estrena la obra “Más allá de la bruma” en el Teatro la Libélula Dorada a partir de las 8:00 p.m
Sarah Gutiérrez
¿En qué momento se deciden por adaptar el libro “Más allá de la bruma”?
Álvaro Mata Guillé: Este proyecto empieza a formarse hace seis años, cuando publiqué el libro por primera vez y tuve la oportunidad de presentarlo por varios países. En medio de esa gira, me crucé con Miguel Bolaños, quien es coreógrafo y después de un tiempo, me comentó que sí podía realizar una coreografía sobre el libro porque se había sentido identificado no solo por lo que se habla sobre el recuerdo, sino por su vida en general.
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Conversamos sobre otros escritos que he publicado y surgió la idea de llevar esta idea a escena, en ese momento entran Pilar (Hernández), y Humberto Canessa. Empezamos a construir el proyecto, de cómo se iba a presentar, y más o menos en diciembre o noviembre del año pasado, nos ganamos el premio del fondo Iberescena en la categoría de coproducción de espectáculos para presentarnos en Costa Rica, México y Colombia.
¿Cuáles fueron los retos que encontraron a la hora de fusionar elementos como la música, la poesía y la danza en la obra?
Pilar Hernández: Hemos hablado bastante sobre el tema y lo que hemos concluido es que cada uno, desde su especialidad, aporta a la construcción y proyección de esta puesta en escena, al final, todos nos encontramos y logramos conectar para hablar en un mismo lenguaje.
Preparando este espectáculo tuve mi primer acercamiento con la poesía, desde un punto de vista en el que realmente empecé a entenderla y a identificar estos clichés que aparecen, y que hay que ir armando y desarmando. Cuando empezamos a entenderla un poco más, nos apropiamos de ella.
Como equipo siento que no tenemos la necesidad de definir esto, de si es danza, teatro, o música, este proyecto se ha convertido en una amalgama de lenguajes que presenta nuestra necesidad como artistas de manifestarnos para contar una historia. No fue fácil, pero ha sido un ejercicio enriquecedor.
Para ambos, ¿cómo fue trabajar en una adaptación de “Más allá de la bruma”?
AMG: En mi caso, considero que en el momento en el que escribes un libro o haces una obra de teatro, eso que hiciste ya no es tuyo, claro, tú lo hiciste, salió de tu ingenio, pero cuando una persona lo toma, lo puede interpretar de una manera parecida a lo que querías contar o, por el contrario, de una manera diferente y ahí está la potencialidad del arte.
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En medio de esta experiencia he tenido la oportunidad de escuchar cómo los demás miembros del equipo ajustaban a sus vivencias personales, lo que había escrito y me mostraron otro punto de vista de ver las cosas. Como autor se cree que tengo cierta verdad absoluta sobre la obra, y en ocasiones puede que sea así, e intervengo en algunos puntos, pero en general, entiendo que al escribir un libro no es lo mismo que escribir una obra.
PH: Fue recorrer todo un camino porque al inicio tuvimos que hacer las lecturas de los poemas sin ninguna explicación previa más allá de lo que sentimos en el momento. Después de eso, Álvaro llegó a desmenuzarnos el poema, por así decirlo, y explicando cada palabra, de por qué estaba ahí; así que ese ejercicio hizo que recobrara mucho sentido, algo que había percibido de otra manera. En ocasiones, terminábamos desbaratándonos a nosotros mismos y nuestras concepciones sobre la cotidianidad y otros elementos que no tenían peso antes.
¿En qué momento se deciden por adaptar el libro “Más allá de la bruma”?
Álvaro Mata Guillé: Este proyecto empieza a formarse hace seis años, cuando publiqué el libro por primera vez y tuve la oportunidad de presentarlo por varios países. En medio de esa gira, me crucé con Miguel Bolaños, quien es coreógrafo y después de un tiempo, me comentó que sí podía realizar una coreografía sobre el libro porque se había sentido identificado no solo por lo que se habla sobre el recuerdo, sino por su vida en general.
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Conversamos sobre otros escritos que he publicado y surgió la idea de llevar esta idea a escena, en ese momento entran Pilar (Hernández), y Humberto Canessa. Empezamos a construir el proyecto, de cómo se iba a presentar, y más o menos en diciembre o noviembre del año pasado, nos ganamos el premio del fondo Iberescena en la categoría de coproducción de espectáculos para presentarnos en Costa Rica, México y Colombia.
¿Cuáles fueron los retos que encontraron a la hora de fusionar elementos como la música, la poesía y la danza en la obra?
Pilar Hernández: Hemos hablado bastante sobre el tema y lo que hemos concluido es que cada uno, desde su especialidad, aporta a la construcción y proyección de esta puesta en escena, al final, todos nos encontramos y logramos conectar para hablar en un mismo lenguaje.
Preparando este espectáculo tuve mi primer acercamiento con la poesía, desde un punto de vista en el que realmente empecé a entenderla y a identificar estos clichés que aparecen, y que hay que ir armando y desarmando. Cuando empezamos a entenderla un poco más, nos apropiamos de ella.
Como equipo siento que no tenemos la necesidad de definir esto, de si es danza, teatro, o música, este proyecto se ha convertido en una amalgama de lenguajes que presenta nuestra necesidad como artistas de manifestarnos para contar una historia. No fue fácil, pero ha sido un ejercicio enriquecedor.
Para ambos, ¿cómo fue trabajar en una adaptación de “Más allá de la bruma”?
AMG: En mi caso, considero que en el momento en el que escribes un libro o haces una obra de teatro, eso que hiciste ya no es tuyo, claro, tú lo hiciste, salió de tu ingenio, pero cuando una persona lo toma, lo puede interpretar de una manera parecida a lo que querías contar o, por el contrario, de una manera diferente y ahí está la potencialidad del arte.
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PH: Fue recorrer todo un camino porque al inicio tuvimos que hacer las lecturas de los poemas sin ninguna explicación previa más allá de lo que sentimos en el momento. Después de eso, Álvaro llegó a desmenuzarnos el poema, por así decirlo, y explicando cada palabra, de por qué estaba ahí; así que ese ejercicio hizo que recobrara mucho sentido, algo que había percibido de otra manera. En ocasiones, terminábamos desbaratándonos a nosotros mismos y nuestras concepciones sobre la cotidianidad y otros elementos que no tenían peso antes.