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El 23 de febrero el mundo vio cómo Rusia desataba su furia sobre tierra ucraniana con bombardeos en varias ciudades. Mientras los muros se sacudían bajo los estallidos y los ciudadanos se ocultaban o escapaban en un intento por sobrevivir, dentro de los 40 museos de la capital, Kiev, el patrimonio y las obras que en ellos residen peligran ante la amenaza del avance ruso.
“Esta mañana, el 24 de febrero, Rusia lanzó una guerra a gran escala contra Ucrania. Se escuchan explosiones en muchas ciudades de Ucrania, y los tanques y la artillería pesada del enemigo cruzaron la frontera ucraniana desde el norte, el sur y el este. Ya hay bajas entre los soldados y civiles ucranianos, incluidos niños. Deberíamos estar preparando ahora el Arsenal de Libros que se llevará a cabo en mayo, exposiciones y proyectos intersectoriales; en cambio, nuestro equipo enfoca los esfuerzos para garantizar la seguridad de nuestro personal, nuestras familias, así como para proteger nuestra colección, objetos de museo (pinturas, gráficos, bellas artes), incluidas las obras de Malevych, Yermylov, Bohomazov, Petrytskyi, Zaretskyi, etc., obras de arte moderno, hallazgos arqueológicos y el edificio del Antiguo Arsenal, que es un monumento histórico y arquitectónico de importancia nacional”, dice el comunicado emitido por el Centro Cultural Mystetskyi Arsenal.
La directora del centro cultural, Olesia Ostrovska-Liut, le contó a The Art Newspaper que después de haber leído el documento que publicó la institución hubo una alerta aérea y tuvo que esconderse en un refugio antiaéreo. Según el medio inglés, apenas el día antes Ostrovska-Liut estaba preparando “una presentación sobre el catálogo de una nueva exhibición sobre el papel del arte contemporáneo bielorruso en combatir la opresión”.
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Apenas una semana antes Oleksandra Kovalchuk, directora del Museo de Bellas Artes de Odesa, escribió en la página de Facebook del museo que revisaron sus sistemas de seguridad para asegurar la colección y el museo, de la mano de la policía local. “Tal vez alguien piense ahora que los museos o el arte deberían estar fuera de la política. Con toda la experiencia que tengo, quiero asegurarles que este no es el caso. A lo largo de la historia, el arte ha sido y sigue siendo una parte de la política que está indisolublemente ligada a la vida pública”, escribió Kovalchuk, citada por The Art Newspaper.
Desde Kharkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, el director del Museo de la Escuela de Fotografía de Kharkiv, Sergiy Lebedynskyy, le dijo a The Art Newspaper que “en caso de invasión, no habrá ninguna posibilidad de evacuar rápidamente la ciudad ya que, lamentablemente, el sistema de carreteras interurbanas no está bien preparado y colapsaría rápidamente en caso de tales eventos de evacuación masiva”.
El museo que dirige abrió sus puertas en 2018 y presenta obras de fotógrafos de la era soviética que viven en la región, como Boris Mikhailov. Dado que la sede física de los archivos del museo aún está en construcción, “gran parte de la colección se mantiene almacenada en Alemania, lo cual es bueno en este momento” y lo que hay en Ucrania puede ser evacuado en camionetas, le contó al periódico de arte.
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Para el director del museo es extraño pensar en planes a futuro con la probabilidad de que todo puede empeorar. En una comunicación reciente que tuvo el medio especializado con Kovalchuk, afirmó que “el personal del museo hizo todo lo posible para proteger la colección mientras arriesgaba sus vidas”.
Mientras que el personal cultural ucraniano se preocupa por su vida, la de sus familias y en salvar lo que puedan de las obras que residen en sus fronteras, el presidente Volodomyr Zelensky dijo en un discurso el 23 de febrero, dirigido a ucranianos y rusos: “les dicen que odiamos la cultura rusa. ¿Cómo se puede odiar la cultura? ¿Alguna cultura? Los vecinos siempre se enriquecen culturalmente, pero eso no los convierte en una sola entidad. No nos subsume en ustedes. Somos diferentes, pero eso no es motivo para ser enemigos. Queremos determinar y construir nuestra propia historia, en paz, con serenidad y con honestidad”.
Del otro lado del Océano Atlántico, en Estados Unidos, profesores y académicos temen que el discurso que dio Vladimir Putin hace unos días implique también una eliminación de la cultura ucraniana. “Quiere negar las fuertes conexiones económicas y culturales de Ucrania con Europa. Quiere negar a Ucrania una identidad, una identidad nacional, que sea principalmente europea”, le dijo Matthiew Schmidt, experto en relaciones exteriores de la Universidad de New Haven, a la cadena CBS.
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El 24 de febrero el Consejo Internacional de Museos (ICOM por sus siglas en inglés) se pronunció sobre la crisis:
“El ICOM está especialmente preocupado por los riesgos a los que se enfrentan los profesionales de los museos, así como por las amenazas al patrimonio cultural a causa de este conflicto armado. El ICOM espera que ambos países, como Estados Parte de la Convención de La Haya de 1954 para la Protección de los Bienes Culturales en caso de conflicto armado y su Primer Protocolo, cumplan con sus obligaciones legales internacionales de proteger el patrimonio. Este conflicto ya es profundamente angustioso y es probable que resulte en una pérdida de vidas inaceptable, por lo que el ICOM pide un alto el fuego rápido, una mediación inmediata entre los beligerantes y esfuerzos coordinados para garantizar la seguridad del personal del museo y proteger el patrimonio cultural. En tiempos de conflicto e incertidumbre como estos, el ICOM también debe expresar su profunda preocupación por las implicaciones que tendrá esta incertidumbre en la seguridad de los miembros del ICOM, el personal de los museos y el patrimonio cultural en Ucrania”, dijo la organización en un comunicado.
Más allá del arte y folclor que Ucrania posee, se encuentra una muestra de obras que reflejan un sentimiento antisoviético sobre el cual Brian Daniels, director de investigación y programas del Penn Cultural Heritage Center en el Museo de la Universidad de Pensilvania, le dijo a la National Public Radio que: “el folclor ucraniano en museos e instituciones es el sitio de la oposición antisoviética. Y temo mucho por esas instituciones, especialmente porque aquí también hay cierto tipo de conflicto ideológico, en el que los museos van a estar implicados”.