“Más allá del abismo” y la resiliencia de los líderes sociales en Colombia
Una planta crece en medio del asfalto. Contra todo pronóstico, las hojas verdes se asoman entre las grietas del suelo. Su vida nace y se fortalece allí, en un ambiente precario que no está condicionado para sostenerla. Para la escritora Diana Pardo, esta imagen, que compone la portada de su libro “Más allá del abismo”, es la metáfora perfecta para describir a los líderes sociales en Colombia: la vida que triunfa ante la adversidad.
Daniela Cristancho Serrano
En 117 páginas, Diana Pardo nos lleva en un recorrido por algunas de las zonas de Colombia que se han visto profundamente afectadas durante el conflicto armado, entre ellas Cauca, Nariño, Bolívar y Chocó. Los protagonistas de la historia son diez líderes sociales, hombres y mujeres, que se vieron obligados a transformar su vida debido a la violencia. Sus historias tienen muchas semejanzas y entre ellas se destaca un factor común: la capacidad de reestructurar la vida propia ante el trauma y, más allá de eso, convertirse en agente de cambio.
Antes de que los guerrilleros llegaran a Barbacoas, Nariño, Luz Aída Angulo nadaba desnuda en el río, rodeada de mariposas. “Ese es el mejor recuerdo que tengo de niña; todas esas mariposas de colores como sacadas de un cuento de Gabriel García Márquez”, relata en el libro Más allá del abismo. El caserío donde creció con su padre y sus hermanos constituía, en sus palabras, un edén verde lleno de vida. Sin embargo, es un paraíso que tuvo que abandonar de manera forzosa cuando los grupos armados se tomaron el pueblo, por ser un corredor clave para el tráfico de drogas, armas y metales preciosos.
Fue así como ella, sus hermanas y otras mujeres de Barbacoas llegaron a la terminal de transporte de Bogotá y, más adelante, a un barrio de invasión al sur de la ciudad. Hoy, veinticinco años después, Angulo se ha convertido en una líder social abanderada de la lucha por los derechos de las mujeres víctimas del conflicto armado. Ella lidera, además, la fundación Black Sombra, con la que promueve las tradiciones de la comunidad afrocolombiana que habita en la capital, con el fin de preservar la cultura ancestral de sus regiones natales.
La de Angulo es una de las diez historias que componen el libro de Diana Pardo y que, en conjunto, son una muestra de la diversidad de los líderes sociales en el país y de las causas que defienden. Más allá del abismo le presenta al lector las luchas por los jóvenes, las mujeres, el medio ambiente, las personas con orientación sexual diversa, las comunidades indígenas, campesinas y afrocolombianas. Pero, además, dibuja una imagen cercana de quiénes son estas personas, mostrando los rasgos que comparten con quienes no han vivido la guerra en carne propia. A Mayerlis le gusta jugar fútbol; a Sergio, escuchar rock y heavy metal, y Yanet sueña con enamorarse.
“Yo quería encontrar esa empatía. Cuando uno lee sobre las vidas de las personas se da cuenta de que hay muchas cosas en común: que uno puede tener sueños similares, que las familias pueden ser parecidas, que los ambientes pueden tener similitudes. Me parece que ‘líder social’ es un término frío, que no dice mucho. Entonces acercarnos y conocer más de sus vidas nos da una mayor comprensión de lo que en realidad son”, afirma Pardo.
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Su necesidad de narrar estas historias nace precisamente de ello. De acuerdo con el más reciente informe de la Oficina de Naciones Unidas, se han confirmado los asesinatos de 78 líderes sociales durante el 2021 en Colombia. Según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), el número es más elevado: 168 defensores de derechos humanos fueron asesinados el año pasado. Sin embargo, pocas veces las historias individuales trascienden las cifras. Muchos ignoran las circunstancias particulares de estos defensores y, así, el verdadero valor que tienen sus luchas.
“A raíz de la firma de los Acuerdos de Paz, ha habido muchos testimonios de sobrevivientes del conflicto en los últimos años en Colombia, pero desde el punto de vista del líder social me parece que nos hacía falta una aproximación más humana frente a lo que ellos son: de dónde vienen, cómo viven, qué sueñan. Entonces decidí aportar desde lo que sé hacer, que es escribir”, cuenta la autora.
Más allá de esto, el libro tuvo otro resultado insospechado: ayudó a que Pardo sobrellevara sus propios duelos. Al igual que los personajes de su obra, quienes encuentran en su lucha herramientas para superar sus tragedias, la autora hizo lo propio mediante la escritura.
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“El proceso paralelo de hacer las entrevistas me sirvió para mi propia sanación”, explica Pardo, quien perdió a su padre y a su hermano durante el año que escribió su libro. “Cada una de estas personas son un ejemplo de resiliencia increíble y, en un momento dado, fueron un ejemplo para decir ‘tengo que seguir para adelante’. Me ayudaron a poner en perspectiva lo que yo estaba viviendo, al lado de estas grandes vidas que estaba descubriendo”.
Y es que sanar por medio de servir es la línea transversal del texto y de quienes lo trajeron a la vida. “La vida misma te enseña que los dolores del corazón que te han hecho botar lágrimas, esos dolores también te enseñan a perdonar y aceptar que el otro viene de una cadena de violencias infinitas”, afirma en el libro Liliana Pechene Muelas, lideresa del pueblo misak, quien ha conocido de cerca las luchas indígenas con el Estado.
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Durante el proceso de entrevistas para el libro, dos lideresas sufrieron atentados en su contra. No obstante, continuaron con el proceso de la mano de Pardo, y hoy se sienten agradecidas y alegres de ser parte de este proyecto que busca visibilizarlas. Ese coraje, que caracteriza a los defensores de derechos humanos presentes en el texto, es lo que da origen a su título. La fuerza interna es la que los lleva a ver más allá del abismo, de aquel vacío lleno de obstáculos, y a proyectarse hacia el futuro. “Yo me imaginaba a estas personas usando las dificultades como impulso para saltar por encima del abismo, mirando más allá, y saliendo adelante”, afirma Pardo.
“Me encanta el futuro”, afirma Luz Aída Angulo, quien sueña, algún día, tener un comedor comunitario donde los niños puedan alimentarse con los productos del Pacífico y conocer la cultura afrocolombiana. Ella, como tantos otros, seguirá trabajando por la defensa de los derechos humanos en Colombia, más allá del abismo.
En 117 páginas, Diana Pardo nos lleva en un recorrido por algunas de las zonas de Colombia que se han visto profundamente afectadas durante el conflicto armado, entre ellas Cauca, Nariño, Bolívar y Chocó. Los protagonistas de la historia son diez líderes sociales, hombres y mujeres, que se vieron obligados a transformar su vida debido a la violencia. Sus historias tienen muchas semejanzas y entre ellas se destaca un factor común: la capacidad de reestructurar la vida propia ante el trauma y, más allá de eso, convertirse en agente de cambio.
Antes de que los guerrilleros llegaran a Barbacoas, Nariño, Luz Aída Angulo nadaba desnuda en el río, rodeada de mariposas. “Ese es el mejor recuerdo que tengo de niña; todas esas mariposas de colores como sacadas de un cuento de Gabriel García Márquez”, relata en el libro Más allá del abismo. El caserío donde creció con su padre y sus hermanos constituía, en sus palabras, un edén verde lleno de vida. Sin embargo, es un paraíso que tuvo que abandonar de manera forzosa cuando los grupos armados se tomaron el pueblo, por ser un corredor clave para el tráfico de drogas, armas y metales preciosos.
Fue así como ella, sus hermanas y otras mujeres de Barbacoas llegaron a la terminal de transporte de Bogotá y, más adelante, a un barrio de invasión al sur de la ciudad. Hoy, veinticinco años después, Angulo se ha convertido en una líder social abanderada de la lucha por los derechos de las mujeres víctimas del conflicto armado. Ella lidera, además, la fundación Black Sombra, con la que promueve las tradiciones de la comunidad afrocolombiana que habita en la capital, con el fin de preservar la cultura ancestral de sus regiones natales.
La de Angulo es una de las diez historias que componen el libro de Diana Pardo y que, en conjunto, son una muestra de la diversidad de los líderes sociales en el país y de las causas que defienden. Más allá del abismo le presenta al lector las luchas por los jóvenes, las mujeres, el medio ambiente, las personas con orientación sexual diversa, las comunidades indígenas, campesinas y afrocolombianas. Pero, además, dibuja una imagen cercana de quiénes son estas personas, mostrando los rasgos que comparten con quienes no han vivido la guerra en carne propia. A Mayerlis le gusta jugar fútbol; a Sergio, escuchar rock y heavy metal, y Yanet sueña con enamorarse.
“Yo quería encontrar esa empatía. Cuando uno lee sobre las vidas de las personas se da cuenta de que hay muchas cosas en común: que uno puede tener sueños similares, que las familias pueden ser parecidas, que los ambientes pueden tener similitudes. Me parece que ‘líder social’ es un término frío, que no dice mucho. Entonces acercarnos y conocer más de sus vidas nos da una mayor comprensión de lo que en realidad son”, afirma Pardo.
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Su necesidad de narrar estas historias nace precisamente de ello. De acuerdo con el más reciente informe de la Oficina de Naciones Unidas, se han confirmado los asesinatos de 78 líderes sociales durante el 2021 en Colombia. Según el Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), el número es más elevado: 168 defensores de derechos humanos fueron asesinados el año pasado. Sin embargo, pocas veces las historias individuales trascienden las cifras. Muchos ignoran las circunstancias particulares de estos defensores y, así, el verdadero valor que tienen sus luchas.
“A raíz de la firma de los Acuerdos de Paz, ha habido muchos testimonios de sobrevivientes del conflicto en los últimos años en Colombia, pero desde el punto de vista del líder social me parece que nos hacía falta una aproximación más humana frente a lo que ellos son: de dónde vienen, cómo viven, qué sueñan. Entonces decidí aportar desde lo que sé hacer, que es escribir”, cuenta la autora.
Más allá de esto, el libro tuvo otro resultado insospechado: ayudó a que Pardo sobrellevara sus propios duelos. Al igual que los personajes de su obra, quienes encuentran en su lucha herramientas para superar sus tragedias, la autora hizo lo propio mediante la escritura.
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“El proceso paralelo de hacer las entrevistas me sirvió para mi propia sanación”, explica Pardo, quien perdió a su padre y a su hermano durante el año que escribió su libro. “Cada una de estas personas son un ejemplo de resiliencia increíble y, en un momento dado, fueron un ejemplo para decir ‘tengo que seguir para adelante’. Me ayudaron a poner en perspectiva lo que yo estaba viviendo, al lado de estas grandes vidas que estaba descubriendo”.
Y es que sanar por medio de servir es la línea transversal del texto y de quienes lo trajeron a la vida. “La vida misma te enseña que los dolores del corazón que te han hecho botar lágrimas, esos dolores también te enseñan a perdonar y aceptar que el otro viene de una cadena de violencias infinitas”, afirma en el libro Liliana Pechene Muelas, lideresa del pueblo misak, quien ha conocido de cerca las luchas indígenas con el Estado.
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“Me encanta el futuro”, afirma Luz Aída Angulo, quien sueña, algún día, tener un comedor comunitario donde los niños puedan alimentarse con los productos del Pacífico y conocer la cultura afrocolombiana. Ella, como tantos otros, seguirá trabajando por la defensa de los derechos humanos en Colombia, más allá del abismo.