Mauricio Lleras decía que había aprendido a leer antes que a caminar.
Foto: Carlos Julio Martínez / Revista Semana
“A la mierda el cáncer, pero que me devuelvan mis ojos para poder leer”. Esas fueron las palabras que, un día, pronunció un librero que no se quejaba o gritaba por los dolores que le causaba el cáncer de vesícula que le habían descubierto a mediados de 2022. Ni siquiera se lamentó por esas sesiones de quimioterapia a las que se sometió para que le hicieran una cirugía y pudiera continuar con vida. Le habían dicho que su enfermedad tenía cura. Y, de hecho, no fue ella quien se lo llevó, sino un paro cardíaco.
Por Danelys Vega Cardozo
Comunicadora social y periodista de la Universidad de La Sabana con énfasis en periodismo internacional y comunicación política, y un diplomado en comunicación y periodismo de moda. Perteneció al semillero de investigación Acción social y Comunidades, bajo el proyecto Educaré.danelys_vegadvega@elespectador.com
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