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¿Cómo entró al mundo de la ilustración y la acuarela?
Esto empezó al principio como un hobby. Soy diseñadora gráfica y pintaba en mis ratos libres; siempre he pintado. Pero empecé a dar clases a la gente y cosas así en el 2008. Primero creé la marca, que se llama La Rivera Ilustrada, y después salió el tema editorial y de papelería, que son las agendas, libretas, etcétera. Con estos productos llegué a varias papelerías en Medellín. Ahí la marca empezó a tener un vuelco, empecé a pintar mucho y a dar talleres a cuantas personas, y eso se volvió un voz a voz. En esa época, no había tantos talleres y hacía lo que me gustaba. En ese momento estaba sin trabajo y muchas personas me sugirieron dar clases, cuando fui a hacerlo lo vi no como un escampadero, sino como algo en lo que invertía mi tiempo. Empecé a ver que esto cogía ritmo, apenas estaba surgiendo Facebook y publicaba mis trabajos ahí, junto con el proceso y poco a poco me fui dando a conocer en Medellín y con el tiempo esto se ha expandido a dar clases en Bogotá y Miami, estuve en Argentina un tiempo y hasta el sol de hoy sigo dedicada a esto.
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¿Qué le llamó la atención del mundo del arte, la ilustración y la acuarela como “hobby”?
Como he pintado casi que toda mi vida y estudié Diseño Gráfico, en mi carrera siempre me dedicaba a la parte del diseño, el arte y la ilustración, y me fui más que todo por la ilustración porque era lo que mejor sabía hacer. Siempre he involucrado en mi trabajo el tema de la fotografía y la ilustración porque me parece que son dos cosas que se complementan. Al principio tomaba las fotos de lo que quería pintar, entonces me iba para parques y les tomaba fotos a los pájaros. Estudié Fotografía y me gusta mucho el tema de la naturaleza, entonces yo le tomaba el registro a lo que quería pintar y eso se volvió mi proyecto de vida: quería pintar lo que registraba. Esto generaba curiosidad en los talleres, porque no era muy común combinar eso con la pintura y a partir de ahí me enfoqué en el tema de la naturaleza, y a la gente le empezó a gustar. Fui muy autodidacta al principio y viendo que el negocio crecía, empecé a invertir más en mí, en materiales, diplomados y cursos para enseñar a los demás.
Además de ilustración, también ha realizado murales, ¿cómo llegó a este formato?
Ese es otro proceso de toda la vida, uno en cualquier punto tiene altos y bajos y en cualquier trabajo, así sea en una empresa o tuyo, uno también tiene un punto donde se estanca. Empecé una marca con cuadernos, en ese momento fue un boom por tres años y empezaba a caer porque ya empezaba en ese momento el tema digital de los celulares y escribir en los celulares y los lápices electrónicos. Ahí empezó lo de las clases y el tema del muralismo. Sentía que necesitaba algo más. A mí siempre me llamó la atención pintar, hacer murales y llevar mis diseños a gran formato. Empecé haciendo wallpapers para algunos restaurantes y de ahí salió la motivación de pintar directo en la pared. Esto fue hacia 2016 y pedí ayuda a otros colegas muralistas para aprender de ellos. Mi portafolio de murales lo empecé a construir en mi casa y con esto quise profundizarlo como un servicio más de La Rivera Ilustrada, a mi nombre. Pienso que lo más importante de un artista es el portafolio que tú tengas, la experiencia que tengas, lo que has colaborado, lo que has hecho.
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¿Cómo realiza sus murales?
Es un proceso diferente porque pienso que uno tiene que primero plasmar al papel, después del papel uno puede hacerlo por cuadrícula en la pared, también uno puede ayudarse del proyector, hay muchas formas, pero a mí las que más me funcionaban eran estas dos. En cuanto a la técnica que uso, es una que llevo años perfeccionando por lo que he estudiado este formato durante tanto tiempo. Me interesa que cuando la gente ve uno de mis murales lo asocie conmigo. Creo que eso es importante, que un artista se dé a conocer con su línea gráfica y su estilo.
¿Cómo definiría su estilo en este momento?
Siempre le he apuntado al realismo. Quise estudiar Ilustración Científica y lo hice en la Universidad de Antioquia, pero lo hice para perfeccionar mi técnica, no por otra cosa. Lo que quería era poder ver a mis compañeros, mirar a otros lados, para mejorar y aprender de ellos. Tomaba como referencia a mis compañeros y a mi profesora, era para definirme más y hoy en día mi trabajo se destaca por ser muy realista, aun pensando que puedo mejorar. Todos los días trato de definirme más.
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¿Qué es lo que más le gusta de pintar con acuarelas?
Que es una técnica un poco compleja por el manejo del agua; el agua no se maneja y es una técnica que en el acto yo no sé qué va a pasar. Disfruto el proceso porque tengo un objetivo y quiero llegar a algo, pero no sé cómo va a quedar el resultado, porque ni siquiera el resultado va a quedar igual a la foto o al referente que tengo, precisamente por el agua, porque el agua es muy difícil de manejar y es una técnica muy sutil y como la manejo y la enseño también es llevando al realismo. Es una técnica que me exige en el momento, pero también me hace soltar porque no puedo controlar la cantidad de agua, no puedo controlar la cantidad de pintura, no puedo controlar esas cantidades que no son matemáticas.