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“Son solo 30 segundos de toda una vida de un ser humano que está sufriendo en Gaza. Y tras estos 30 segundos, su vida habrá cambiado”, dijo Mohammad Sabaaneh en una entrevista en Madrid, y explicó que su libro quiere ser un testimonio duradero para mantener vivas las imágenes que redes sociales y el Gobierno de Israel tratan de censurar.
Sabaaneh asegura que las "atrocidades" israelíes contra el pueblo palestino también se viven -aunque a un "nivel diferente"- en Cisjordania, donde reside, y que no puede evitar verse reflejado en los vídeos que salen de Gaza y sentirlo como si él fuera la víctima.
El libro es un compendio de 92 ilustraciones basadas en estos vídeos cortos, hechas a mano y con tinta china, que recuerdan en su estilo al Guernica de Pablo Picasso, una obra que el artista palestino admiró por primera vez hace casi una década y "cambió el estilo" de sus dibujos.
“Si comparamos mi tipo de ilustraciones con el Guernica (...), que es un testimonio contra la atrocidad y contra la guerra, es lo mismo”, dijo. El uso de tinta china, indeleble, es una decisión tomada a conciencia. La experimentación con esta tinta creó una textura que parecía sangre, “la sangre que somos y que hemos estado viendo desde el 7 de octubre en pasillos de hospitales, casas, y en cualquier lugar de Palestina”.
Sabaaneh, especializado en la ilustración de carácter político, cree que su arte, una especie de 'periodismo ilustrado' influenciado por el trabajo de Joe Sacco, es importante para "reflejar los asuntos de la gente por todo el mundo", y cobra especial relevancia en el contexto actual de "genocidio" que se vive en Palestina.
En su opinión, el arte "como medio, como discurso" es clave para que se conozca la situación en Palestina: "Es importante que los palestinos usen todo tipo de producto intelectual, arte visual, tallado, cómic político, lo que sea, para desmantelar la propaganda israelí contra nosotros".
Sabaaneh criticó la guerra “deshumanizadora” lanzada desde Israel y que persiste desde mediados del siglo pasado, y lamentó que el gobierno de Benjamin Netanyahu actúe con impunidad y sin tener ninguna linea roja, siguiendo “un plan” que tenían en mente desde hace tiempo en Gaza y en Líbano, y que ahora ponen en marcha con la excusa de la “venganza” por los ataques de Hamás de hace un año.