Momentos para la posteridad en los Óscar 2022: lo bueno, lo malo y lo feo
La gala de los Óscar dejó momentos que ya son meme, pero que merecen ser vistos con lupa para entender lo que hay detrás.
Daniel Sánchez Gómez
En primer lugar “no se habla de Bruno”; y al parecer mucha gente no quiere hablar de lo que fue el supuesto homenaje a la canción más escuchada del año en medio de los premios, pero además de haber sido una modificación brutal e innecesaria a la letra que dejó a todo el mundo atónito pues no era lo que la audiencia e invitados esperaban, lo más triste quizá de este momento es que el elenco, que merecía todo el reconocimiento por su labor en la mejor película animada del año según la Academia, terminó siendo totalmente opacado por tres artistas ajenos a la cinta.
Ahora, si de interpretaciones musicales estamos hablando, Sebastián Yatra brilló por su sentida interpretación de Dos Oruguitas, con un traje espectacular lleno de mariposas amarillas. Durante un breve acercamiento de la cámara pudo verse como el temblor de su mano delataba los nervios y la emoción que seguramente estaba sintiendo en ese momento, cantando en su idioma frente a muchos de los que seguramente son sus ídolos, una emoción que fue patente en la publicación que hizo en sus redes donde, entre lágrimas, se repone del momento de felicidad que vivió en el escenario. Qué grande.
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Sin embargo, el momento de la noche se lo llevan sin duda alguna Chris Rock y Will Smith, quien se puso de pie y subió al escenario para plantarle al comediante una bofetada de proporciones épicas, dejando con cara estupefacta a varios en la misma gala y aún más en sus casas, la cara de asombro de Nicole Kidman ya le da la vuelta al mundo, mientras personajes como Andrew Garfield y Zendaya verificaban en sus celulares si el momento hacía parte del libreto; y sin lugar a dudas todos fuimos Lupita Nyong’o con cara de incredulidad y confusión.
Pero más allá de lo hilarante o no que este viral momento pueda resultar, la verdad es que en pleno 2022 está claro que incluso las estrellas están cansadas del bullying. Si para ser chistoso tienes que hacerlo a través de una burla, este ya no es tu momento ni tu escenario. Chris Rock se burló de una condición degenerativa que Jada Pinkett-Smith padece y que le produce alopecia, en un par de cuadros podemos ver su rostro verdaderamente afectado antes de que su esposo desfile a entregar la icónica bofetada. Sin embargo, este no fue el único momento en la gala que brilló por querer hacer comedia a través del bullying, pues Amy Schumer en un desafortunado revés, quiso minimizar los enormes esfuerzos a favor del medio ambiente que hace Leonardo DiCaprio cuestionando su vida personal y la edad de quienes escoge como compañeras sentimentales; un tema irrelevante, propio de su intimidad y que no se compara con los buenos actos a favor de la sostenibilidad que hace DiCaprio. Pero sus desafortunadas intervenciones no pararon ahí, sino que además en tono burlesco comentó sobre el aumento de peso de Jennifer Lawrence, un dato irrelevante que nada tiene que ver con el enorme talento de la actriz ni con su participación en la cinta de Netflix Don’t Look Up.
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Ahora, no se trata de justificar los actos de Smith, que aunque después en su discurso de aceptación a la estatuilla de mejor actor, pidió perdón a la Academia por lo sucedido, la verdad es que su reacción fue desmedida y en el momento y lugar menos apropiados -en el contexto de un mundo en guerra, quizá el peor mensaje para enviar en un escenario como este sería el de resolver las diferencias a trompadas- y la Academia incluso comunicó que estudiará el caso y podrían llegar a quitarle el galardón. Sin embargo, probablemente no suceda, ya que un arranque agresivo de un hombre heterosexual, sigue siendo normalizado y celebrado por los medios y la opinión pública.
Sin duda alguna, tres momentos icónicos para la posteridad de la versión 94 de los premios Óscar, lo bueno: Sebastian Yatra, lo malo: No se habla de Bruno, y lo feo: se sigue confundiendo el bullying con comedia, se hieren sensibilidades y se reacciona mal. Juzguen ustedes.
En primer lugar “no se habla de Bruno”; y al parecer mucha gente no quiere hablar de lo que fue el supuesto homenaje a la canción más escuchada del año en medio de los premios, pero además de haber sido una modificación brutal e innecesaria a la letra que dejó a todo el mundo atónito pues no era lo que la audiencia e invitados esperaban, lo más triste quizá de este momento es que el elenco, que merecía todo el reconocimiento por su labor en la mejor película animada del año según la Academia, terminó siendo totalmente opacado por tres artistas ajenos a la cinta.
Ahora, si de interpretaciones musicales estamos hablando, Sebastián Yatra brilló por su sentida interpretación de Dos Oruguitas, con un traje espectacular lleno de mariposas amarillas. Durante un breve acercamiento de la cámara pudo verse como el temblor de su mano delataba los nervios y la emoción que seguramente estaba sintiendo en ese momento, cantando en su idioma frente a muchos de los que seguramente son sus ídolos, una emoción que fue patente en la publicación que hizo en sus redes donde, entre lágrimas, se repone del momento de felicidad que vivió en el escenario. Qué grande.
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Sin embargo, el momento de la noche se lo llevan sin duda alguna Chris Rock y Will Smith, quien se puso de pie y subió al escenario para plantarle al comediante una bofetada de proporciones épicas, dejando con cara estupefacta a varios en la misma gala y aún más en sus casas, la cara de asombro de Nicole Kidman ya le da la vuelta al mundo, mientras personajes como Andrew Garfield y Zendaya verificaban en sus celulares si el momento hacía parte del libreto; y sin lugar a dudas todos fuimos Lupita Nyong’o con cara de incredulidad y confusión.
Pero más allá de lo hilarante o no que este viral momento pueda resultar, la verdad es que en pleno 2022 está claro que incluso las estrellas están cansadas del bullying. Si para ser chistoso tienes que hacerlo a través de una burla, este ya no es tu momento ni tu escenario. Chris Rock se burló de una condición degenerativa que Jada Pinkett-Smith padece y que le produce alopecia, en un par de cuadros podemos ver su rostro verdaderamente afectado antes de que su esposo desfile a entregar la icónica bofetada. Sin embargo, este no fue el único momento en la gala que brilló por querer hacer comedia a través del bullying, pues Amy Schumer en un desafortunado revés, quiso minimizar los enormes esfuerzos a favor del medio ambiente que hace Leonardo DiCaprio cuestionando su vida personal y la edad de quienes escoge como compañeras sentimentales; un tema irrelevante, propio de su intimidad y que no se compara con los buenos actos a favor de la sostenibilidad que hace DiCaprio. Pero sus desafortunadas intervenciones no pararon ahí, sino que además en tono burlesco comentó sobre el aumento de peso de Jennifer Lawrence, un dato irrelevante que nada tiene que ver con el enorme talento de la actriz ni con su participación en la cinta de Netflix Don’t Look Up.
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Ahora, no se trata de justificar los actos de Smith, que aunque después en su discurso de aceptación a la estatuilla de mejor actor, pidió perdón a la Academia por lo sucedido, la verdad es que su reacción fue desmedida y en el momento y lugar menos apropiados -en el contexto de un mundo en guerra, quizá el peor mensaje para enviar en un escenario como este sería el de resolver las diferencias a trompadas- y la Academia incluso comunicó que estudiará el caso y podrían llegar a quitarle el galardón. Sin embargo, probablemente no suceda, ya que un arranque agresivo de un hombre heterosexual, sigue siendo normalizado y celebrado por los medios y la opinión pública.
Sin duda alguna, tres momentos icónicos para la posteridad de la versión 94 de los premios Óscar, lo bueno: Sebastian Yatra, lo malo: No se habla de Bruno, y lo feo: se sigue confundiendo el bullying con comedia, se hieren sensibilidades y se reacciona mal. Juzguen ustedes.