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                                                                                                                                Mompox, el corazón de un río que lo olvidó

                                                                                                                                La cuenca del río Magdalena vio nacer municipios y ciudades, como Santa Cruz de Mompox. Una isla que hoy es patrimonio pero que por años permaneció relegada a la sombra de un río cuya navegación quedó en el olvido. El viaje de lo que hoy es Cartagena a Honda a través de las aguas del Río Magdalena duraba 60 días en piraguas.

                                                                                                                                Andrea Jaramillo Caro

                                                                                                                                Periodista de El Magazín cultural
                                                                                                                                Mompox, uno de los municipios que se convirtieron en parte vital del río Magdalena no sería lo mismo sin las aguas con las que bordea, ni el río sería lo mismo sin Mompox.
                                                                                                                                Foto: Natalia Romero Peñuela
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Más allá de la importancia del río como canal económico, también tiene un fuerte arraigo cultural en las poblaciones que, a lo largo de la historia, se han beneficiado de él. “El río Magdalena ha influido mucho en nuestra cultura desde nuestros indígenas que habitaban estos territorios. Los malibúes, los pocabuyes, aquí dejaron mucha cultura, dejaron la cumbia, dejaron las canoas, que era lo que hacían nuestros indígenas, dejaron muchas cosas interesantes”, dice Domínguez. Pero, así como el río dejó elementos culturales que prevalecen hasta el día de hoy, también se formaron prácticas que aún se mantienen en las comunidades. “También lo que dice el sociólogo barranquillero Orlando Fals Borda, que se refiere a nosotros como hombres de río, hombre rianos, los hombres con costumbres de río, hombres navegantes, hombres, pescadores, hombres que sacamos el sustento del río, hombres que sacamos la arena, construimos nuestra casa desde el río, una relación directa, el río que nos transporta, el río que nos entretiene, también el río que nos da la naturaleza y la vida”.

                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Los registros muestran que la primera vez que los españoles entraron en contacto con el Río Grande fue en 1501. “El Río Grande de la Magdalena fue descubierto por Rodrigo de Bastidas. Lo descubrió ese día, el día de Santa María Magdalena, por eso su nombre. En distintos lugares del río durante su paso por lugares diferentes, los indígenas, los asentamientos indígenas le pusieron distintos nombres como el Arli y el Caracalí y el Cariguaño, el río del país amigo, entre otros”, afirma Domínguez. Con Rodrigo de Bastidas comenzó el uso frecuente y la transformación del río en un elemento vital del comercio y transporte. Sin embargo, los españoles no comenzaron a entrar con sus carabelas sino hasta el año 1519, a cargo de Jerónimo de Melo.

                                                                                                                                Le recomendamos: El Brexit no tuvo lugar

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                                                                                                                                Las orillas del afluente fueron las preferidas para la fundación de ciudades y el asentamiento de diferentes comunidades a lo largo de su historia. Mompox es una de ellas y para esta isla, en la que aún se sienten aires del pasado, “el río fue, es y seguirá siendo todo para Mompox. Fue el génesis para esta ciudad, por la ubicación de la ciudad frente al Río Magdalena. Es por esto que los españoles deciden fundar esta ciudad acá, que ya era un asentamiento indígena que estaba aquí a orillas del río Magdalena. Era el asentamiento de los indios malibúes y cuando llegaron los españoles escogen este sitio por su posición estratégica frente al río para hacer comercio, lo que hizo que se construyera Santa Cruz de Mompox. Yo diría que sin el río, Mompox no sería Mompox, o el río sin Mompox no sería Río Magdalena”. Domínguez hace la comparación con una relación simbiótica en la que importa no solo el comercio sino la cultura, la música que entró por el río con los españoles y que se mezcló con los ritmos y bailes que los indígenas ya tenían establecidos. “Entró mucha música europea de la época. La polka, la mazurka, el vals, todos estos ritmos con los que los músicos momposinos que eran muy virtuosos comenzaron a hacer su propia música con un toque caribeño y a eso le llamamos ‘música momposina’. Entró la Semana Santa, que es uno de los eventos culturales y religiosos más grandes que tenemos. Todo entró por el río Magdalena en materia cultural y también se fue por el río Magdalena el Carnaval de Barranquilla, que nació en esta región”.

                                                                                                                                No ad for you

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                                                                                                                                Mompox, uno de los municipios que se convirtieron en parte vital del río Magdalena no sería lo mismo sin las aguas con las que bordea, ni el río sería lo mismo sin Mompox.
                                                                                                                                Foto: Natalia Romero Peñuela
                                                                                                                                PUBLICIDAD

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                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Más allá de la importancia del río como canal económico, también tiene un fuerte arraigo cultural en las poblaciones que, a lo largo de la historia, se han beneficiado de él. “El río Magdalena ha influido mucho en nuestra cultura desde nuestros indígenas que habitaban estos territorios. Los malibúes, los pocabuyes, aquí dejaron mucha cultura, dejaron la cumbia, dejaron las canoas, que era lo que hacían nuestros indígenas, dejaron muchas cosas interesantes”, dice Domínguez. Pero, así como el río dejó elementos culturales que prevalecen hasta el día de hoy, también se formaron prácticas que aún se mantienen en las comunidades. “También lo que dice el sociólogo barranquillero Orlando Fals Borda, que se refiere a nosotros como hombres de río, hombre rianos, los hombres con costumbres de río, hombres navegantes, hombres, pescadores, hombres que sacamos el sustento del río, hombres que sacamos la arena, construimos nuestra casa desde el río, una relación directa, el río que nos transporta, el río que nos entretiene, también el río que nos da la naturaleza y la vida”.

                                                                                                                                Read more!
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                                                                                                                                Periodista y gestora editorial de la Pontificia Universidad Javeriana, con énfasis en temas de artes visuales e historia del arte. Se vinculó como practicante en septiembre de 2021 y en enero de 2022 fue contratada como periodista de la sección de Cultura.@Andreajc1406ajaramillo@elespectador.com
                                                                                                                                Ver todas las noticias
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