Muerdo: “Antes que máquinas, necesitamos humanidad”
El cantante español estuvo de gira en Colombia y se presentó en el Teatro Colón. Antes del concierto, habló con algunos de sus seguidores y, entre canciones, se refirió a la humanidad, la bondad y el amor propio que deberían primar ante la aparición de la Inteligencia artificial o las redes sociales.
Laura Camila Arévalo Domínguez
Alguna vez le preguntaron por qué no hacía canciones de amor. Él respondió que todas sus letras eran de amor a la vida, al prójimo, a la naturaleza. Que no todo tenía que ser sobre el amor romántico, pero que también componía sobre el tema, o sobre el amor propio, que debe anteceder el amor por alguien más, o eso cree él. “Tendré canciones, que borren para siempre, tu vida de la mía. Como un conjuro, que aparte de mi lado, el miedo y el dolor. Como invocando, espíritus que traigan, el olvido y la vida”, cantó.
Este domingo 7 de mayo, Pascual Cantera, más conocido como Muerdo, hizo su segunda presentación en Bogotá. Fue en el Teatro Colón y el concierto fue organizado por el Centro Nacional de las Artes (CNA). “La vida hay que morderla, hay que ir hacia la vida con esa actitud incisiva y mordiente, por eso muerdo”, dijo el español sobre la forma que eligió para identificarse.
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Nació un 9 de diciembre de 1988 en un pueblo del sur de España llamado Murcia. Escribe sobre el crecimiento personal, sobre sus raíces y la conexión con la naturaleza. Su inclinación a la música se manifestó desde su infancia cuando escuchó a sus hermanos tocar el piano. Sus primeros instrumentos los tocó de manera autodidacta y sus primeras influencias musicales lo conectaron con Latinoamérica a través de los boleros, el rock y la música folclórica. Actualmente, cuenta con seis trabajos discográficos: Flores entre el acero (2011), Tocando tierra (2013), Viento sur (2015), La mano en el fuego (2018), Fin de la primera vida (2020), La sangre del mundo (2021). Un camino que lo ha llevado a explorar ritmos como el reggae, hip-hop, funky, folk y pop.
Antes de su presentación, recibió a varias personas que se inscribieron para un encuentro más cercano. El CNA también organizó un espacio para algunos seguidores del artista que quisiera hablar con él. En la fila se contaron, aproximadamente, 20 personas que alcanzaron a conseguir un cupo para una iniciativa que tuvo espacio menos de cinco minutos. Muerdo, vestido con un overol negro, botas del mismo color, una camiseta del Perú, una chaqueta verde con el rostro de dos jaguares y la mitad del pelo pintada de un color entre fucsia y rojo, y el otro negro, recibió a cada uno de los inscritos.
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Que su música los había salvado, que se conectaron con sus raíces, que lloraron, que rieron, que superaron duelos, que volvieron a notar el presente, que comenzaron a pensar en la muerte y que eso los llevó a valorar más la vida. Que abandonaron el rencor que les produjo el abandono de alguien más. Que retomaron el amor que les produjo saber que podían amar a alguien más. O a muchos más. Que con sus letras aprendieron sobre el miedo que todos sentimos, pero también sobre la valentía que todos guardamos. Que gracias, que por fortuna volvió, que ojalá regrese.
Él agradeció, se rio, dio abrazos, firmó chaquetas y libretas. Se tomó fotos. Mandó saludos. A cada una de las personas que pasaron a saludarlo, les dedicó un tiempo para una conversación y una mirada a los ojos. Tal vez ese es uno de sus valores más grandes, y es que logra ser coherente: “Tan ausente de todo, cuanto quise ser, que hoy el presente es tan solo una pared. Así que atento, atento, atento, que todo lo que vive fuera, está porque nos nace adentro. Vive en mí, todo lo bueno, vive en mí, todo lo malo. Vive en mí, lo que no quiero, vive en mí, y lo que amo”.
Durante el concierto, en el que se presentó con músicos argentinos y colombianos, Muerdo cantó más de 10 canciones, entre las que se contaron “Vive en mí”, “Invisible”, “Tendré canciones”, “A volar”, “Canto pal que está despierto” y el sencillo con el que comenzó a reconocerse en Colombia, “Lejos de la ciudad”: “Vengo del aire caliente, que mueve el cañaveral, traigo el olor a mi gente, del olor y de azahar. Vengo de andar la vereda, del agua por el brazal, del granado y de la higuera. De sombra pa descansar, lejos de la ciudad”.
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“Quiero confesarte que esa fue la canción que me conectó contigo. Cuando cantas ‘Soy de caminos de piedras, de calles sin asfaltar. Mi abuela no fue a la escuela, pero aprendió a luchar’, me quedó suspendida en ese recuerdo de lo que fue mi infancia y el país en el que nací”, le dijo una de las mujeres que se acercó a saludarlo. Ella, que nació en Mompox, Bolívar, también fue atendida por el cantante, quien dijo que Colombia era un país que lo llamaba constantemente, y anunció el fin de su gira con esta presentación en Bogotá.
Alguna vez le preguntaron por qué no hacía canciones de amor. Él respondió que todas sus letras eran de amor a la vida, al prójimo, a la naturaleza. Que no todo tenía que ser sobre el amor romántico, pero que también componía sobre el tema, o sobre el amor propio, que debe anteceder el amor por alguien más, o eso cree él. “Tendré canciones, que borren para siempre, tu vida de la mía. Como un conjuro, que aparte de mi lado, el miedo y el dolor. Como invocando, espíritus que traigan, el olvido y la vida”, cantó.
Este domingo 7 de mayo, Pascual Cantera, más conocido como Muerdo, hizo su segunda presentación en Bogotá. Fue en el Teatro Colón y el concierto fue organizado por el Centro Nacional de las Artes (CNA). “La vida hay que morderla, hay que ir hacia la vida con esa actitud incisiva y mordiente, por eso muerdo”, dijo el español sobre la forma que eligió para identificarse.
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Nació un 9 de diciembre de 1988 en un pueblo del sur de España llamado Murcia. Escribe sobre el crecimiento personal, sobre sus raíces y la conexión con la naturaleza. Su inclinación a la música se manifestó desde su infancia cuando escuchó a sus hermanos tocar el piano. Sus primeros instrumentos los tocó de manera autodidacta y sus primeras influencias musicales lo conectaron con Latinoamérica a través de los boleros, el rock y la música folclórica. Actualmente, cuenta con seis trabajos discográficos: Flores entre el acero (2011), Tocando tierra (2013), Viento sur (2015), La mano en el fuego (2018), Fin de la primera vida (2020), La sangre del mundo (2021). Un camino que lo ha llevado a explorar ritmos como el reggae, hip-hop, funky, folk y pop.
Antes de su presentación, recibió a varias personas que se inscribieron para un encuentro más cercano. El CNA también organizó un espacio para algunos seguidores del artista que quisiera hablar con él. En la fila se contaron, aproximadamente, 20 personas que alcanzaron a conseguir un cupo para una iniciativa que tuvo espacio menos de cinco minutos. Muerdo, vestido con un overol negro, botas del mismo color, una camiseta del Perú, una chaqueta verde con el rostro de dos jaguares y la mitad del pelo pintada de un color entre fucsia y rojo, y el otro negro, recibió a cada uno de los inscritos.
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Él agradeció, se rio, dio abrazos, firmó chaquetas y libretas. Se tomó fotos. Mandó saludos. A cada una de las personas que pasaron a saludarlo, les dedicó un tiempo para una conversación y una mirada a los ojos. Tal vez ese es uno de sus valores más grandes, y es que logra ser coherente: “Tan ausente de todo, cuanto quise ser, que hoy el presente es tan solo una pared. Así que atento, atento, atento, que todo lo que vive fuera, está porque nos nace adentro. Vive en mí, todo lo bueno, vive en mí, todo lo malo. Vive en mí, lo que no quiero, vive en mí, y lo que amo”.
Durante el concierto, en el que se presentó con músicos argentinos y colombianos, Muerdo cantó más de 10 canciones, entre las que se contaron “Vive en mí”, “Invisible”, “Tendré canciones”, “A volar”, “Canto pal que está despierto” y el sencillo con el que comenzó a reconocerse en Colombia, “Lejos de la ciudad”: “Vengo del aire caliente, que mueve el cañaveral, traigo el olor a mi gente, del olor y de azahar. Vengo de andar la vereda, del agua por el brazal, del granado y de la higuera. De sombra pa descansar, lejos de la ciudad”.
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“Quiero confesarte que esa fue la canción que me conectó contigo. Cuando cantas ‘Soy de caminos de piedras, de calles sin asfaltar. Mi abuela no fue a la escuela, pero aprendió a luchar’, me quedó suspendida en ese recuerdo de lo que fue mi infancia y el país en el que nací”, le dijo una de las mujeres que se acercó a saludarlo. Ella, que nació en Mompox, Bolívar, también fue atendida por el cantante, quien dijo que Colombia era un país que lo llamaba constantemente, y anunció el fin de su gira con esta presentación en Bogotá.