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“La obra de un artista es un acto creativo que demanda tiempo, concentración y pasión. Es un proceso solitario que se complementa cuando hay un público que la aprecia, observa y analiza. Debido al momento tan extraño por el que estamos pasando, he decidido hacer exposiciones virtuales para llevarlas a un público deseoso de ver arte”, dice Mónica Meira, pintora, dibujante, retratista y grabadora, quien desde hace cinco años comenzó a exponer arte por Whastapp. Las muestras se hacían cada cuatro meses (tres en el año), pero desde que comenzó la cuarentena, a causa de la pandemia, Meira decidió aumentar la variedad y la frecuencia: exposiciones cada dos semanas.
La muestra que actualmente circula se llama “Animales en pandemia”, una reflexión sobre el aislamiento al que nos vimos sometidos a causa del COVID-19. A través de estas obras Meira busca que, además de mantener el contacto entre las personas y el arte, se despierte o renueve la conciencia por los animales. Cuadros que desde técnicas y épocas muy distintas destacan los colores y los gestos de especies salvajes o domésticas que han sido protegidas u olvidadas por el hombre. El origen de esta muestra se debe también a las imágenes de los distintos animales que, desde que las personas estuvimos encerradas, comenzaron a recorrer los espacios urbanizados. Pumas, zorros, ciervos, caballos, monos, cabras y jabalíes fueron algunos de los que exploraron las ciudades en las que los humanos tuvimos que pasar de ser los guardias de sus jaulas, a encerrarnos para apreciar (o envidiar) su libertad.
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“La idea de estas exposiciones quincenales es mostrar en pantalla lo que hoy no podemos ver en galerías y museos por estar en cuarentena. Es un intento para rodearnos y sumergirnos virtualmente en el arte actual”, agrega Meira, quien cree que este tipo de alternativas contribuye a que ni siquiera el encierro sea un motivo para desligarse de las obras de artistas como Nadín Ospina, Carlos Jacanamijoy, Alejandro Obregón, María Cristina Cortés, entre otros.
La obra de la serie “Vacas”, de María Cristina Cortés, podría ser una de las formas para atravesar las ventanas de la casa y llegar hasta los campos anhelados por estos días en los que, a pesar de que ya se pueden recorrer las carreteras y caminar más cerca de los cerros, muchos han elegido el confinamiento voluntario para protegerse de un virus con el que aún convivimos. Los pinos, las montañas, los ríos y los colores naranjas del atardecer de esta obra podrían fungir como túnel de escape hacia los paisajes que antes podíamos recorrer sin restricciones.
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¿Por qué hacer una exposición artística por Whatsapp? ¿Cómo es la dinámica?
Hoy, más que nunca, esta pandemia nos tiene conectados a las redes sociales. Es un medio más rápido y más directo. En estos momentos estamos encerrados frente a una pantalla que miramos a cada momento. No hay posibilidad de visitar galerías, ni exposiciones. Por otro lado, el bogotano no sale ni por la cuarentena, ni por la pereza, ni por el tráfico, ni por la lluvia, ni por el frío, ni por el pico y placa. Siempre hay una excusa para no salir. Entonces, si la montaña no viene a Mahoma... Mahoma va a la montaña…
En “Animales en la pandemia” las obras son de diferentes artistas y hechas en diferentes años. ¿Cómo las eligió?
La intención es mostrar diferentes tendencias, técnicas y propuestas con un tema en común. En este caso, animales. Por eso no importa el año de ejecución, ni la edad del autor de la obra. Solo busco calidad artística. ¿Con qué criterio? Con el mío, producto de más de 50 años de estudio del arte, títulos universitarios y mi trayectoria. Busco artistas sobresalientes, con trayectoria, con una obra que tenga un mundo propio, calidad y algo que decir. Estas exposiciones son netamente culturales, sin ánimo de lucro. Se originan desde una artista que divulga el trabajo de otros artistas que admira y respeta.
Como usted lo dijo, el proceso de la obra solo se complementa cuando hay un público que la aprecia, observa y analiza, pero, ¿cómo se da ese proceso con este tipo de exposición? (obras a través de la pantalla).
La pantalla es un medio rápido y directo que se puede apreciar solo o acompañado. Permite la concentración y evita tener la distracción social, común en los eventos a los que uno asiste en persona. Al no estar socializando, el espectador entra en una comunicación más íntima con la imagen.
¿Cuáles han sido los resultados de estas exposiciones por Whatsapp? ¿Qué le han dicho sobre esta nueva manera de apreciar el arte?
Los resultados han sido excelentes. Mucha gente ha mirado las exposiciones. Las espera y responde con toda clase de comentarios. Esa fue mi gran sorpresa. Recibir tantos comentarios, cuando en realidad, ante una pantalla, la gente no tiene el compromiso de decir nada ni al artista ni a mí.
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Hace poco una artista llamada Quinaya Qumir dijo que estas formas de exhibición (las digitales) se estaban convirtiendo en cliché. Que además de la sobreoferta, era imposible reemplazar la apreciación y el contacto directo del cuerpo con la obra. ¿Usted qué cree?
Estoy en total desacuerdo. Creo que estas exposiciones o eventos artísticos, en estos momentos, sacan a la gente de su rutina diaria y le permiten entrar en otro mundo. Lo he visto con los grandes museos del mundo organizando exposiciones especiales. Con el Metropolitan Opera de Nueva York, con recitales de los mejores cantantes operáticos del momento, en fin, muchas actividades artísticas que tienen un público deseoso de disfrutar todo esto. El arte es un conjunto de imágenes, en este caso, que el ser humano necesita para estimular el intelecto. Ese comentario es como decir que cuando Guttenberg inventó la imprenta el libro se convirtió en un cliché. Tampoco creo en la sobreoferta, tal vez sí en que hay mal arte. De eso sí hay mucho.
Además de que los animales se reapropiaron de algunos espacios durante la ausencia de los humanos en las calles, ¿cuáles son las reflexiones principales que quiere suscitar en las personas que vean la muestra?
La principal reflexión es ver buen arte, además de la extinción de muchos animales, un hecho preocupante y trágico. Hace pensar en el porvenir del planeta y obliga a tomar conciencia.