Los Carrangomelos, procedentes de Bogotá, fusionan la música carranguera con vivencias urbanas, mientras que Jazz ChiriMusic de Quibdó combina la chirimía del Pacífico con géneros como el jazz y el hip-hop. La Morena del Chicamocha de Santander reivindica el bullerengue afro travesti, y Cimarrón de San Martín, Meta fusiona raíces folclóricas con instrumentos de diversos orígenes.
Foto: William Niampira
“Algo que tengo muy claro en cuanto a mi herencia es que la música es como el hombre: debe crecer y no quedarse en un museo o en lamentaciones”, dijo Sonia Bazanta Vides, la mujer que decidió firmar cada una de sus composiciones como Toto la Momposina.
Con esas palabras, la cantaora, hija de Mompox, develó el anhelo que sostendría su carrera: mantener vivo el folclor de su tierra. No quería que se convirtiera en un asunto del recuerdo y la nostalgia que trae el pasado, sino que también esos sonidos, los que nacen en los pueblos, fueran...
Por Samuel Sosa Velandia
Comunicador social y periodista de la Universidad Externado de Colombia. Apasionado por las historias entrelazadas con la cultura, los movimientos sociales y artísticos contemporáneos y la diversidad sexual. Además, bailarín de danza folclórica en formación.@sasasosavssosa@elespectador.com
Temas recomendados:
Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación