Música en vivo brinda a soldados ucranianos un respiro de la guerra
Con canciones humorísticas y solos de violín, un concierto en vivo cerca de la línea del frente en Ucrania dio a los soldados la oportunidad de relajarse y despejar la cabeza de la guerra.
Emmanuel Peuchot - AFP
La presentación íntima, a cargo de compañeros soldados, fue realizada en un centro de rehabilitación de la 23ª brigada mecanizada ucraniana en la región oriental de Donetsk. La unidad está desplegada alrededor de la devastada ciudad industrial de Avdiivka, que las fuerzas rusas han intentado capturar por casi dos meses.
“Mientras escuchaba no pensaba en las trincheras”, contó Oleksandr, un soldado que se recupera de una sinusitis posiblemente causada por hipotermia. “Hay canciones o ritmos que te recuerdan algo, traen buenos recuerdos”, señaló el hombre de 31 años, que no reveló su apellido por motivos de seguridad.
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El grupo de músicos hizo magia con piano, violín, guitarra y bandura, un instrumento de cuerda tradicional de Ucrania, ante una veintena de asistentes. Los músicos integran la Fuerza Cultural, una asociación que ha realizado más de 2.500 conciertos para los soldados desde el inicio de la guerra con Rusia, en febrero de 2022.
“Le damos a los chicos una oportunidad de relajarse con música, canciones, chistes”, declaró el guitarrista Roman Rameniev, de 43 años. “Se olvidan por un rato de dónde están y se relajan”, dijo Rameniev, quien combatió en la brigada antes de unirse en junio a la asociación. Fundada por el cantante Mikolai Sierga, la asociación tiene 60 artistas militares y civiles que se presentan en instalaciones médicas del frente.
Traumatizados
Al principio, los soldados escuchaban indiferentes, con miradas vacías y rostros cansados. Cuando el violinista pidió solicitudes de canciones, a los soldados les costó recordar alguna. “Olvidé todo lo que cantaban mis padres cuando era niño”, contó uno. “No recordamos nada, estamos traumatizados por la guerra”, agregó otro.
Fue necesaria una canción obscena sobre sus superiores para que sonrieran y se relajaran. Pero la guerra regresó rápidamente. Durante una pausa para fumar, la conversación volvió a centrarse en la vida en el frente. “Nunca dejas las trincheras por los malditos drones”, dijo un soldado a otro. “Les disparas, derribas uno pero, mierda, siempre empeora: el enemigo te detecta y bombardea. No hay donde esconderse”, agregó.
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Posteriormente, un subcomandante de unidad repartió medallas y un sacerdote hizo un sermón. Estas formalidades no siempre son parte de los conciertos de la asociación. Usualmente “llegamos, suele haber 10 personas y terminamos conociendo a todos”, relató el guitarrista Rameniev. “Hablamos de la vida, de lo que hacían antes, lo que hacen ahora, sus sueños. Es menos un concierto que una conversación”, agregó.
Invitada especial
“Lo disfruté, ha pasado mucho tiempo desde que escucho música o tengo contacto con la civilización”, dijo Oleksandr tras el concierto. Contó que los hombres pasan todo su tiempo en trincheras o casas de la aldea que sirven de bases militares. “Yo escuchaba música todo el tiempo. A veces me dormía con los audífonos puestos, pero dejé de escuchar, ya no me apetece”, dijo.
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La presentación concluyó con un invitado especial. Daniela Zayushkina, vocalista de la banda ucraniana de rock Vivienne Mort, prestó su voz conmovedora en un solo. “La principal meta es entretener. Incluso por cinco minutos, si funciona, estoy feliz”, expresó.
Fue su tercer concierto para la asociación. Mort tiene una fundación que recauda fondos para comprar drones para la guerra. “Mi prioridad ahora es ayudar a las tropas”, declaró. “Cuando ganemos, habrá tiempo para otras cosas”.
La presentación íntima, a cargo de compañeros soldados, fue realizada en un centro de rehabilitación de la 23ª brigada mecanizada ucraniana en la región oriental de Donetsk. La unidad está desplegada alrededor de la devastada ciudad industrial de Avdiivka, que las fuerzas rusas han intentado capturar por casi dos meses.
“Mientras escuchaba no pensaba en las trincheras”, contó Oleksandr, un soldado que se recupera de una sinusitis posiblemente causada por hipotermia. “Hay canciones o ritmos que te recuerdan algo, traen buenos recuerdos”, señaló el hombre de 31 años, que no reveló su apellido por motivos de seguridad.
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“Le damos a los chicos una oportunidad de relajarse con música, canciones, chistes”, declaró el guitarrista Roman Rameniev, de 43 años. “Se olvidan por un rato de dónde están y se relajan”, dijo Rameniev, quien combatió en la brigada antes de unirse en junio a la asociación. Fundada por el cantante Mikolai Sierga, la asociación tiene 60 artistas militares y civiles que se presentan en instalaciones médicas del frente.
Traumatizados
Al principio, los soldados escuchaban indiferentes, con miradas vacías y rostros cansados. Cuando el violinista pidió solicitudes de canciones, a los soldados les costó recordar alguna. “Olvidé todo lo que cantaban mis padres cuando era niño”, contó uno. “No recordamos nada, estamos traumatizados por la guerra”, agregó otro.
Fue necesaria una canción obscena sobre sus superiores para que sonrieran y se relajaran. Pero la guerra regresó rápidamente. Durante una pausa para fumar, la conversación volvió a centrarse en la vida en el frente. “Nunca dejas las trincheras por los malditos drones”, dijo un soldado a otro. “Les disparas, derribas uno pero, mierda, siempre empeora: el enemigo te detecta y bombardea. No hay donde esconderse”, agregó.
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Invitada especial
“Lo disfruté, ha pasado mucho tiempo desde que escucho música o tengo contacto con la civilización”, dijo Oleksandr tras el concierto. Contó que los hombres pasan todo su tiempo en trincheras o casas de la aldea que sirven de bases militares. “Yo escuchaba música todo el tiempo. A veces me dormía con los audífonos puestos, pero dejé de escuchar, ya no me apetece”, dijo.
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Fue su tercer concierto para la asociación. Mort tiene una fundación que recauda fondos para comprar drones para la guerra. “Mi prioridad ahora es ayudar a las tropas”, declaró. “Cuando ganemos, habrá tiempo para otras cosas”.