"No hay barreras musicales": León Gieco
El cantautor argentino es reconocido por canciones como 'Sólo le pido a Dios' y 'La colina de la vida'. Su más reciente producción discográfica se llama ‘Un León D-mente’ y en ella se aproxima al sonido del rock.
Juan Carlos Piedrahíta B.
En los años 70 viajaba de una población a otra con un LP de los Beatles debajo del brazo. Sin embargo, el empaque del acetato no correspondía con su contenido porque en lugar de portar la música de los cuatro de Liverpool, protegía las canciones de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés. Así, al escondido para contrarrestar la censura, el argentino León Gieco se hizo amigo de la canción social.
En la actualidad prepara el disco número 37 en su carrera, pero su nombre se sigue asociando con la canción Sólo le pido a Dios, que popularizó su amiga Mercedes Sosa. Por sus letras comprometidas, su espíritu intelectual y su permanencia en la escena musical, este personaje, cuyo verdadero nombre es Raúl Alberto Antonio Gieco, está en la lista de invitados especiales al Congreso Iberoamericano de Cultura.
¿Cómo recibe la invitación para participar en este Congreso?
Estoy muy entusiasmado de ir al tercer Congreso porque es el lugar perfecto para mostrar mis canciones. Es que lo que yo hago no es lo típico que pasan en la radio sino son unos mensajes que sirven para la lucha por los Derechos Humanos. Lo mejor es que voy a poder disfrutar con amigos con Silvio Rodríguez, Fito Páez, Rodolfo Mederos y Jorge Drexler. Yo soy de los pocos afortunados porque va a tocar dos veces en Medellín porque a finales de julio estaré en un homenaje a Mercedes Sosa.
En su nuevo álbum ‘Un León D-mente’ es una aproximación al rock... ¿Cómo nació este disco?
El sonido de ese disco me estaba esperando hace algunos años porque yo nunca había experimentado grabar rock, pero tengo una relación cercana con él porque desde niño escucho a Led Zeppelin y Black Sabbath. En algún momento la compañía no quiso editarlo porque le dio miedo, pero finalmente accedió y ahora es uno de los discos más vendidos. Incluso fuimos invitados para ser el soporte de Metallica en dos actuaciones masivas en la cancha de River, con cerca de 60 mil personas cada día.
Usted ha grabado más de 30 discos, pero, tal vez, su proyecto más especial es ‘Mundo Alas’... ¿cierto?
Mundo Alas es una serie de casualidades que se convirtieron en un disco, una película, 12 ó 13 capítulos en el canal Encuentro y también provocó unos recitales que serán estrenados en España próximamente. En este proyecto me acompañaron 15 artistas con discapacidad. Hay bailarines, actores, pintores y autores, y el documental es el más galardonado en Argentina, con 35 premios, y estamos trabajando para mandarlo al Oscar.
Usted les debe a sus seguidores el disco ‘Canciones de un casette perdido’... ¿Cómo es esa historia?
Ese disco lo hice después de mi regreso del exilio. Yo estuve prohibido en radio y televisión, fui amenazado de muerte durante la dictadura. Volví en el 82, no quería tocar en Buenos Aires y empecé a mandar mensajes a ver si alguien tenía una grabación casera de mis actuaciones y la gente me mandó su material y encontré este registro semiprofesional que arreglé y fue el producto que lancé al mercado. Recuerdo que en ese momento conocí a Mercedes Sosa y grabamos Sólo le pido a Dios.
Durante ese momento de dictadura militar usted tuvo que modificar algunas de sus letras...
Así es. En ese entonces había un diario que se llamaba Confe y todas las canciones iban a parar ahí. Un militar determinaba qué canción podía aparecer en la radio y en la televisión. Las mías estaban casi todas prohibidas. Por fortuna hace 33 años vivimos una democracia y eso hace que la canción política pueda crecer un poco más.
Su disco ‘Desenchufado’ es una sátira a los ‘unplugged’ de MTV... ¿por qué?
A mí me gusta adaptarme a todos los sistemas. En ese momento hice este disco rabiosamente acústico y así como toco con un grupo de rock también comparto mis canciones con artistas del folclor. Ese disco lo grabé en Nueva York con la banda de James Taylor y lo llamé Desenchufado porque en esa época estaban los famosos Unplugged de MTV y yo nunca fui invitado, así que me desquité haciendo mi propio álbum en el que incluí un órgano de iglesia.
¿Cuál es la frontera entre el folclor argentino, el rock y el tango?
Las barreras musicales por fortuna están bastante derribadas. En este momento el tango, el rock y el folclor comparten mucho espacio. Ahora hay una perfecta libertad en el arte.
En los años 70 viajaba de una población a otra con un LP de los Beatles debajo del brazo. Sin embargo, el empaque del acetato no correspondía con su contenido porque en lugar de portar la música de los cuatro de Liverpool, protegía las canciones de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés. Así, al escondido para contrarrestar la censura, el argentino León Gieco se hizo amigo de la canción social.
En la actualidad prepara el disco número 37 en su carrera, pero su nombre se sigue asociando con la canción Sólo le pido a Dios, que popularizó su amiga Mercedes Sosa. Por sus letras comprometidas, su espíritu intelectual y su permanencia en la escena musical, este personaje, cuyo verdadero nombre es Raúl Alberto Antonio Gieco, está en la lista de invitados especiales al Congreso Iberoamericano de Cultura.
¿Cómo recibe la invitación para participar en este Congreso?
Estoy muy entusiasmado de ir al tercer Congreso porque es el lugar perfecto para mostrar mis canciones. Es que lo que yo hago no es lo típico que pasan en la radio sino son unos mensajes que sirven para la lucha por los Derechos Humanos. Lo mejor es que voy a poder disfrutar con amigos con Silvio Rodríguez, Fito Páez, Rodolfo Mederos y Jorge Drexler. Yo soy de los pocos afortunados porque va a tocar dos veces en Medellín porque a finales de julio estaré en un homenaje a Mercedes Sosa.
En su nuevo álbum ‘Un León D-mente’ es una aproximación al rock... ¿Cómo nació este disco?
El sonido de ese disco me estaba esperando hace algunos años porque yo nunca había experimentado grabar rock, pero tengo una relación cercana con él porque desde niño escucho a Led Zeppelin y Black Sabbath. En algún momento la compañía no quiso editarlo porque le dio miedo, pero finalmente accedió y ahora es uno de los discos más vendidos. Incluso fuimos invitados para ser el soporte de Metallica en dos actuaciones masivas en la cancha de River, con cerca de 60 mil personas cada día.
Usted ha grabado más de 30 discos, pero, tal vez, su proyecto más especial es ‘Mundo Alas’... ¿cierto?
Mundo Alas es una serie de casualidades que se convirtieron en un disco, una película, 12 ó 13 capítulos en el canal Encuentro y también provocó unos recitales que serán estrenados en España próximamente. En este proyecto me acompañaron 15 artistas con discapacidad. Hay bailarines, actores, pintores y autores, y el documental es el más galardonado en Argentina, con 35 premios, y estamos trabajando para mandarlo al Oscar.
Usted les debe a sus seguidores el disco ‘Canciones de un casette perdido’... ¿Cómo es esa historia?
Ese disco lo hice después de mi regreso del exilio. Yo estuve prohibido en radio y televisión, fui amenazado de muerte durante la dictadura. Volví en el 82, no quería tocar en Buenos Aires y empecé a mandar mensajes a ver si alguien tenía una grabación casera de mis actuaciones y la gente me mandó su material y encontré este registro semiprofesional que arreglé y fue el producto que lancé al mercado. Recuerdo que en ese momento conocí a Mercedes Sosa y grabamos Sólo le pido a Dios.
Durante ese momento de dictadura militar usted tuvo que modificar algunas de sus letras...
Así es. En ese entonces había un diario que se llamaba Confe y todas las canciones iban a parar ahí. Un militar determinaba qué canción podía aparecer en la radio y en la televisión. Las mías estaban casi todas prohibidas. Por fortuna hace 33 años vivimos una democracia y eso hace que la canción política pueda crecer un poco más.
Su disco ‘Desenchufado’ es una sátira a los ‘unplugged’ de MTV... ¿por qué?
A mí me gusta adaptarme a todos los sistemas. En ese momento hice este disco rabiosamente acústico y así como toco con un grupo de rock también comparto mis canciones con artistas del folclor. Ese disco lo grabé en Nueva York con la banda de James Taylor y lo llamé Desenchufado porque en esa época estaban los famosos Unplugged de MTV y yo nunca fui invitado, así que me desquité haciendo mi propio álbum en el que incluí un órgano de iglesia.
¿Cuál es la frontera entre el folclor argentino, el rock y el tango?
Las barreras musicales por fortuna están bastante derribadas. En este momento el tango, el rock y el folclor comparten mucho espacio. Ahora hay una perfecta libertad en el arte.