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En menos de tres días, la mayoría de eventos programados para marzo han sido pospuestos o cancelados. La comparación entre cómo se afrontó la epidemia en China a las tardías medidas tomadas en Italia o España, han dejado claro que la forma más efectiva de evitar la propagación acelerada del virus, es reducir el contacto físico entre las personas. Por esta razón, la Feria Internacional del Libro de Bogotá, el Festival Internacional de Cine de Cartagena, los museos nacionales, el Festival Estereopicnic, el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo y hasta los multiplex de Cine Colombia, cerraron sus puertas o aplazaron sus actividades.
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Las pérdidas económicas que acarrean estas decisiones son inmensas. Los pagos que se habían efectuado, las inversiones, asociaciones, el personal para atender al público, los estrenos de las películas, de los libros, los hoteles, los espacios para exponer o los sueldos de los artistas son, por mencionar algunos, los desafíos que ahora deberán enfrentar los encargados de la cultura en el país.
“Pongámonos en los zapatos de nuestros artistas y empresarios culturales. El dinero de tu entrada puede ayudar a preservar el empleo de muchos colombianos. Piénsalo y no pidas reembolso”, son las palabras que se han estado compartiendo en redes sociales.
Catalina Ceballos, directora de la maestría de gestión cultural de la EAN, dice que además de diferenciar los públicos que están siendo impactados, hay que entender que las personas que manejan las industrias culturales tienen que cumplir con las indicaciones que se necesiten para mitigar el riesgo. También resaltó a las actividades culturales de carácter medio que sobreviven gracias a los subsidios que entrega el Gobierno, ya que esas personas sufrirán un impacto mientras que esto se estabiliza.
Ceballos sugirió que se revise en qué medida los gobiernos locales y regionales pueden apoyar. "Me refiero a los créditos que ya sacó Bancoldex o en la redistribución de las becas de circulación que ya no se podrán entregar. Se podría revisar si esos recursos pueden cederse a esos artistas o centros culturales que se verán afectados en este asunto".
"El sector de la cultura es uno de los que más aportan al desarrollo y la construcción del tejido social y ese aporte no solo es social, sino también económico. Si esa industria se ve afectada, la sociedad también. Es un momento para repensar la manera en la que recircula la economía, la manera en la que cooperamos. Hay que encontrar la forma de agremiarse para trabajar los unos por los otros y sí, una de las medidas que se han tomado aquí y en el resto del mundo es sugerirle a las personas que no pidan el rembolso de lo que ya invirtieron en boletería o acreditaciones", agregó Ceballos.
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Aunque los que integran la industria son conscientes de que las personas invirtieron por un evento que no podrán disfrutar, sostienen que el momento que atraviesa el mundo requiere de una mirada mucho más solidaria que priorice el bien común. "Es el momento de pensar en la innovación para que podamos seguir entregado cultura para un planeta que la necesita. Estos serán unos días importantes para reconocernos en otros escenarios", concluyó Ceballos, quien subrayó que la industria también debe concentrarse en seguir trabajando por una sociedad que busca el soporte y el oxigeno que les regala el arte y la cultura.
* "Estamos cubriendo de manera responsable esta pandemia, parte de eso es dejar sin restricción todos los contenidos sobre el tema que puedes consultar en el especial sobre Coronavirus".