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Varios oficios se celebran a lo largo de la jornada antes de la tradicional Misa del Gallo, a medianoche, en este templo del catolicismo de más de 860 años de antigüedad, restaurado e inaugurado a inicios de mes tras estar cinco años en obras.
Un centenar de fieles que aguardaban antes de la primera eucaristía ingresaron en fila al templo, donde un hombre de chaleco con las siglas de Notre-Dame les advirtió en inglés: “Just the mass, no visit!” (solo para misas, no para visitas).
Familias y parejas, de toda Francia e incluso del extranjero, acudieron a la catedral. “Solía venir a misa aquí todos los años durante diez años antes del incendio”, explicó Daniel James, un azafato estadounidense de 46 años que vive en Seattle. ”Estoy muy contento de volver aquí, es tan mágico y especial, es un sentimiento de esperanza, de alegría”, añadió.
Desde el incendio que asoló Notre-Dame el 15 de abril de 2019, no se habían oficiado estas misas que celebran, para los cristianos en Nochebuena, el nacimiento de Jesús. Julien Violle, un ingeniero de 40 años que vino de Suiza con sus dos hijos, explicó que llegaron temprano “para asistir a la misa de las 4:00 p. m. y estar en un buen lugar. Es un monumento magnífico”.
Tras una vigilia musical a partir de las 5:00 p. m. (hora Colombia) con el coro de Notre-Dame, la tradicional Misa del Gallo comenzó a medianoche (6:00 p. m. hora Colombia), oficiada por el arzobispo de París, Laurent Ulrich.
Valentine Guilleux, una estudiante de 21 años que vino del oeste de Francia con su familia para pasar las vacaciones, afirmó que lleva algo menos de una hora haciendo fila. “¡Pero vale la pena! Es la primera vez, y probablemente la única, que asistiré a la Misa del Gallo en Notre Dame. Es simbólico y muy importante para nosotros”, explicó.
“¡Nuestros corazones están de fiesta!”, celebró en un mensaje navideño difundido el martes por el arzobispo Ulrich, quien rindió homenaje a los trabajadores que restauraron la catedral y permitieron “borrar el dolor del incendio (...) dejando solo la alegría del reencuentro”. El acceso a la famosa catedral, que reavivó el interés del público con su reapertura, permanece sujeto a un estricto aforo de 2.700 personas.
Tras cinco años de colosales obras, Notre-Dame de París volvió a abrir sus puertas el 7 de diciembre con una ceremonia a la que asistieron numerosas personalidades, entre ellas el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, y el dirigente ucraniano Volodímir Zelenski.
Para los católicos, esta Navidad marca también el inicio del Jubileo, el “Año Santo” 2025 de la Iglesia católica, que será inaugurado el 24 de diciembre por la noche por el papa Francisco desde el Vaticano. Se espera que esta gran peregrinación internacional, organizada cada 25 años, atraiga a Roma a más de 30 millones de fieles.