“Nova Reperta”: los descubrimientos que forjaron el mundo moderno
Este grabado del siglo XVI, titulado “Nuevos descubrimientos”, nos ofrece una vívida pintura del Renacimiento europeo, de los inicios de la globalización y de la importancia de ciertas innovaciones tecnológicas que cambiaron el mundo.
Gracias por ser nuestro usuario. Apreciado lector, te invitamos a suscribirte a uno de nuestros planes para continuar disfrutando de este contenido exclusivo.El Espectador, el valor de la información.
Es probable que la próxima semana cambie de opinión y encuentre una mejor opción, pero si hoy tengo que elegir una sola imagen que pueda dar cuenta de la complejidad del Renacimiento europeo, diría que este grabado titulado Nova Reperta (Nuevos descubrimientos), es lo más cercano a una pintura del mundo moderno. Se trata del frontispicio de una serie de grabados con los diseños del pintor flamenco Johannes Stradanus (1523-1605), llevados a la imprenta por el grabador Jan Galle en Amberes a finales del siglo XVI. En las imágenes se presentan grandes logros humanos, invenciones y descubrimientos, muchos de ellos recientes y que, sin duda, fueron parte de la configuración del mundo moderno.
Esta primera imagen, que sirve de presentación de una serie de 20 grabados, selecciona nueve descubrimientos enumerados en el siguiente orden: (1) América, (2) la brújula, (3) la pólvora, (4) la imprenta, (5) el reloj mecánico, (6) Guaiacum —una madera americana utilizada en el tratamiento de la sífilis—, (7) la destilación, (8) el cultivo de gusanos de seda y (9) arneses para caballos. Además de estos nueve temas anunciados en la portada, la serie incluye grabados sobre oficios y artefactos modernos como los molinos de agua y de viento, la producción de aceite de oliva y de azúcar, la pintura al óleo, los anteojos, las armas y armaduras de metal, el astrolabio y el grabado.
Stradanus fue uno de los artistas de la corte de los Medici, y las imágenes fueron inicialmente elaboradas en Florencia y luego remitidas a Amberes para su impresión. De manera que no es una sorpresa que los temas elegidos fuesen parte de la vida política, comercial y cultural de uno de los centros más notables del arte y la ciencia del siglo XVI. La serie de grabados es una celebración del espíritu innovador de la Europa del Renacimiento, de un momento de ruptura con el pasado.
No obstante, esta primera imagen y los otros grabados que la acompañan son una clara expresión de un nuevo mundo que se expande fuera de los confines del Mediterráneo.
Nova Reperta representa una nueva Europa que se está consolidando como el directo resultado de un acelerado proceso de expansión comercial. Sea o no la intención del artista, los gabados presentaron una modernidad mucho más global y diversa de la tradicional idea del mundo moderno centrado en la Europa protestante. La mayoría de los grandes descubrimientos aquí destacados tienen su origen en el mundo ibérico o fuera de Europa. El astrolabio y la astronomía al servicio de la navegación son herencias del mundo árabe; la imprenta, la brújula, el cultivo de la seda y la pólvora son, como sabemos, de origen oriental. El Guaiacum es un remedio de origen americano.
Veamos qué nos cuenta la imagen. Como insignia de la conquista cristiana de otros mundos, en medio del título sobresale una cruz en cuyos extremos hay cuatro estrellas, la cruz del sur, un emblema de la hazaña de los navegantes que conquistaron el sur de la esfera terrestre. En la parte superior hay dos figuras humanas, a la izquierda se ve llegar una mujer joven y a la derecha un hombre mayor que se retira de la escena. Los dos tienen en su mano una serpiente que se muerde la cola, (Uróboro) emblema del destino y del tiempo, que en este caso nos invita a pensar en el renacer y devenir de un mundo que cambia de manera constante. Llama la atención que sea una figura femenina la que representa el futuro, que además señala un porvenir lejos de Europa en el mapa del Nuevo Mundo, mientras que al lado opuesto, el pasado lo encarna una figura masculina y mayor que parece dar la espalda a los nuevos tiempos.
Debajo del título y en el centro de la imagen aparecen la imprenta y algunas páginas de papel en proceso de secado. Por el impacto descomunal sobre las artes y las ciencias de la multiplicación mecánica de textos e imágenes, no es accidental que la imprenta esté justo en el centro de todas las otras invenciones (ver entrada de esta serie sobre la imprenta, próxima entrega).
Justo debajo del mapa del Nuevo Mundo aparece un reloj mecánico, que si bien su manufactura precede el siglo XVI, no hay duda de que estas máquinas del tiempo tuvieron un impacto mayor sobre el mundo moderno. No solo por su efecto sobre la noción cotidiana del tiempo y los usos para las ciencias naturales de formas estandarizadas de medirlo, sino porque los relojes mecánicos fueron la analogía perfecta para ver en el mundo natural el diseño racional de un arquitecto del universo y pensar la naturaleza en términos mecánicos. A la izquierda del reloj hay un cultivo de gusanos de seda, una industria posible gracias a los lazos comerciales con el Lejano Oriente. Asociado con la conquista del Nuevo Mundo y sus riquezas naturales, en la parte inferior derecha aparecen algunos trozos de madera fuente de un medicamento contra los síntomas de la sífilis. El Guaiacum, también conocido como “palo santo”, es un ejemplo de la fascinación europea por plantas medicinales del Nuevo Mundo, como la coca o la quina, que llegaron a ser objetos de una lucrativa industria farmacéutica.
Si bien el Guaiacum solía venderse con fines terapéuticos diversos, es interesante comentar la importancia de este remedio asociado a un mal como la sífilis. Una enfermedad de amplia difusión y no solo con terribles síntomas físicos, sino con una carga moral por ser una enfermedad de transmisión sexual. La sífilis fue un mal asociado con un castigo divino al pecador y con frecuencia calificada como una enfermedad de origen “extranjero”, para algunos conocida como el “mal francés” y para otros la “enfermedad española”. En el siglo XVII la idea de que se trataba de una dolencia de origen americano fue ampliamente aceptada. Relacionado con la manufactura de medicamentos y el provecho humano de potencias naturales, debajo de la brújula aparecen utensilios que los alquimistas usaban para la destilación. El cañón y la pólvora en la parte inferior recuerdan el poder militar, otro invento asociado con la superioridad tecnológica de Europa que hizo posible la invasión a otros continentes. Estas novedades nos permiten ver un Renacimiento europeo en el centro de amplias conexiones globales, una modernidad inseparable de la expansión imperial.
Cada una de estas invenciones merece un comentario más generoso, de hecho, el grabado sobre el descubrimiento de América, que es parte de la serie Nova Reperta, fue la imagen con la cual abrimos esta serie del “Teatro de la historia”, otros como la imprenta, el reloj y el astrolabio vendrán más adelante. Por ahora el frontispicio de Stradanus nos permite reconocer una sociedad que celebra una particular ruptura con el pasado. Francis Bacon, en su Gran Restauración de 1620, afirmó que tres inventos desconocidos para los antiguos estaban cambiado la faz del mundo y las condiciones de la vida humana: la imprenta, la brújula y la pólvora. En la imagen no hay retratos de grandes pensadores ni alusión a ideas filosóficas o asuntos teológicos. Al igual que la obra del filósofo inglés, Nova Reperta busca enaltecer la novedad de saberes empíricos, conocimientos y oficios artesanales relacionados con el poder humano sobre la naturaleza.
Lecturas recomendadas:
Sobre esta serie de grabados sugiero el libro “Renaissance Invention”, editado por Lia Markey y publicado en 2020.