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Obras de Fernando Botero serán expuestas en Roma por primera vez

Este miércoles 10 de julio se inaugurará la exposición en Roma, Italia, con la presencia del Alcalde y demás autoridades de la ciudad.

09 de julio de 2024 - 02:35 p. m.
Terrazza del Pincio, Piazza del Popolo, Largo San Carlo Al Corso, Piazza di San Lorenzo in Lucina, Piazza Mignanelli y Piazza di San Silvestro son los lugares en donde se podrán apreciar las esculturas monumentales del maestro Fernando Botero.
Terrazza del Pincio, Piazza del Popolo, Largo San Carlo Al Corso, Piazza di San Lorenzo in Lucina, Piazza Mignanelli y Piazza di San Silvestro son los lugares en donde se podrán apreciar las esculturas monumentales del maestro Fernando Botero.
Foto: EFE - ANGELO CARCONI
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Las obras Fernando Botero, por primera vez, serán expuestas en el corazón de Roma, capital del país en el que el artista colombiano vivió y pintó. A partir de este miércoles de 10 de julio, paseantes y turistas podrán admirar ocho de sus más famosas obras en lugares emblemáticos de la ciudad, como la plaza del Pueblo o la plaza de España.

La exposición al aire libre, “Botero en Roma”, llega al Viejo Continente, gracias a los esfuerzos de la Fundación Fernando Botero, que crearon sus hijos con el fin de promover el legado del artista, que falleció el 15 de septiembre del año pasado. Lina Botero, primogénita del pintor, es la curadora de esta muestra, que aseguró habría conmovido a su padre.

“Estas esculturas hacen parte de la colección privada de mi papá, que muy inteligentemente siempre conservo y tuvo la disciplina de crear una colección de su propia obra, muy importante, y muchas de sus mejores obras nunca las quiso vender”, dijo Botero.

Estas ocho esculturas, que hoy se encuentran en el centro histórico de Roma, han sido expuestas en otras 25 ciudades alrededor del mundo. La primera tomó lugar en Florencia en 1991, en el Forte de Belvedere. A los pocos meses en Mónaco, y en el otoño de 1992 de manera triunfal en los Campos Elíseos de París. Se trataba de la primera vez que la ciudad invitaba a un artista vivo a exhibir en este espacio público. A partir de ese momento llevó su arte llegó a otros lugares. Entre ellos, el Park Avenue en Nueva York, al Paseo de Recoletos en Madrid, a la Piazza de la Signoria en Firenze, a la Puerta de Brandenburgo en Berlín, al Gran Canal en Venecia, a Los Ángeles, Jerusalén, Tokio, Shanghai, entre otros.

Botero decía que había que llevar el arte a la gente a través de los espacios públicos. Celebraba cuando veía a la gente acariciar sus formas, y gozar del placer táctil que él sintió en el momento de su creación. Y como parte de ese anhelo, el Ayuntamiento de Roma ha decidido crear “un paseo romano con Botero” que comienza con su “Venus durmiente” (1994) y su “Mujer extendida” (2003) en la Terraza del Pincio, en el parque de Villa Borghese y que se eleva sobre la Plaza del Popolo, donde se podrán apreciar sus “Adán y Eva” (1992).

El recorrido sigue por la céntrica via del Corso hasta el Largo Lombardi, donde se ha colocado el “Caballo con bridas” (2009), mientras su “Gato” (1999) ocupa la plaza de San Lorenzo in Lucina, y en la siguiente parada una “Mujer sentada” (2003) observa a los paseantes en la plaza de San Silvestro.

Otra “Mujer sentada” de bronce, esta vez de 1991, cierra el homenaje que la capital de Italia le ha querido dedicar al artista en la plaza de España, en un lateral justo frente a la Embajada española ante la Santa Sede.

“Se trata de uno de los paseos más formidables de la ciudad”, dijo el concejal de Cultura del Ayuntamiento romano, Miguel Gotor, en la presentación de la muestra, que permanecerá a la vista de romanos, turistas y curiosos hasta el próximo 1 de octubre.

Por su parte, Lina Botero aseguró que “esta muestra constituye la primera gran exposición que se lleva a cabo después del fallecimiento de mi padre, el día 15 de septiembre del año pasado. Será la primera de muchas, porque nuestro compromiso es de continuar a promover el extraordinario legado artístico de mi padre”. Asimismo, aseguró que las obras de Botero en Roma servirán también para “recalcar el vínculo tan especial” del artista con Italia, que se convirtió en su segunda patria.

Botero y su segundo hogar, Italia

Su hija recordó con emoción cómo Botero llegó “como un joven pobre” con 19 años a Madrid, donde pasaba los días visitando el Museo del Prado y copiando obras de artistas inmortales, hasta que un día, al salir de la pinacoteca al atardecer, vio un libro abierto en una imagen de un fresco de Piero della Francesca, uno de los grandes pintores renacentistas.

“Fue un auténtico shock eléctrico, un relámpago que cambió su vida para siempre”, enfatizó Lina. En ese mismo instante, decidió cambiar su rumbo y “unos días después se fue con un amigo en moto a Italia para estudiar en Florencia” el arte que le había llegado tan dentro, lo que le permitió racionalizar su tendencia innata al volumen, como se ve ya en acuarelas que pintó con solo 17 años.

“Fue fundamental en vida y en su obra” porque sus estudios florentinos le permitieron entender su fascinación por el volumen, integrarla y convertirla en el signo de identidad de su arte, lo que de verdad le hace diferente a cualquier otro artista de la historia.

Con la escultura comenzó en 1973 y en los 80 se compró una casa en Pietrasanta, una pequeña localidad de la Toscana, donde desde entonces pasó los veranos y que a lo largo de las últimas décadas acabó atrayendo a importantes artistas de todo el mundo, gracias a sus canteras y marmolistas.

“El sentía un respeto total por los artesanos que trabajan allí, por unas técnicas que habían pasado de generación en generación”, aseguró Lina sobre el segundo hogar del artista.

Por EFE

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