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Olga Lucía Martínez: “El cuartel” que nunca abandonó

La periodista cultural, quien trabajó en El Espectador y El Tiempo, falleció este jueves por complicaciones en sus pulmones.

Danelys Vega Cardozo
21 de julio de 2023 - 11:50 p. m.
Olga Lucía Martínez con ‘Pacheco’
Olga Lucía Martínez con ‘Pacheco’
Foto: Archivo particular
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Era la década de los 90 cuando Olga Lucía Martínez, una joven vallecaucana de cabello corto y con gafas, llegó a trabajar al diario El Espectador. Tenía la ilusión de figurar algún día como periodista de la redacción, como muchos otros de su época, entre ellos Juan Carlos Salgado. Ambos lo lograron: Salgado dejó a un lado las fotocopias diarias que sacaba en el centro de computación y pasó a escribir sobre deportes, mientras que Martínez cambió la corrección de textos por un cupo como periodista cultural. Ascendió, pero siguió siendo la misma: sonriente, noble, de humor negro y dispuesta a ayudar. Ni siquiera el paso del tiempo pudo transformar su personalidad o al menos eso dicen varios que la conocieron. Tampoco permitió que Bogotá le arrebatara su acento valluno; su mirá, ve, oís, vos.

A lo largo de su vida, aplazó encuentros porque el tiempo no le daba, el tiempo que prefería dedicar a laborar, a escribir o entrevistar a alguien del ámbito cultural. “Ella siempre quería estar en obras de teatro, en los conciertos, en todo el tema cultural. Yo creo que el periodismo fue su pasión”, recuerda Silvia Zapata, experiodista de El Espectador y amiga de Olga Lucía Martínez. Ella misma lo dejó claro en su perfil de El Tiempo, el diario para el que escribió durante los últimos 25 años: “Una de las frases de la gran Fanny Mikey era ‘Pongámonos en obra’ y cada día, desde hace 32 años, me pongo en obra periodística”.

Cuando esa obra aún la seguía haciendo desde El Espectador, si una nota de impreso se caía, no importaba, porque ella tenía alguna otra guardada. “¿Para qué adelantas si todavía no tenemos página?, solía preguntarle Katherine Moreno, su amiga y experiodista de este diario. “No importa. Para tener”, le respondía. Echaba una mano no solo con los textos. “Si alguien no podía ir porque tenía que cuidar a los hijos, ella ayudaba. Si alguien se enfermaba, ella alzaba la mano y decía que cubría ese turno. Creo que eso también hizo que trabajara en exceso”. Ese es el recuerdo que tiene Katherine Moreno desde el primer momento que la conoció en El Espectador, uno que no se modificó con los años. “Pero también creo que ella estaba feliz con esa manera de vivir, así uno no la entienda”.

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Entre el corre corre, a ratos, Olga Lucía Martínez descuidaba su alimentación, así que las hermanas de Katherine Moreno preferían enviarle la comida. “Ella se cuidaba menos a ella que a o los otros”. Los regaños por su trabajo en exceso no faltaron, no solo los de Moreno, sino los de las otras integrantes de “El cuartel”, un grupo conformado por algunas mujeres periodistas de la redacción de El Espectador, que surgió durante la época de la novela Betty, la fea. “El cuartel era cosa brava; meterse con una era meterse con todas. Ellas afianzaron una gran amistad y siempre trabajaron con el mismo sentido: ‘Una para todas y todas para una”, rememora Rufino Acosta, exeditor de Deportes de este periódico. Por su mente también atesora una anécdota con Olga Lucía Martínez: la vez que la dejó “metida”.

Aquel suceso ocurrió en 1998, cuando Rufino Acosta se retiró de El Espectador. Su último día de trabajo debía ser el 28 de septiembre, pero decidió que sería un día antes. Nadie sabía de su determinación, menos Olga Lucía Martínez. “No vine el 28 y resulta que Olguita estaba al frente para ofrecerme una despedida y los dejé con los ‘crespos hechos’; eso me dolió, pero se los agradecí en el alma, en particular a ella”. El contacto con Martínez se redujo a las reuniones sociales en las que coincidían. Algo similar le ocurrió a Juan Carlos Salgado, experiodista de El Espectador, quien mantuvo su relación de amistad con ella a través de Facebook. Entre lágrimas recuerda el último comentario que le hizo en aquella red social, tras anunciar el lanzamiento de su libro Crónicas de velocidad: “Yo me apunto”, escribió Olga Lucía Martínez. “Ella quería mi libro, pero no se pudo”.

El contacto que siempre conservó Olga Lucía Martínez fue con sus amigas de El cuartel, un grupo que emergió tras una apuesta: cuál de las integrantes conseguía primero novio. La última vez que se reunieron fue hace tres años, para el baby shower de una de ellas. Tenían planeado encontrase el 24 de agosto en la casa de Silvia Zapata para celebrar su reciente matrimonio. “No creo que lo hagamos ya. Estamos muy tristes, porque logramos conformar un grupo de amigas muy fuerte y grande, en donde nos ayudamos y nos respaldamos. Todas somos periodistas, entonces si alguna necesita una fuente, lo ponemos en el grupo. Hemos estado unidas en el nacimiento, cumpleaños y graduación de nuestros hijos, incluso hasta en nuestro matrimonio”.

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Aunque Olga Lucía Martínez nunca se casó ni tuvo hijos, pero con el tiempo quiso a uno como si fuera el suyo: Juan José, su ahijado, al que Katherine Moreno se refiere como su “sobrino-hijo”. Hace 20 días, Martínez habló por videollamada con Katherine Moreno y su ahijado, porque los tres a veces se conectaban por ese medio a acompañar a Juan José a ver sus partidos de fútbol, algo que también disfrutaba Olga Lucía Martínez, quien, de hecho, era hincha del América. “Yo creo que en mi casa lo que más agradecemos es el amor que nos dio Olguita: la compañía, el haber querido a nuestro chinito como si fuera su propio hijo y haber cuidado a mi mamá como si fuera la suya; habernos dado tanto amor que tratamos de devolverle, pero no sé si lo suficiente”.

A pesar de su cercanía con sus amigas de El cuartel, prefirió ser reservada con sus problemas de salud. “No le contó a nadie que estaba así de enferma. Nosotros vinimos a enterarnos cuando ya estaba en la UCI, y estaba en un coma inducido”, recuerda Silvia Zapata. Sus amigas estuvieron unidas en oración, esperando que saliera de la clínica, así fueran conscientes de lo grave que estaba su Olguita, como le decían. Anoche, Zapata y su esposo, quien trabajó con Olga Lucía Martínez en El Espectador, quedaron sumidos en llanto y con una respuesta rodando por su cabeza llena de recuerdos: “¿Qué pasó?”. Mientras tanto, desde Santiago de Chile, Katherine Moreno no podía ni hablar, tras la noticia del fallecimiento de su amiga. “Nosotros nos imaginábamos algo así, porque lo que nos contaba el hermano cada día era peor, pero hasta que no pasa el golpe no te da contundentemente”.

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Danelys Vega Cardozo

Por Danelys Vega Cardozo

Comunicadora social y periodista de la Universidad de La Sabana con énfasis en periodismo internacional y comunicación política, y un diplomado en comunicación y periodismo de moda. Perteneció al semillero de investigación Acción social y Comunidades, bajo el proyecto Educaré.danelys_vegadvega@elespectador.com

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