Wilde había sido él, en lo triste, ruin, diario, mezquino, lúgubre y humano de haber sido él, y a la vez fue su propio personaje, y sobre su personaje edificó su obra y su propia tragedia.
Foto: Ilustración: Nátaly Londoño Laura
Por Fernando Araújo Vélez
De su paso por los diarios “La Prensa” y “El Tiempo”, El Espectador, del cual fue editor de Cultura y de El Magazín, y las revistas “Cromos” y “Calle 22”, aprendió a observar y a comprender lo que significan las letras para una sociedad y a inventar una forma distinta de difundirlas.Faraujo@elespectador.com