![Wilde había sido él, en lo triste, ruin, diario, mezquino, lúgubre y humano de haber sido él, y a la vez fue su propio personaje, y sobre su personaje edificó su obra y su propia tragedia.](https://www.elespectador.com/resizer/v2/5HWGR3LADNB7HL3JOTYRMVLPZ4.jpg?auth=d23b10a517205c952ea0b37b38dbc49ca2a586aedb61107ecc22623b2368268e&width=920&height=613&smart=true&quality=60)
Wilde había sido él, en lo triste, ruin, diario, mezquino, lúgubre y humano de haber sido él, y a la vez fue su propio personaje, y sobre su personaje edificó su obra y su propia tragedia.
Foto: Ilustración: Nátaly Londoño Laura
![Fernando Araújo Vélez](https://www.elespectador.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Felespectador%2Fb4d2b540-4ab7-441f-8b6a-9077ced0e426.png?auth=211734eab5075357ed338418621136544cf3a8fbecada5ed3aeca91fc36faed4&width=140&height=140&smart=true&quality=60)
Por Fernando Araújo Vélez
De su paso por los diarios “La Prensa” y “El Tiempo”, El Espectador, del cual fue editor de Cultura y de El Magazín, y las revistas “Cromos” y “Calle 22”, aprendió a observar y a comprender lo que significan las letras para una sociedad y a inventar una forma distinta de difundirlas.Faraujo@elespectador.com