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La pintura, que se cree fue realizada en los 1600, representa a Maffeo Barberini, hijo de un noble florentino, en una casaca verde sin mangas y un birrete negro, mientras sostiene una carta y mira hacia el costado. Este hombre llegó a dirigir la Iglesia Católica en 1623 tras la muerte del papa Gregorio XV y tomó el nombre de Urbano VIII. Estará exhibida en el Palazzo Barberini desde el 23 de noviembre de 2024 hasta el 23 de febrero de 2025.
La obra hace parte de una colección privada —propiedad de una familia de Florencia— que la adquirió en 1960. Su argumento de ser un Caravaggio provino de la publicación “Il vero ‘Maffeo Barberini’ del Caravaggio” de Roberto Longhi, uno de los críticos de arte con mayor reconocimiento en Italia, en la revista Paragone, en 1963. Desde entonces, el debate se mantenía de si era o no del pintor barroco, pero para su exposición actual, se realizaron investigaciones que “sin duda confirman la autoría del retrato”, afirmó Thomas Clement Salomon para el medio The Art Newspaper.
Clement Salomon, director de la Galería Nacional de Arte Antiguo, resaltó esta exhibición como algo “extraordinario”, al ser muy pocos los retratos conocidos hechos por Caravaggio. Esta obra se unirá a las otras piezas del pintor barroco en posesión del Palazzo Barberini: “Judith y Holofernes” y “Narciso”, para luego regresar a sus dueños tras la finalización de la muestra.
Massimo Osanna, director de museos del Ministerio de Cultura italiano, mencionó en rueda de prensa que este momento era “trascendental”, y añadió que “Barberini regresa a casa”. Esto, en referencia a que el recinto que la exhibirá, fue adquirido por Maffeo Barberini para obsequiar como residencia al cardenal Alessandro Sforza en 1625.