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¿Con qué criterio seleccionaron a Nápoles como ciudad invitada este año?
Todos los años tenemos un país invitado. En la edición pasada tuvimos a Israel, y en esta versión estuvimos contactando con ferias de otros países que tenían la agenda ocupada hasta 2025. Pensamos: ¿qué ciudad tiene una importante conexión con Cali?, y de ahí surgió Nápoles: ambas están ubicadas en el sur, son ciudades gastronómicas, llenas de luz y alegría, a veces con un poco de caos, en el buen sentido, y son ciudades cinéfilas. Ambas son ciudades literarias. De Nápoles son Erri De Luca, Elena Ferrante y Roberto Saviano, que poseen un ADN literario fuerte como ocurre en Cali con Melba Escobar, Pilar Quintana, Carolina Andújar y Amalia Andrade, entre otros. Además, se comparte la pasión futbolística.
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Un italiano fue el encargado de hacer el Teatro Jorge Isaacs, en 1931, que es una joya arquitectónica; la plaza de toros, los murales del Teatro Municipal, todos hechos por italianos, quienes arribaron a Colombia por Buenaventura y varios de ellos se establecieron en Cali.
¿Cómo planean desarrollar la interculturalidad entre Nápoles y Cali?
Lo primero que hicimos fue contactarnos con la Napoli Città Libro, entidad encargada de la Feria del Libro en Nápoles, y formamos una alianza para traer a escritores y chefs italianos como Saverio Miranda, quien brindará clases y talleres de cocina especiales a jóvenes de la Fundación Gases de Occidente; también tendremos espacios donde todo el público podrá asistir a una de sus clases de manera gratuita.
La feria está ubicada en un lugar estratégico de Cali: el Bulevar del Río, uno de los lugares más bellos de la ciudad, donde se aprecia el río Cali correr y está rodeado de un sendero con árboles, para que las personas puedan transitar por el lugar.
Uno de nuestros invitados especiales es el autor Luca Trapanese, quien es bastante popular en Italia por su estilo de vida: un padre soltero, católico y gay que adoptó a Alba, una niña con síndrome de Down que fue rechazada por más de 20 familias. Ellos se han convertido en la cara de las adopciones por parte de personas solteras. Luca fue nombrado por Nápoles para hacer una reestructuración educativa en la que se incluya a los niños y jóvenes que tengan una condición neurodivergente, para integrarlos al sistema y vivan en comunidad, como todo el mundo. Lo tendremos en entrevista virtual el 21 de octubre, cuando hablaremos de la inclusión y la situación migrante, tan presente en el mundo actual.
También sigue con la línea de hacer la feria más incluyente…
Creo que es importante tener en Colombia y en Cali la voz de una persona como Luca: autor, padre adoptivo, que ahora llevará su vida con su hija a la gran pantalla y dejará una impronta en el sistema educativo para hacerlo más incluyente, porque desde la Feria del Libro de Cali queremos celebrar la neurodiversidad.
Hemos traído a autores expertos en déficit de atención, hiperactividad, autismo, dislexia y síndrome de Down, porque muchas ferias del libro están dirigidas al niño que está sentado en la primera fila del salón, pero resulta que los libros no pueden estar excluidos en la vida de ningún niño ni de ninguna persona.
Nuestro componente de inclusión quiere acercar el libro a todas las personas sin distinción alguna, incluso los que no leen.
¿Cómo llevarán la feria a 11 municipios del Valle del Cauca?
Es una alianza que se realiza cada año con la Universidad del Valle, donde se llevan a la feria estos espacios en los que muchas veces ni siquiera tienen una biblioteca. Hay un umbral de dificultad que hace que el acceso al libro esté mediado por unas condiciones socioeconómicas que pretendemos revertir, por lo menos, durante los días de la feria.
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Varios de estos municipios tienen sus ferias organizadas con su programación correspondiente, y nosotros tratamos de llevar a autores nacionales e internacionales a estos espacios. En el país hay, mal contadas, 16 o 17 ferias del libro, y qué bonito sería que cada departamento tuviera la suya para derribar las barreras que hay hacia los libros lo más que se pueda.
¿Qué retos ha enfrentado en su segunda edición como directora de la Filcali?
Venía del mundo del periodismo cuando me ofrecieron el puesto: más de 20 años en las salas de redacción. Fui editora, soy columnista y novelista. El periodismo es mi mejor amigo, y salir de esa zona de confort fue un gran reto, pero soy de las mujeres que piensan: si no lo hago, ¿en manos de quién quedará? Soy la primera mujer y caleña que asume este cargo de directora y hemos tenido buenos resultados, con más de 100 editoriales aliadas y ventas de unos 200.000 ejemplares.
Este año tenemos una variedad de actividades para personas con visibilidad y audición reducida, como conciertos y presentaciones de teatro con intérpretes del lenguaje de señas.