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“Para disfrutar de la ópera hay que suspender la incredulidad”: José Areán

El director mexicano estuvo al frente de “Così fan tutte”, la más reciente producción de ópera del Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, que se presentará hoy y el domingo. Habló de esta obra, la comedia y sus inicios en el género.

Andrea Jaramillo Caro
23 de febrero de 2024 - 12:00 p. m.
José Areán ha dirigido la Sinfónica de Yucatán desde 2013. / Juan Diego Castillo
José Areán ha dirigido la Sinfónica de Yucatán desde 2013. / Juan Diego Castillo
Foto: Juan Diego Castillo Ramirez
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¿Qué diferencia a “Così fan tutte” de otras óperas?

Così fan tutte tiene un papel muy particular en la producción mozartiana. Es la tercera de la trilogía Lorenzo da Ponte y Wolfgang Amadeus Mozart. Las dos primeras están basadas en grandes obras literarias. Esta es una obra problemática por varias razones. En primer lugar, no está basada en una gran fuente literaria, sino que Lorenzo da Ponte escribió el libreto de su propia imaginación y, desde el principio, hizo reír a los aristócratas, pero luego fue rechazado por frívolo. Desde el punto de vista actual, podemos decir que es una obra esencialmente misógina. Lo cual plantea desde el principio una pregunta, sobre todo al director de escena, porque la música es maravillosa.

¿Cuál pregunta?

En el siglo XIX, cuando se representó, y las pocas veces que se hizo, fue con otro libreto, porque a la moral burguesa le parecía superficial, casi pornográfico. Fue en el siglo XX cuando se recuperó. Ha sido muy interesante este viaje con Marcelo Lombardero, el director de escena, porque me encanta la manera en que él se aproxima a esta obra, desde un punto de vista de protesta, de denuncia de la misoginia contenida en el texto original. Más bien, la convierte en una exploración acerca de qué es el amor y qué significa.

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¿Cómo fue la experiencia de traerla a Colombia?

Maravillosa. La verdad es que hacemos un buen equipo con Marcelo. Desde el principio estoy involucrado en los ensayos. Venir a Bogotá ha sido una experiencia extraordinaria. En primer lugar, por el elenco maravilloso que tenemos que es mayoritariamente colombiano, con la excepción de Nina Solodovnikova, de Rusia, y de Herrán Iturralde, de Argentina. Es una apuesta compleja en términos musicales y escénicos. Hacer comedia es más difícil que hacer tragedia. Por otro lado, el trabajo con la Sinfónica Nacional ha sido enormemente recompensante para mí.

¿Recuerda la primera vez que escuchó “Così fan tutte”?

La escuché por primera vez creo que a los 17 o 18 años y la estudié profundamente en mis estudios en Viena. Profundizamos en todas las grandes obras de Mozart.

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¿Cómo ha cambiado su percepción de esta obra en particular?

Muchísimo, porque uno va madurando como músico. Vas encontrando también los conductores, las velocidades, las transiciones entre una cosa y otra, las empiezas a entender distinto. Como con todo, la experiencia te va ayudando a madurar la concepción de esta obra.

¿Cuál es su obra favorita para dirigir?

Es como preguntarme a qué hijo quiero más. Los músicos siempre estamos involucrados en algo. A nuestro presente le imprimimos todo lo que tenemos. Si no fuera así, sería un poco hipócrita y difícil llevar a cabo nuestra labor: todas las semanas cambiamos. Cada producción de ópera, cada concierto que hacemos, son cosas totalmente distintas y debemos apropiarnos del material que tenemos enfrente. Habiendo dicho eso, el romanticismo tardío, Gustav Mahler, Strauss, es donde tengo una particular inclinación y favoritismo.

¿Cuáles son las diferencias musicales entre una ópera bufa y una seria?

Hay puntos claves en la comedia: la rapidez musical y la de los eventos en escena. Esto hace que los cantantes tengan que cambiar dentro de sí mismos. La comedia es difícil porque uno se ríe de lo que en realidad les sucede a los actores en escena. Es como cuando alguien cuenta bien un chiste: cuando lo cuenta, lo hace con una gran intensidad y convencido de lo que está diciendo. Además, el timing es sumamente importante y difícil de lograr.

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¿Qué significa la palabra “comedia”?

Es tratar de hacer reír al público a través de su reflejo. Todas las grandes comedias tienen temas profundos. No se reduce a risas y entretenimiento, sino que te deja pensando. Las grandes comedias tienen esa característica.

¿Cómo fue la primera vez que escuchó una ópera?

Curiosamente, llegué a la ópera a través de los oratorios de Bach y de Beethoven. La primera vez que vi una ópera, entendí que había que hacer una concesión: suspender por un momento la incredulidad. La ópera es increíble: nadie canta en la vida real sus sentimientos, nadie habla cantando. Una vez hecha la concesión, la ópera tiene una fuerza enorme. La primera vez que una pieza de estas me llevó a un verdadero éxtasis fue en La bohemia, de Puccini, en donde no hay malos, el malo es el destino. Todos los personajes son bellos e inocentes y la vida les pasa. Llegué hasta el llanto. Una vez que te pica el abejorro de la ópera, ya estás enganchado.

Andrea Jaramillo Caro

Por Andrea Jaramillo Caro

Periodista y gestora editorial de la Pontificia Universidad Javeriana, con énfasis en temas de artes visuales e historia del arte. Se vinculó como practicante en septiembre de 2021 y en enero de 2022 fue contratada como periodista de la sección de Cultura.@Andreajc1406ajaramillo@elespectador.com

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