Patricia Ariza: “La cultura no se puede reducir a la economía naranja”
En la Comisión Primera de la Cámara de Representantes, bajo el liderazgo de Ángela María Robledo e Iván Cepeda, este 7 de septiembre se realizó la audiencia pública “La Cultura en tiempos de pandemia”. En un intento por promover el diálogo ciudadano entre el Gobierno nacional y el distrital, artistas y gestores culturales, la sesión virtual sirvió como plataforma para expresar las dudas y preocupaciones que tiene el sector. La audiencia evidenció que entre autoridades y actores culturales hay diferencias con respecto a la concepción de la cultura.
A las 10 de la mañana se inició el encuentro virtual entre congresistas, artistas y gestores culturales. Un espacio de diálogo ciudadano fue la forma en la que se concibió la audiencia pública “La Cultura en tiempos de pandemia”, con la intención de hablar sobre el manejo de la crisis del sector cultural y artístico del país en el marco de la emergencia económica y sanitaria, teniendo como antecedente que esta es una deuda histórica que el Estado colombiano tiene con los gestores culturales y que se ha agudizado con los estragos de la pandemia.
La conversación se inició entre Ángela María Robledo, Iván Cepeda y varios gestores culturales como Patricia Ariza, Jaiver Jurado, Beatriz Monsalve, Felipe Arango, Jorge Blandón, Julio Correal y Adriana Lucía, que extrañaron la presencia de Carmen Inés Vásquez, ministra de Cultura, quien se unió a la reunión tiempo después. Los artistas expresaron un mismo clamor: la cultura está en rojo (de ahí que hayan entrado a la reunión portando trapos de ese color), hoy más que nunca es necesario recuperar el humanismo que hay en el arte, y Colombia necesita un Ministerio de Cultura que trabaje por la protección y garantía de los derechos de los artistas, base fundacional con la que se creó la cartera en 1997.
La cultura no es una mercancía. El arte es la base de la construcción de identidad de las personas, es un escenario de resistencia y construcción de paz. Ese es el mensaje que dejaron los artistas que se unieron a la audiencia pública y con el que trataron de expresar al Gobierno nacional su desacuerdo frente a la política de la economía naranja. “No es verdad que no entendamos lo que es la economía naranja, nosotros sabemos qué son las industrias creativas y culturales. Entendemos que el Estado debe trabajar con las industrias culturales y no estamos en contra de eso, pero en un país con riqueza y diversidad cultural, el país de María Mercedes Carranza, García Márquez, Santiago García, la cultura no puede reducirse a la economía naranja y el Ministerio no puede convertirse en el respaldo de la industria del entretenimiento. La cultura es más que eso”, afirmó Patricia Ariza.
Para los gestores culturales, el arte y la cultura son la esencia de la vida. “Somos los médicos del espíritu”, afirma Jaiver Jurado, presidente del Consejo de Teatro de Medellín. Y aún así, según afirmó en la audiencia, “nos hemos convertido en unos NNs para el Gobierno, somos el último eslabón de la cadena social y nosotros no nos consideramos así. Nosotros tenemos un papel en la resistencia en la sociedad y es necesario volver al mundo artesanal, al humanístico”. A este llamado se sumó Beatriz Monsalve Trujillo, vocera de Mujeres de Teatro, quien aseguró que el teatro, además de una profesión, es una decisión de vida. Este arte representa las memorias de un país y, como tal, reflexiona sobre la realidad social, cultural y política. “No es un negocio, como lo ve el Gobierno y la economía naranja”, concluye.
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Por su parte, Adriana Lucía, en representación de la iniciativa Un Canto Por Colombia, habló del vínculo que hay entre la música y la danza con la construcción de paz, y el arraigo cultural que los festivales tienen en los territorios tradicionalmente abandonados por el Estado. “Los festivales son la esperanza de los pueblos, así hablan los líderes sociales porque es una forma de sanar heridas. Cuando uno se pone una pollera, uno lo hace por la vida, por la lucha, por la resistencia. Así, la ganancia de los pueblos son las vidas salvadas”, comentó la cantante nacida en Lorica, Córdoba. Y es que ese vínculo entre arte y construcción de paz viene intrínseco en la etimología de las palabras. Ricardo Arcos, representante de los trabajadores de la Cultura de la Universidad Nacional, advierte que el arte está etimológicamente relacionado con el cuidado de la tierra y es allí, en los territorios, donde se vive la guerra en Colombia. Así, “el país está atravesando por un malestar de la cultura. Esto se traduce en la emergencia de la barbarie, la cuestión de la guerra, como decía Freud. Por eso, hay que defender la cultura”.
La defensa por el arte y la cultura es la lucha por la construcción de un modelo de sociedad y de democracia en el que debe primar la dignidad de los artistas. Así lo estableció Ángela María Robledo al traer a discusión el Plan de Salvamento presentado por varios colectivos artísticos al Gobierno nacional. La formulación de una política pública para la cultura, así como la petición de destinar al menos el 2% del PIB al sector y de crear un censo de los artistas, son algunas de las peticiones consagradas en dicho documento. Para compartir las acciones emprendidas desde el Gobierno y dar una visión al plan presentado por los artistas, Carmen Inés Vásquez, ministra de Cultura, y Felipe Buitrago, viceministro de la Creatividad y la Economía Naranja, intervinieron en la audiencia pública.
Buitrago afirmó que si existen cuestionamientos en torno al término economía naranja, eso no debe desviar el fondo de la discusión. “La economía naranja se define como todas las industrias culturales y creativas que de la mano de las artes y el patrimonio, tienen como base la construcción simbólica de identidad. Ninguna actividad artística está al margen de actividades económicas y ninguna actividad económica está al margen de actividades artísticas”, aseguró. Con relación al Plan de Salvamento, dijo: “Si bien simpatizamos con el plan, la propuesta fiscal no es viable para el país. Estamos trabajando en viabilizar las ideas para el corto y el mediano plazo”.
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A lo anterior, Vásquez añadió el acompañamiento que ha hecho el Ministerio de Cultura en el marco de la pandemia. En su intervención, la ministra aclaró que la cartera ha respondido a 1192 solicitudes hechas por gestores culturales y artistas, así como se ha establecido una relación con el sector a través de sesiones del Congreso, reuniones con el Consejo Nacional de Cultura, diálogos virtuales con museos, teatros, circos, músicos y bibliotecas, y socializaciones, a través de Facebook Lives, sobre las convocatorias. A esto se suman los decretos expedidos durante la crisis con el fin de proteger a los artistas mayores, a la población vulnerable y a incentivar la inversión privada con el fin de impulsar el sector artístico del país. “Ojalá tuviéramos más recursos para el sector. Hemos reconocido que el sector ha acompañado a los colombianos en estos meses de angustia. La pandemia habría sido más difícil sin ustedes”, concluyó Vásquez.
A la espera de la coordinación y el establecimiento de mesas de diálogos solicitadas por los artistas, la ministra resaltó la creación del registro de artistas y la futura expedición de una resolución sobre género y diversidad en las artes.
A las 10 de la mañana se inició el encuentro virtual entre congresistas, artistas y gestores culturales. Un espacio de diálogo ciudadano fue la forma en la que se concibió la audiencia pública “La Cultura en tiempos de pandemia”, con la intención de hablar sobre el manejo de la crisis del sector cultural y artístico del país en el marco de la emergencia económica y sanitaria, teniendo como antecedente que esta es una deuda histórica que el Estado colombiano tiene con los gestores culturales y que se ha agudizado con los estragos de la pandemia.
La conversación se inició entre Ángela María Robledo, Iván Cepeda y varios gestores culturales como Patricia Ariza, Jaiver Jurado, Beatriz Monsalve, Felipe Arango, Jorge Blandón, Julio Correal y Adriana Lucía, que extrañaron la presencia de Carmen Inés Vásquez, ministra de Cultura, quien se unió a la reunión tiempo después. Los artistas expresaron un mismo clamor: la cultura está en rojo (de ahí que hayan entrado a la reunión portando trapos de ese color), hoy más que nunca es necesario recuperar el humanismo que hay en el arte, y Colombia necesita un Ministerio de Cultura que trabaje por la protección y garantía de los derechos de los artistas, base fundacional con la que se creó la cartera en 1997.
La cultura no es una mercancía. El arte es la base de la construcción de identidad de las personas, es un escenario de resistencia y construcción de paz. Ese es el mensaje que dejaron los artistas que se unieron a la audiencia pública y con el que trataron de expresar al Gobierno nacional su desacuerdo frente a la política de la economía naranja. “No es verdad que no entendamos lo que es la economía naranja, nosotros sabemos qué son las industrias creativas y culturales. Entendemos que el Estado debe trabajar con las industrias culturales y no estamos en contra de eso, pero en un país con riqueza y diversidad cultural, el país de María Mercedes Carranza, García Márquez, Santiago García, la cultura no puede reducirse a la economía naranja y el Ministerio no puede convertirse en el respaldo de la industria del entretenimiento. La cultura es más que eso”, afirmó Patricia Ariza.
Para los gestores culturales, el arte y la cultura son la esencia de la vida. “Somos los médicos del espíritu”, afirma Jaiver Jurado, presidente del Consejo de Teatro de Medellín. Y aún así, según afirmó en la audiencia, “nos hemos convertido en unos NNs para el Gobierno, somos el último eslabón de la cadena social y nosotros no nos consideramos así. Nosotros tenemos un papel en la resistencia en la sociedad y es necesario volver al mundo artesanal, al humanístico”. A este llamado se sumó Beatriz Monsalve Trujillo, vocera de Mujeres de Teatro, quien aseguró que el teatro, además de una profesión, es una decisión de vida. Este arte representa las memorias de un país y, como tal, reflexiona sobre la realidad social, cultural y política. “No es un negocio, como lo ve el Gobierno y la economía naranja”, concluye.
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Por su parte, Adriana Lucía, en representación de la iniciativa Un Canto Por Colombia, habló del vínculo que hay entre la música y la danza con la construcción de paz, y el arraigo cultural que los festivales tienen en los territorios tradicionalmente abandonados por el Estado. “Los festivales son la esperanza de los pueblos, así hablan los líderes sociales porque es una forma de sanar heridas. Cuando uno se pone una pollera, uno lo hace por la vida, por la lucha, por la resistencia. Así, la ganancia de los pueblos son las vidas salvadas”, comentó la cantante nacida en Lorica, Córdoba. Y es que ese vínculo entre arte y construcción de paz viene intrínseco en la etimología de las palabras. Ricardo Arcos, representante de los trabajadores de la Cultura de la Universidad Nacional, advierte que el arte está etimológicamente relacionado con el cuidado de la tierra y es allí, en los territorios, donde se vive la guerra en Colombia. Así, “el país está atravesando por un malestar de la cultura. Esto se traduce en la emergencia de la barbarie, la cuestión de la guerra, como decía Freud. Por eso, hay que defender la cultura”.
La defensa por el arte y la cultura es la lucha por la construcción de un modelo de sociedad y de democracia en el que debe primar la dignidad de los artistas. Así lo estableció Ángela María Robledo al traer a discusión el Plan de Salvamento presentado por varios colectivos artísticos al Gobierno nacional. La formulación de una política pública para la cultura, así como la petición de destinar al menos el 2% del PIB al sector y de crear un censo de los artistas, son algunas de las peticiones consagradas en dicho documento. Para compartir las acciones emprendidas desde el Gobierno y dar una visión al plan presentado por los artistas, Carmen Inés Vásquez, ministra de Cultura, y Felipe Buitrago, viceministro de la Creatividad y la Economía Naranja, intervinieron en la audiencia pública.
Buitrago afirmó que si existen cuestionamientos en torno al término economía naranja, eso no debe desviar el fondo de la discusión. “La economía naranja se define como todas las industrias culturales y creativas que de la mano de las artes y el patrimonio, tienen como base la construcción simbólica de identidad. Ninguna actividad artística está al margen de actividades económicas y ninguna actividad económica está al margen de actividades artísticas”, aseguró. Con relación al Plan de Salvamento, dijo: “Si bien simpatizamos con el plan, la propuesta fiscal no es viable para el país. Estamos trabajando en viabilizar las ideas para el corto y el mediano plazo”.
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A la espera de la coordinación y el establecimiento de mesas de diálogos solicitadas por los artistas, la ministra resaltó la creación del registro de artistas y la futura expedición de una resolución sobre género y diversidad en las artes.