Pedro Ruíz tiene una formación de influencia europea, muy autodidacta y abierta a diferentes disciplinas. También realizó algunos semestres de arquitectura y de música.
Foto: JAVIER ALARCON
Conocí la pintura de Pedro Ruíz en el Salón Nacional de Artistas de 1988. El artista presentó “Ciudades perdidas”, una serie de obras que combinaban selvas frondosas e inquietantes con edificaciones eclécticas en medio de esta naturaleza prolífica. Estas pinturas planteaban una contradicción fundamental: la coexistencia de la modernidad impuesta por Occidente con la riqueza natural, destacando la tensión entre el progreso y la preservación de los recursos naturales.
Por María Elvira Ardila
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