Pelos de diablo y triunfo
Una reseña sobre “Pelos de diablo”, de Triunfo Arciniegas, artífice de algunas de las obras más reconocidas de la actual literatura infantil colombiana.
Iván Darío Álvarez Escobar, cofundador y director de La Libélula Dorada
“Pelos de diablo” es una obra de teatro para ese niño que los adultos llevamos amordazado por dentro, y para niños, claro. Su creador es el escritor santandereano Triunfo Arciniegas, artífice de algunas de las obras más reconocidas de la actual literatura infantil colombiana.
La pieza nació en los años noventa como otra de las múltiples experiencias creadoras que este autor realizó al interior de diversos grupos teatrales que dirigió. En ellos, los niños no solamente han sido su público, sino también sus protagonistas.
Arciniegas no solo ha escrito, sino que también ha vivido las vicisitudes y bondades que implica fraguar una puesta en escena con los más pequeños.
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Esto, para muchos, supone un doble privilegio: contar no solamente con la pericia de su pluma como profesional de la ilusión y permitirles un vistazo a su manera de encarar la dirección de sus textos.
En ese sentido, Arciniegas es un peso pesado de la pedagogía de la imaginación que vive, como pocos, pensando y sintiendo para los niños, además de disfrutar viéndolos encarnar la poética y la picardía de sus personajes.
En “Pelos de diablo” asistimos como lectores o espectadores a una endiablada ironía dramática. Su creador, inspirado en un cuento tradicional oral europeo, recreó con estilo blasfemo la famosa historia de “Los tres pelos del Diablo”. Imaginó con sorna una deliciosa visita a la tierra de un tierno y despistado diablito que pareció no sospechar ni desconfiar de su malicioso padre.
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Desde la primera presentación de papá e hijo diablos, su punto de partida atrapa. Para el primíparo chiquitín, su temeraria aventura por el mapa terrestre es un viaje de iniciación y de aprendizaje. El pequeño demonio debe curtirse y untarse de mundo, vivir la experiencia azarosa de lo humano. Debe enfrentarse, por partida doble, a tan controvertida especie terrenal, además del imaginario aterrador sobre estas criaturas: cola, cachos y tridente. Prestigio y herencia que ostenta su padre.
Es un viaje inusitado y cargado de sorpresas, el pequeño diablo puede salir mal o bien librado, ya sea por el juicio final de los hombres o de su mismísimo padre alias Satanás, que en la tras-escena lo vigila y observa.
Con esta jocosa obra, la colección de teatro infantil “Primer acto”, de la editorial Panamericana, se enriquece a través de una pieza dramática que promete el disfrute de la lectura y el montaje.
Una obra de Triunfo Arciniegas que refuerza la salud de nuestra imaginación.
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“Pelos de diablo” es una obra de teatro para ese niño que los adultos llevamos amordazado por dentro, y para niños, claro. Su creador es el escritor santandereano Triunfo Arciniegas, artífice de algunas de las obras más reconocidas de la actual literatura infantil colombiana.
La pieza nació en los años noventa como otra de las múltiples experiencias creadoras que este autor realizó al interior de diversos grupos teatrales que dirigió. En ellos, los niños no solamente han sido su público, sino también sus protagonistas.
Arciniegas no solo ha escrito, sino que también ha vivido las vicisitudes y bondades que implica fraguar una puesta en escena con los más pequeños.
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En ese sentido, Arciniegas es un peso pesado de la pedagogía de la imaginación que vive, como pocos, pensando y sintiendo para los niños, además de disfrutar viéndolos encarnar la poética y la picardía de sus personajes.
En “Pelos de diablo” asistimos como lectores o espectadores a una endiablada ironía dramática. Su creador, inspirado en un cuento tradicional oral europeo, recreó con estilo blasfemo la famosa historia de “Los tres pelos del Diablo”. Imaginó con sorna una deliciosa visita a la tierra de un tierno y despistado diablito que pareció no sospechar ni desconfiar de su malicioso padre.
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Es un viaje inusitado y cargado de sorpresas, el pequeño diablo puede salir mal o bien librado, ya sea por el juicio final de los hombres o de su mismísimo padre alias Satanás, que en la tras-escena lo vigila y observa.
Con esta jocosa obra, la colección de teatro infantil “Primer acto”, de la editorial Panamericana, se enriquece a través de una pieza dramática que promete el disfrute de la lectura y el montaje.
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