“Es uno de los libros que más he querido en la vida. Cuando lo leí, quedé enamorada y después lo estudié en la universidad con mis alumnos", dijo Bonnett sobre Una soledad demasiado ruidosa.
Foto: Archivo particular
“… Porque yo puedo permitirme el lujo de abandonarme ya que nunca estoy abandonado, estoy solo para poder vivir en una soledad llena de pensamientos, porque yo soy un poco el Don Quijote del infinito y de la eternidad, y el Infinito y la Eternidad sienten predilección por la gente como yo”. Así termina el primer capítulo de “Una soledad demasiado ruidosa”, de Bohumil Hrabal, un escritor checo que murió al caer desde su habitación en el quinto piso del hospital Bulovka en Praga. Nunca se supo si fue un suicidio, pero en sus obras quedaron...
Por Laura Camila Arévalo Domínguez
Periodista en el Magazín Cultural de El Espectador desde 2018 y editora de la sección desde 2023. Autora de "El refugio de los tocados", el pódcast de literatura de este periódico.@lauracamilaadlarevalo@elespectador.com