Pierre Choderlos de Laclos: pionero de la literatura libertina (Plumas transgresoras)
La novela del escritor francés “Las amistades peligrosas” es considerada una de las obras maestras de la literatura galante y ha sido adaptada a múltiples formatos como el cine y el teatro.
Mónica Acebedo
“Solo el placer tiene el derecho de arrancar la venda del amor”, Choderlos de Laclos.
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“Solo el placer tiene el derecho de arrancar la venda del amor”, Choderlos de Laclos.
Pierre Ambroise Choderlos de Laclos (1741-1803) fue una pluma transgresora no solo por escribir una novela escandalosa como Las amistades peligrosas (1782) —en otras traducciones Las relaciones peligrosas— durante una licencia de su trabajo como miembro del ejército, sino también por atreverse a escribir sobre las intimidades, los vicios, las intrigas y la hipocresía de la aristocracia francesa en un momento tan convulso como aquel. El nombre original de la obra es Les liaisons dangereuses, una novela epistolar considerada una de las obras maestras de las letras francesas y ejemplo de la literatura libertina, tan presente y, a la vez, reprimida durante los siglos XVII y XVIII en Francia, junto con las de otros autores como Crébillon (1707-1777), Diderot (1713-1784), el marqués de Sade (1740-1814) y Mirabeau (1749-1791).
Pierre Ambroise Choderlos de Laclos nació el 18 de octubre de 1741 en Amiens (Francia), en el seno de una familia que había accedido recientemente a títulos de nobleza. Siendo un adolescente entró a la Escuela de Artillería de La Fère para hacer la carrera militar, donde estuvo toda su vida. Sin embargo, como pertenecía a la nobleza provincial, nunca logró demasiados ascensos ni méritos en el ejército. Aficionado a la literatura, decidió empezar a escribir textos para obras de teatro, sin gran éxito. Luego, pidió una licencia en el ejército y se dedicó a escribir la novela con la que pasaría a la historia. A pesar de la acogida, también fue duramente criticado y tuvo que regresar pronto a su carrera militar. Luego, publicó algunas poesías y un tratado, pero ninguna tuvo el recibimiento de Las amistades peligrosas. Con la Revolución francesa, su papel en el ejército fue más notable e incluso trabajó cerca de Napoleón. Murió el 5 de septiembre de 1803, víctima de fiebres durante el asedio militar a Trento (Italia).
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Fueron cuatro los volúmenes de Las amistades peligrosas que salieron a la venta en marzo de 1782. A los pocos días se había agotado la primera edición. Aseguró María Jesús García Garrosa, traductora al español, al referirse al afán de Laclos por provocar escándalo: “La novela francesa [Les liaisons dangereuses] ha cruzado las fronteras del tiempo, de las lenguas, de los géneros y sigue atrayendo a los lectores por la inteligencia con la que un escritor tardío, y sin una trayectoria literaria tras de sí, fue capaz de desplegar con las estrategias más perversas de la seducción y sus consecuencias en plumas de personajes ya inmortales: la marquesa de Merteuil, el vizconde de Valmont y sus víctimas” (Cervantes virtual, trad., 1929, acceso en línea).
El argumento de la novela se centra en un hombre (el vizconde de Valmont) y una mujer (la marquesa de Merteuil), un par de libertinos despiadados que se aprovechan de los deseos carnales, las pasiones sexuales, las angustias y las debilidades de personas pertenecientes a la nobleza: “Los excesos son buenos con aquellos a quienes luego se quiere dejar”. Desafían los principios éticos y morales de la sociedad del momento que, de acuerdo con las premisas lectivas de la Ilustración, deberían primar en el colectivo social: “Los razonamientos no bastan para responder a los sentimientos”. Influyen, manipulan, seducen y se aprovechan de la gente: “El momento más seductor de una mujer es aquel en que, estando ya seguros de su amor, no lo estamos aun de sus favores”.
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Como parte del juego narratológico, la obra inicia con un prefacio del narrador (redactor), que presenta el relato a partir de una colección de cartas supuestamente auténticas que un editor publicó después de que fueran encontradas en la casa de la señora de Rosemonde. Esa pretendida verosimilitud, o mejor, fingimiento adrede, dialoga con los diferentes puntos de vista provenientes de las cartas que se intercambian a lo largo del relato.
Cécile de Volanges, una joven de buena familia, acaba de salir del convento para regresar a su casa en París. Su madre la ha prometido en matrimonio al conde de Gercourt, sin su conocimiento. Por otro lado, la marquesa de Merteuil, familiar, se presenta a Cécile como amiga cariñosa y comprensiva, pero en realidad tiene otras intenciones, pues conoce al prometido y, de hecho, tuvo una historia de amor con él, que no terminó bien y por eso se quiere vengar de él. Para eso le pide al vizconde de Valmont, otro antiguo amante, que pervierta a Cécile para humillar a Gercourt. No obstante, Valmont rechaza la petición de la marquesa, porque ha resuelto seducir a otra mujer, que hasta ese momento era una fiel esposa… Así siguen las intrigas de seducción: la marquesa y Valmont tienen la intención de pervertir a otras personas y, al mismo tiempo, satisfacer sus deseos sexuales.
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En resumen, Choderlos de Laclos escribió una sola novela que se convirtió en una de las más famosas obras libertinas de la literatura, una novela epistolar en la que la intriga, la mentira, la envidia, el erotismo y, sobre todo, la seducción son las armas que aseguran la venganza, el control y el poder. El sexo tiene un propósito claro: la manipulación. Todas las parejas que tienen relaciones sexuales a lo largo de la novela tienen una intención allende del mero placer: “Si me acuerdo aún de los placeres del amor es para sentir más haberlos perdido”. Su obra ha estado censurada en varias épocas de la historia; ha sido analizada y comentada desde el punto de vista literario, sociológico e incluso político.