Pintura sobre la bailarina de Degas, la más reciente protesta climática en EE. UU.
La escultura de “pequeña bailarina” de Edgar Degas fue el objetivo de la más reciente protesta climática en la National Gallery of Art en Washington. El pasado 27 de abril dos activistas pintaron de rojo y negro la vitrina en la que se exhibe la escultura en cera del artista francés.
Dos manifestantes mancharon con pintura el pasado jueves la vitrina donde se encuentra expuesta la escultura “La pequeña bailarina de 14 años”, de Edgar Degas, en la Galería Nacional de Arte de Washington. Los activistas, un hombre y una mujer, querían llamar la atención sobre la crisis climática y pedir al presidente estadounidense, Joe Biden, que declare un estado de emergencia por el clima, recoge el diario The Washington Post.
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Dos manifestantes mancharon con pintura el pasado jueves la vitrina donde se encuentra expuesta la escultura “La pequeña bailarina de 14 años”, de Edgar Degas, en la Galería Nacional de Arte de Washington. Los activistas, un hombre y una mujer, querían llamar la atención sobre la crisis climática y pedir al presidente estadounidense, Joe Biden, que declare un estado de emergencia por el clima, recoge el diario The Washington Post.
Los manifestantes, una de ellos identificada como Joanna Smith de 53 años, no se alinearon con ningún grupo de protesta en su momento, aunque luego el grupo Declare Emergency se responsabilizó por la protesta. La obra, creada en 1880 por el impresionista francés, “estaba expuesta en una vitrina de plexiglás y se ha retirado para que nuestro equipo de conservadores expertos puedan identificar los posibles daños”, dijo la directora del museo, Kaywin Feldman, en un comunicado. La directora explicó que el FBI está ayudando en la investigación abierta sobre lo sucedido. “Denunciamos de manera inequívoca este ataque físico a una de nuestras obras de arte”, añadió.
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Vestidos con trajes negros, los activistas comenzaron a pintar la vitrina con rojo y negro para luego sentarse en protesta. Según The Washington Post, uno de los activistas dijo que “la Tierra es hermosa y la estamos destruyendo con el cambio climático”, mientras los agentes de seguridad pedían a los asistentes al museo que se apartaran de la obra. Los activistas fueron luego detenidos y retirados del recinto, mientras se escuchaba que uno de ellos pedía al gobierno estadounidense “ayudar a proteger la salud y seguridad de nuestros niños”.
Esta escultura de Degas muestra a Marie van Goethem, una joven bailarina que al momento en que se realizó la escultura estudiaba ballet en París. Esta es la única obra de Degas que fue exhibida públicamente mientras aún estaba vivo, cuando hizo parte de una muestra en París en 1881. “La Galería Nacional de Arte ha exhibido durante mucho tiempo la escultura original, pero se han realizado varios moldes de bronce. Uno de los moldes se vendió por 41,6 millones de dólares después de ser subastado de la colección de la difunta Anne Bass, la ex esposa del multimillonario petrolero tejano Sid Bass. El molde se vendió en una venta de Christie’s en mayo de 2022″, escribió Tom Seymour para The Art Newspaper.
Este tipo de actos vandálicos para reivindicar la urgencia de la lucha contra la crisis climática se han vuelto más populares a raíz del sonado ataque con latas de sopa de tomate a los “Girasoles”, de Vincent Van Gogh, en 2022, para protestar por los proyectos de financiación de combustibles fósiles del Gobierno británico.
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Luego de ese primer incidente en el que, además de lanzar la sopa al cuadro, los activistas del grupo Just Stop Oil pegaron sus manos a la pared donde cuelga la obra antes de ser retirados del recinto, la historia se repitió en Potsdam, Alemania, cuando activistas del grupo Letze Generation lanzaron puré de papas contra la obra de Claude Monet “Les mules” en el Museo Barberini. La tendencia comenzó en mayo cuando un hombre, disfrazado de anciana, fue llevado en silla de ruedas hasta el frente de la Mon Lisa y aventó, hacia el vidrio que la protege, un pastel mientras daba un discurso contra el cambio climático.
Es la primera vez que este tipo de protestas se realizan en Estados Unidos, luego de que varias iteraciones de este acto se realizaran en Europa en 2022. El uso de comida en este tipo de protestas se hizo común y, de acuerdo con Seymour, marca una escalada en este tipo de protestas en las que antes los activistas solo pegaban sus manos a las obras o a las paredes en las que están exhibidas. “En Alemania, los manifestantes se han concentrado en obras como la Masacre de los Inocentes de Rubens en el museo Alte Pinakothek en Munich, mientras que en Italia, las obras en el museo Uffizi en Florencia y en los Museos Vaticanos en Roma también han sido objeto de ataques”, escribió.
Sobre las protestas que realizan, el grupo Just Stop Oil emitió un comunicado en 2022 en el que afirman que “este no es un evento de un día, es un acto de resistencia contra un gobierno criminal y su proyecto de muerte genocida. Nuestros partidarios regresarán hoy, mañana y pasado, y pasado mañana, y todos los días hasta que se satisfaga nuestra demanda: no hay petróleo ni gas nuevos en el Reino Unido”. De acuerdo con The Art Newspaper el grupo amenazó en diciembre del año pasado escalar sus protestas destruyendo o rompiendo obras para comunicar su mensaje.
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En noviembre de 2022 el Consejo Internacional de Museos (ICOM por sus siglas en inglés) emitió un comunicado en el que aseguran que “El ICOM desea recordar el papel de los museos como actores clave para iniciar y apoyar la acción climática con sus comunidades y elogia su compromiso con esta misión demostrado a través de programas educativos, exposiciones dedicadas, divulgación comunitaria e investigación. El ICOM llama la atención sobre el impacto que estas manifestaciones podrían tener en el trabajo de los profesionales y voluntarios de los museos que se esfuerzan por proteger y promover estos valiosos elementos patrimoniales para el disfrute del público. Para alcanzar todo el potencial transformador que tienen los museos para el desarrollo sostenible, el ICOM desea que los museos sean vistos como aliados para hacer frente a la amenaza común del cambio climático”.
Las protestas con obras de arte como objetivos no son nuevas, la primera vez que apareció el término “vandalismo en el arte” fue en 1794 para describir los ataques que sufrieron obras de arte durante la Revolución Francesa. Luego, en el siglo XX, estas acciones comenzaron a presentarse de nuevo. Una de las protestas más recordadas es la que realizó la sufragista radical Mary Richardson a la Venus del Espejo (1651) de Diego Velásquez. Cortó siete veces el lienzo de esta obra con un cuchillo de carnicero en respuesta al arresto de su compañera en el movimiento, Emmeline Pankhurst, el día anterior.
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