Plumas transgresoras: El teatro de Aristófanes
Aristófanes sin duda fue una pluma transgresora y aunque se han encontrado numerosas obras teatrales anónimas anteriores con elementos humorísticos, su relevancia va mucho más allá de la comicidad.
Mónica Acebedo
Aristófanes (446-386 a. C.) es uno de los representantes más conocidos de la comedia griega, aunque la relevancia de su obra va más allá de la comicidad, pues sus creaciones eran satíricas, con algo de intención política, y en algunos casos parodian la misma tragedia griega precedente y a sus autores, como lo hace, por ejemplo, en Las ranas. Es uno de los primeros en burlarse de los dioses del Olimpo, pero también sirve como referente de crítica literaria en sus comedias, pues es uno de los pioneros en romper la preeminencia del mito, aunque critica las nuevas ideas y defiende la educación tradicional. Adicionalmente, en sus comedias quebranta el lenguaje usual de la tragedia e incorpora expresiones vulgares y populares. Afirma Alfred Heubeck: “Concuerda con esto [incorporar en la tragedia el lenguaje cotidiano] el que Aristófanes no muestre ningún reparo en hacer hablar a los megarenses, beocios y espartanos presentes en sus obras, sus dialectos maternos o, por lo menos, algo parecido a ellos” (“Lengua y literatura griega” en Historia de la literatura, Akal, V 1, p. 95).
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Aristófanes (446-386 a. C.) es uno de los representantes más conocidos de la comedia griega, aunque la relevancia de su obra va más allá de la comicidad, pues sus creaciones eran satíricas, con algo de intención política, y en algunos casos parodian la misma tragedia griega precedente y a sus autores, como lo hace, por ejemplo, en Las ranas. Es uno de los primeros en burlarse de los dioses del Olimpo, pero también sirve como referente de crítica literaria en sus comedias, pues es uno de los pioneros en romper la preeminencia del mito, aunque critica las nuevas ideas y defiende la educación tradicional. Adicionalmente, en sus comedias quebranta el lenguaje usual de la tragedia e incorpora expresiones vulgares y populares. Afirma Alfred Heubeck: “Concuerda con esto [incorporar en la tragedia el lenguaje cotidiano] el que Aristófanes no muestre ningún reparo en hacer hablar a los megarenses, beocios y espartanos presentes en sus obras, sus dialectos maternos o, por lo menos, algo parecido a ellos” (“Lengua y literatura griega” en Historia de la literatura, Akal, V 1, p. 95).
Escribe en plena Guerra del Peloponeso, lo que le otorga mucho material para sus obras. La guerra llevaba más de veinte años, los habitantes de Atenas estaban hacinados, los políticos se contradecían, había crisis económicas, familiares y en general se sentía un ambiente de dificultades políticas y militares. Las comedias de Aristófanes reflejan los problemas gubernamentales, las inquietudes filosóficas, éticas, religiosas e intelectuales de su tiempo y, sobre todo, del ser humano: “Ciegos humanos, semejantes a la hoja ligera, impotentes criaturas hechas de barro deleznable, míseros mortales que, privados de alas, pasáis vuestra vida fugaz como vanas sombras o ensueños mentirosos” (Las aves). Es un observador cuidadoso de su ciudad y su sociedad; es un innovador desde el punto de vista de la lírica y la representación.
Se conocen once comedias completas de Aristófanes, aunque de acuerdo con las fuentes históricas, estas representan tan solo la cuarta parte de todo lo que escribió —Kenneth J. Dover (“Comedia griega” en Historia de la literatura, Akal, V. 1, p. 212)—. Son: Los acarnienses (425 a. C.), Los caballeros (424 a. C.), Las nubes (423 a. C.), Las avispas (422 a. C.), La paz (422 a. C.), Las aves (414 a. C.), Lisístrata (411 a. C.), Las Tesmoforias (411 a. C.); Las ranas (405 a. C.), Las asambleístas (392 a. C.) y Pluto (388 a. C.).
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Entre estas destaco tres, que, a mi juicio, reúnen la gran mayoría de los elementos fundamentales de su obra y son las más trasgresoras: Las nubes es una sátira a los filósofos sofistas. Ridiculiza a Sócrates y lo pinta como un maestro que se hace rico a costa de enseñar asuntos inútiles a jóvenes inocentes de Atenas. Estrepsíades es un hombre deshonesto que ha perdido todo por culpa de los antojos de su esposa y la afición de su hijo por las carreras de caballos. Escucha rumores sobre un filósofo llamado Sócrates que enseña a ser positivo y que las cosas malas que le ocurren a las personas se vean desde otra perspectiva. Por eso decide inscribir a su hijo Fidípides para que Sócrates le enseñe cómo engañar a sus acreedores. La trama de la comedia es la discusión entre el razonamiento justo y el razonamiento injusto; triunfa el razonamiento injusto y, con los aprendizajes, Estrepsíades logra confundir a los acreedores, además, Fidípides termina golpeando a su padre y a su madre, todo por culpa de la educación que recibió.
Lisístrata es una comedia donde las mujeres hacen una huelga sexual para lograr la paz en medio de la guerra. A juicio de las mujeres, los hombres son incapaces de lograr la paz. Son muy orgullosos y siempre están ausentes por ir a pelear. Lisístrata convoca a las mujeres de varios lugares de Grecia y les anuncia que la mejor forma de acabar con la Guerra del Peloponeso es que todas se nieguen a tener relaciones sexuales con sus maridos. Entre ellas hacen un juramento según el cual deben excitar a los hombres, pero sin dejarlos satisfacer su deseo sexual. Este juramento se va transmitiendo de boca en boca y de pueblo en pueblo y por ello los hombres de Grecia mantienen “inflamada la ingle”.
En Las ranas, el dios Dioniso viaja al Hades para traer a Eurípides, el gran dramaturgo de Atenas, de vuelta al mundo de los vivos. Cuando llega se da cuenta de que Eurípides ha usurpado el trono en el que se sentaba Esquilo, el otro gran poeta. Eurípides discute con Esquilo para determinar quién fue el mejor poeta trágico. La comedia se convierte en una polémica entre los dos escritores, que se critican mutuamente. Dioniso organiza un concurso y se convierte en juez. Esquilo gana y por eso decide llevarlo de vuelta al mundo de los vivos, pero antes de salir Esquilo dice que Sófocles es mejor que Eurípides. En suma, se trata de un poeta fundamental y un referente para la comedia y la crítica. Sus obras son piezas llenas de sátira y humor, con elementos que permiten entender el contexto sociocultural de una de las épocas más ricas de la cultura griega., en las que las nuevas ideas empezaban a permear el ambiente intelectual y, precisamente, Aristófanes en su afán de defender las tradiciones terminó por transgredir las formas literarias.
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