Plumas trasgresoras: Pola Argentaria
Una entrega más de la serie Historia de la literatura: el nombre de Pola Argentaria ha servido como uno de los referentes más notables de las primeras plumas femeninas de las que tenemos conocimiento.
Mónica Acebedo- IG: @monica_acebedo_libros- X: @moacebedo
Esposo mío, hoy han muerto contigo la justicia y la poesía;
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Esposo mío, hoy han muerto contigo la justicia y la poesía;
esto se ha grabado con fuego y con dolor en mi memoria:
mi corazón que sangra junto al tuyo;
tu rostro amado, rosa tanto más blanca
cuanto más se teñía de púrpura tu lecho.
(Se le atribuye a Pola Argentaria, aunque no hay certeza)
Pola Argentaria nació en Hispania durante la segunda mitad del siglo I d.C. Fue la esposa del poeta Marco Anneo Lucano, sobrino del filósofo Séneca poeta latino, autor de La Farsalia, una epopeya histórica que hace referencia a la guerra civil entre Julio Cesar y Pompeyo. Sabemos que ella misma fue poeta gracias a referencias posteriores en poemas de Publio Papinio Estacio (poeta napolitano que vivió entre el año 45 y 50 d.C.) y Marco Valerio Marcial (poeta romano de origen hispano, que vivió entre el 40 y 104 d.C).
Posteriormente, son muchas las escritoras y escritores que se han referido a ella como la gran poeta clásica: María de Zayas la menciona en el prólogo de sus Novelas amorosas y ejemplares (1637) al citarla como ejemplo de mujeres que han escrito en el pasado: «[…] Argentaria, Temistoclea, Diotima, Eudoxa, Cenobia y Cornelia […]»; Ana Caro de Mallén en su famosa obra de teatro, Valor, agravio y mujer (1653): «Sí; / mas no es nuevo [que las mujeres escriban], pues están / Argentaria, Safo, Areta, /Bresilia, y más de un millar /de modernas que hoy a Italia / lustre soberano dan/ disculpando la osadía /de su nueva vanidad»; El humanista Jean Tixier de Ravisi o Ravisio Texor (1480-1524) en su obra sobre grandes escritores, la incluye como una de las poetas más destacadas de la antigüedad; el dramaturgo Lope de Vega (1562-1635) tiene la siguiente entrada en su Laurel de Apolo (1630): «Del otro polo, Pola de Argentaria, / y viene bien a erudición tan varia, / pues que don Luis Ladrón, su esposo, es llano, / que mejor ‘de Lucano’ / se pudiera llamar que ‘de Guevara’, / y más con prenda tan perfecta y rara. / ¡Dichoso quien hurtó tan linda joya / sin el peligro de perderse Troya! / Pero diósela el cielo, aunque recelo / que puede la virtud robar el cielo».
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Sin embargo, no son muchos los datos que se conocen sobre la poeta salvo las menciones reiterativas. También es sabido que la epopeya de su esposo no pudo ser divulgada en su totalidad porque durante el gobierno del emperador Nerón fue acusado de una conspiración en su contra y fue condenado a muerte con tan solo veintiséis años. Desde ese momento su esposa se dedicó a reivindicar la obra de su marido, que según aseguran algunos historiadores, ciertos cantos de La Farsalia fueron compuestos o terminados por la misma Pola Argentaria. Dice Marcial: «Día es este en que, consciente de un gran nacimiento, nos dio a Lucano y a ti, Pola. ¡Ah, cruel Nerón! Ninguna culpa más odiada: este crimen, al menos, nunca te debería haber sido permitido cometer [el de Lucano].
Afirman los historiadores Francisco Javier Morales Hervás y Aurora Morales Ruedas en relación con la biografía de la poetisa: «El padre de Pola Argentaria, Pollius Argentarius, ya habría alcanzado una elevada posición económica, lo que le posibilitó relacionarse con notables familias originarias de Córdoba, como los Anneo, a la que pertenecería el famoso filósofo, orador, escritor y político Séneca. Estas relaciones sociales facilitaron que Pola se criase en un ambiente culto, lo cual, sin duda, no solo reforzó su interés por la literatura, sino que favoreció su relación con un sobrino de Séneca, Marco Anneo Lucano, con el que acabaría uniéndose en matrimonio» (Revista Ayer y hoy, en línea: https://ayeryhoyrevista.com/pola-argentaria/). Es decir, Pola Argentaria contaba con las herramientas para alabar la obra de su marido muerto y, probablemente, tenía el conocimiento, las relaciones y las habilidades para ella misma haber escrito. El arte, por su parte, también se ha encargado de mantener viva la imagen de Pola Argentaria: “Estudio para la muerte de Lucano” de José Garnelo Alda (1866-1944).
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En todo caso, haya escrito ella misma poemas, o simplemente su fama se haya dado por lo que hizo con la obra de su marido, que tanto contribuyó no solo a las letras sino a la historia de la Antigüedad, lo cierto es que el nombre de Pola Argentaria ha servido como uno de los referentes más notables de las primeras plumas femeninas de las que tenemos conocimiento.