Por inundación en la Biblioteca Nacional de España, una revisión a la de Colombia
Las lluvias en Madrid están desnudando problemas que parecían ocultos en la Biblioteca Nacional de España. A partir de este caso, hablamos con la directora de la Biblioteca Nacional de Colombia, que habló sobre las medidas de protección para el patrimonio que allí se resguarda.
Samuel Sosa Velandia
“La lluvia no da tregua en Madrid: 100% de probabilidad de precipitaciones”. Ese fue el pronóstico del clima para el 17 de octubre en la capital de España. Aunque días antes había llovido, ese miércoles el agua hizo estragos y generó reclamos. En horas de la tarde, una de las plantas de la Biblioteca Nacional se inundó.
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“La lluvia no da tregua en Madrid: 100% de probabilidad de precipitaciones”. Ese fue el pronóstico del clima para el 17 de octubre en la capital de España. Aunque días antes había llovido, ese miércoles el agua hizo estragos y generó reclamos. En horas de la tarde, una de las plantas de la Biblioteca Nacional se inundó.
En un video que circuló por varios medios locales y por redes sociales, se vio cómo el agua cubrió una parte del piso 12 de la biblioteca, que abrió sus puertas el 1 de marzo de 1972. Óscar Arroyo, director del recinto, señaló que la lluvia cayó aproximadamente durante una hora hasta que se percataron del problema y responsabilizó a la empresa a cargo de unas obras que se estaban desarrollando desde hace meses.
Arroyo dijo a El País que los operarios abrieron una bajante y se filtró el agua. “Posteriormente, se taponó y ya no ha vuelto a haber problemas, aunque ha llovido. Eso sí, vamos a pedir explicaciones a la empresa responsable por lo sucedido”, aseguró.
La planta en la que se presentó la inundación funciona como un depósito general, donde se resguardan textos del siglo XX. Algunos de ellos se dañaron y funcionarios de la biblioteca aseguraron que también hubo estragos en el piso 11, y que no había sido la primera vez que las precipitaciones causaban inundaciones. Emilio Murcia, representante de las Comisiones Obreras, detalló que desde hace tres meses las goteras llevaron al cierre de la sala general, por lo que algunos equipos tuvieron que cubrirse con plásticos. Además, han denunciado los riesgos que esto ha representado para los trabajadores.
Lo sucedido ha desatado críticas contra el Ministerio de Cultura y el gobierno, encabezado por Pedro Sánchez. Figuras del mundo artístico y cultural firmaron un manifiesto en el que expresaron su descontento con el manejo y la falta de protección del patrimonio.
“La BNE está por encima de todos los partidos, representa a todas las Españas y a toda la Hispanidad. Sus colecciones son únicas. Los poderes públicos deben protegerla. Es una obligación legal y un deber moral”, reza la misiva que incluye la firma del escritor e historiador Luis Español, quien habló para El Espectador.
Español reconoció que este suceso desentrañó una necesidad que no ha sido atendida. “La situación actual es intolerable. La inundación ha hecho que se perciban realidades que antes permanecían ocultas. Por ejemplo, los periodistas de ABC, Bruno Pardo y Jaime G. Mora, los primeros en hacerse eco, han desempolvado artículos anteriores que hablaban de otras goteras y de otros problemas”.
Las problemáticas que señala el escritor están relacionadas con los atrasos y las demoras que se han presentado para avanzar con las obras de emergencia que se aprobaron luego de la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos), que tuvo lugar en 2023 y produjo daños en la Biblioteca Nacional. Para estas reparaciones, el Consejo de Ministros aprobó un presupuesto de 1,9 millones de euros y un plazo de ejecución de once meses. De acuerdo con el periodista Jaime Mora, “el Ministerio de Cultura tardó cuatro meses en poner en marcha unas obras de emergencia que los expertos -y la exdirectora de la BNE- consideraron urgentes desde el primer día”.
La respuesta del Gobierno español
El 21 de octubre, Ernest Urtasun, ministro de Cultura, pidió “tranquilidad” por las inundaciones y aseveró que estaban trabajando en un protocolo para proteger los fondos y evitar filtraciones. “Me hago absolutamente cargo de la preocupación que ha levantado esta cuestión alrededor de las filtraciones en la Biblioteca Nacional. Quiero dar un mensaje de tranquilidad: estamos actuando desde el primer minuto que llegamos y estamos viendo si tenemos que ampliar el alcance de las actuaciones”, sostuvo en declaraciones a varios medios. Sin embargo, culpó al anterior gabinete por el mal estado de las instalaciones.
“Cuando llegamos al Ministerio de Cultura, encontramos toda una serie de desperfectos en la cubierta. Hemos estado actuando con celeridad desde el primer momento. Hemos invertido ya más de dos millones de euros en distintas actuaciones”, agregó.
Para Luis Español, los pronunciamientos del líder de la cartera son desafortunados y declaró que seguirán al tanto de las acciones que se ejecuten, pues “no se trata de un asunto de tinte político, sino de resguardo y defensa del patrimonio bibliográfico”. “Dado que anuncian más lluvias, ¿quién puede quedarse tranquilo? Los políticos son profesionales en decir lo que creen que deben decir y lo que creen que nos gusta escuchar. Como todos los firmantes, celebraré que se adopten todas las medidas necesarias. Pero no vamos a dejar de reunir firmas ni de sumar voluntades. No tengo nada contra este ministro, ni contra los anteriores, ni contra los que vengan después. El manifiesto que hemos redactado es totalmente apolítico”, expresó.
El texto en cuestión ya suma más de 200 firmantes, entre los que se encuentran personalidades de todo el entramado cultural. Esto se ha tomado como una movilización por la cultura, el patrimonio y la memoria, pues, como exaltó Español, en la Biblioteca Nacional se erige la historia y la identidad de la nación. “La sangre de nuestra cultura es la tinta de todos esos libros. Son 35 millones de documentos, que la mayoría no son libros, sino periódicos, grabados, fotografías, partituras, grabaciones... Se trata, sin ninguna duda, del buque insignia de la cultura hispánica”.
Este 22 de octubre se dio a conocer que un centenar de libros que sufrieron daños se enviaron a conservación para su secado y restauración, según informó Emilio Murcia. Por su parte, Javier Figueroa, vocero de la Unión General de Trabajadores, afirmó que no se les puede quitar valor a estos manuscritos por ser del siglo pasado. Incluso, encontró que ahí reside su virtud: “Es una pérdida de patrimonio, con independencia de la edad que tenga el libro”.
La Biblioteca Nacional, pero de Colombia
Adriana Martínez, directora de la Biblioteca Nacional de Colombia, explicó cuál sería el escenario y las posibilidades si el agua, u otro factor como el fuego o “el hombre”, llegase a afectar alguna instalación del recinto. De acuerdo con la funcionaria, gracias a los bibliotecarios, tutores y promotores de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas - RNBP y el Plan LEO, así como de las acciones de asistencia y formación en territorio por parte de servidores públicos de la Biblioteca Nacional de Colombia - BNC, se ha logrado identificar la exposición a estos riesgos, de los que no han estado exentos.
Martínez contó que, en noviembre de 2022, la Biblioteca Nacional de Colombia enfrentó una crisis debido a filtraciones de agua en los sótanos donde se almacenaban ejemplares de la prensa nacional. Y aunque la situación no ha sido resuelta, “está en proceso”. Esta emergencia fue causada por varios factores que se remontan a una década atrás, tales como las obras de Transmilenio en la Calle 26, el deterioro de los materiales en los sistemas de bajantes y tuberías del edificio patrimonial, construido entre 1933 y 1938, así como el aumento en el caudal de lluvias y la expansión de edificaciones en el área.
“En el momento de la emergencia se activó el plan de gestión de riesgos de desastres, que involucró mover la colección a un espacio alquilado, así como manejar y controlar las condiciones ambientales, acciones que se hacen de forma permanente en todo el edificio, pero que, en esta ocasión, también incluyeron el control de microorganismos e insectos después de la inundación. Por último, se hicieron estudios del lugar afectado a través de una consultoría técnica realizada a través del grupo de Infraestructura del Ministerio de las Culturas, las Artes y los Saberes”, detalló.
En la Biblioteca Nacional de Colombia se aloja una colección de 3.650.000 ejemplares, que aumentan anualmente en, aproximadamente, 60.000. Sobre las afectaciones que pueden sufrir los libros y las medidas que los amparan, dijo que para la Biblioteca Nacional, al ser una Unidad Administrativa Especial del Ministerio de las Culturas, hay una póliza global que protege los bienes de la institución. No obstante, fue enfática en que “ninguna póliza devuelve ni recupera la integridad de documentos únicos y valiosos, como los que se conservan en las bibliotecas nacionales como la nuestra”.
De igual manera, la directora se refirió a que la hoja de ruta es fundamental para las instituciones que se dedican a la protección del patrimonio cultural. En el caso de la Biblioteca Nacional de Colombia, esta guía se encuentra en su Política de Preservación, la cual enfatiza la gestión de riesgos frente a desastres y emergencias, además de la conservación preventiva.
“La Biblioteca Nacional ha desarrollado contenidos como el ABC para la gestión de riesgos en bibliotecas, la Cartilla básica para la gestión del riesgo o la publicación sobre Gestión de riesgos en bibliotecas. También ha incluido este tema en el curso de Conservación de colecciones disponible de forma gratuita a través de su Aula virtual”, contó. Y sumó que en la edificación se hace una revisión permanente de las instalaciones a través de visitas técnicas del equipo de profesionales y técnicos del Centro de Conservación, quienes están entrenados para detectar amenazas o factores de riesgo.
Asimismo, indicó que todo el año se realizan monitoreos de condiciones ambientales: temperatura, iluminación, polvo y biocontaminación. “Si se encuentran en rangos o niveles no aceptables para la conservación de las colecciones o la salud de las personas que habitan el edificio, se adelantan procesos de control, como saneamientos”, expuso.