Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Cada año fuimos agregando partidos a la lista de ofertas: de España, de Inglaterra, de Italia; después, de Brasil, de Francia, de México; y la lista se haría
interminable si consultamos alguna página de internet. Era necesario. Qué hubiera pasado si no.
Adrián Adrover.
Recientemente, se me acercó un estudiante de Comunicación Social para hacerme esta pregunta que se convirtió en tema de una de sus clases.
Realmente no me la había formulado y, en consecuencia, respondí lo que primero se vino a la mente. Después de ello, volví a la pregunta y quiero compartir con los lectores algunas posibles respuestas que se podrían ampliar con más detalle en otros espacios académicos.
Le sugerimos leer: Francia Márquez inauguró la Feria del Libro de Cuba
Pensé que era oportuno hacer una primera consideración: para responder a esta pregunta es preciso aclarar a qué se refiere la palabra “popular”. Al término le caben, mínimo, dos acepciones. Popular por hacer parte de las clases sociales más pobres de la sociedad, a pesar de que nació, como lo conocemos hoy, como un deporte de las élites inglesas. O popular porque se convirtió en uno de los primeros deportes que se universalizó.
En la primera acepción, el fútbol se popularizó por tratarse de un deporte barato que no requiere condiciones específicas para su práctica. En la segunda acepción, se pueden nombrar algunos aspectos que sirven como acicate para la reflexión en cada uno de los ámbitos señalados.
Veamos los siguientes aspectos que intentan responder a tal pregunta. El fútbol es antinatural porque es el único deporte que se juega con los pies y los deportes que implican una pelota o un balón, se practican con las manos (balonmano, voleibol, béisbol, basquetbol, por ejemplo). Otro aspecto que ha incidido en la popularidad del fútbol es el que se refiere a los medios masivos de comunicación. Como el fútbol se universalizó, los medios se encargaron de ponerlo en el primer plano de los deportes.
Podría interesarle leer: Es cuestión de perspectiva y salsa: a través del lente de César Balcázar
La programación o parrilla de los que se dedican al deporte, aluden al fútbol en un 90% y, el otro 10% está asignado a los demás deportes. Radio, prensa, televisión y ahora con internet, se ha hecho más evidente. Los medios de comunicación han convertido al fútbol en un negocio paralelo (narradores, comentaristas, estadígrafos, analistas arbitrales, lectores de cuñas, camarógrafos, líderes de las barras, entre otros).
Hay deportes que no alcanzan a tener narradores ni comentaristas. Aparecen cuando se trata de una noticia extraordinaria. Hay otros que han ingresado a los Juegos Olímpicos, pero no tienen “la popularidad” que tiene el fútbol. El fútbol se ha convertido en un foco de estudios y análisis sobre el origen e injerencias de las barras bravas. Las ciencias humanas, como la sociología, la antropología y la psicología, se han fijado en este tema para explicar fenómenos como la violencia en los estadios. Acontecimiento que no hace presencia en otros deportes, es decir, no hay razones para pensar en barras bravas en rugby, ultimate, voleibol, natación o tiro con arco. El fútbol se popularizó como ningún otro deporte en el mundo por su enigmática magia.
Si le interesa seguir leyendo sobre El Magazín Cultural, puede ingresar aquí 🎭🎨🎻📚📖