Tiempos de crisis para los recursos de la cultura de Medellín
El panorama de los recursos públicos para la cultura en Medellín es complejo. Además del déficit presupuestario de la secretaria de Cultura, este 14 de febrero el alcalde Federico Gutiérrez pidió la renuncia de Manuel Córdoba, el administrativo a cargo de esa cartera, quien habló para El Espectador un día antes de dejar su puesto y nos contó las acciones que estaba ejecutando para hacerle frente a la crisis.
Samuel Sosa Velandia
Medellín, la ciudad que ha sido considerada como uno de los epicentros culturales del país, hoy atraviesa una crisis que tiene en vilo a un gran porcentaje del entramado cultural, pues además del pliego entregado por la Secretaría de Cultura Ciudadana, en el que se reporta un déficit presupuestario de $83.912.900.000 que afectaría el desarrollo y ejecución de escenarios e iniciativas insignias de la capital de Antioquia, este miércoles 14 de febrero, el alcalde Federico Gutiérrez pidió la renuncia de Manuel Córdoba Jiménez, quien estaba a la cabeza de esa cartera, luego de que se conociera un video en el que el funcionario señalaba su desconocimiento frente asuntos fundamentales para el sector.
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Medellín, la ciudad que ha sido considerada como uno de los epicentros culturales del país, hoy atraviesa una crisis que tiene en vilo a un gran porcentaje del entramado cultural, pues además del pliego entregado por la Secretaría de Cultura Ciudadana, en el que se reporta un déficit presupuestario de $83.912.900.000 que afectaría el desarrollo y ejecución de escenarios e iniciativas insignias de la capital de Antioquia, este miércoles 14 de febrero, el alcalde Federico Gutiérrez pidió la renuncia de Manuel Córdoba Jiménez, quien estaba a la cabeza de esa cartera, luego de que se conociera un video en el que el funcionario señalaba su desconocimiento frente asuntos fundamentales para el sector.
En contexto: Manuel Córdoba renuncia a su cargo como secretario de cultura de Medellín.
“Yo sí puedo pecar en no saber qué es un registro, o una biblioteca, y no me da pena decirlo, pero en lo que no me puedo ´descachar´ es en la contratación”, estas fueron las palabras de Córdoba que quedaron grabadas y que desataron las críticas y los cuestionamientos sobre si este hombre, quien es abogado y tiene una maestría en Gobierno y Política Pública, era el más apto para estar en el cargo.
Tras la viralización de las declaraciones y los comentarios que pedían la renuncia de Córdoba, el alcalde Gutiérrez le solicitó dejar el puesto, el cual fue entregado de manera inmediata y asignado a Andrés Sarmiento Villamizar, quien es periodista y fue director de la Feria Internacional del Libro de Bogotá (FILBo) en 2022 y de la Feria Internacional del Libro de Cali en el año anterior. Por el momento, se desconoce si Sarmiento asumirá el cargo en propiedad o estará por determinado tiempo.
“Le he pedido la renuncia a Manuel Córdoba como secretario de Cultura. Siempre se debe estar a la altura del cargo que se ostenta. Cuando le ofrecí ser el secretario, le expresé la responsabilidad que sentía con el sector cultural de Medellín que viene tan aporreado”, comunicó el mandatario por medio de su cuenta de X.
Desde su nombramiento existieron dudas de si su perfil cumplía para atender las necesidades y pedidos del sector, pues en su hoja de vida no se evidencia experiencia en materia cultural. Sin embargo, “el apagafuegos” como lo llamó el periódico El Colombiano en una publicación, haciendo referencia a que llegaría a “apagar los incendios” que dejó el anterior secretario, Álvaro Narváez, quien renunció a menos de diez días de finalizar su periodo, luego de la polémica por desfalco de dineros del Festival Miradas 2023; dijo al mismo medio que a pesar de no tener una relación cercana con el entramado cultural de la ciudad, tenía claro que su compromiso sería propiciar una conversación con todos los actores del sector y accionar sobre las problemáticas que enfrenta.
“Puede ser una desventaja o una fortaleza. No hago parte de las castas de la cultura y de los procesos, pero sí de otras cosas que de manera natural hemos hecho y estoy completamente abierto a iniciar el diálogo con todos los sectores para movilizar la cultura, el entretenimiento y todas las artes para que la ciudad vuelva a florecer”, aseveró.
Según algunas fuentes, el secretario estaba cumpliendo con ese objetivo que se trazó. Por ejemplo, convocó a varios exsecretarios de la cartera para escuchar sus perspectivas y recomendaciones sobre el rumbo que debe tomar la entidad en medio de un panorama que resulta complicado. Jorge Melguizo, quien estuvo a cargo de la secretaria durante la administración de Sergio Fajardo y Alonso Salazar (2005-2009), fue unos de los invitados a esta reunión.
Minutos antes de conocerse la noticia de la renuncia de Córdoba, Melguizo habló para El Espectador y en ese momento señaló que las palabras dichas por el funcionario no resultaban nada alentadoras, pero manifestó que las críticas que estaba recibiendo le servirían de lección, sin saber que saldría del gabinete.
“Eso le servirá para no volver a cometer ese tipo de errores. No creo que vuelva a hacer alarde de que está en el cargo sin saber nada y, mucho menos, a justificarse en que por su cercanía con el alcalde puede decir todo eso, porque no está bien para ningún secretario, menos para el de Cultura”, comentó.
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Reglón seguido, se refirió a su gestión, que hoy llegó a su fin. “Este secretario ha estado reuniéndose y escuchando a mucha gente y eso es importante, pero tiene que ir más allá. Debe empezar a poner sobre la mesa cuáles van a ser sus reales compromisos presupuestales, programáticos y políticos. Ahí también vamos a ver las acciones del alcalde y el Consejo, en el que hoy tienen mayorías, para determinar si el proyecto cultural es fundamental y si van a recuperar la confianza perdida de todo un sector”.
Un día antes de dejar su puesto, Manuel Córdoba habló también para este diario y señaló que más que ser un “apagafuegos” se consideraba una “caja de herramientas”, ya que contaba con todas las aptitudes para reparar los daños causados por la anterior administración.
“Yo sé todo lo técnico y contractual. Ya hemos empezado a trabajar con las diferentes secretarías del conglomerado. Lo primero que estamos haciendo es planificar para no improvisar, porque así logramos ahorrar mucho dinero. Luego, nos enfocaremos en la contratación, que exista una correcta veeduría por parte de todo el sector cultural y de la misma población, para que los contratos que firmemos no se fraccionen en otros ´contratillos´, y se vaya perdiendo la plata”, aseguró.
También manifestó que su propósito era dignificar el quehacer de los artistas locales y cumplirles con los pagos. “Desde el minuto cero me senté a hacer rondas de trabajo, con las que concluimos que no hubo una asociación, sino un gran número de personas naturales que hicieron la contratación, lo que es una alerta. No queremos revictimizar a los artistas, por eso, nuestra prioridad fue el tema jurídico”. No obstante, los que eran sus objetivos y metas ahora serán responsabilidad de Sarmiento Villamizar, quien llega en uno de los panoramas más complejos de la corporación.
Sin conocimiento sobre el dinero
Gran parte de la ciudadanía y del sector político de Medellín se preguntan por las razones detrás del déficit presupuestario que se vería reflejado en el desarrollo y ejecución de eventos relevantes de la agenda cultural de la ciudad, como la Feria de las Flores, el Festival Altavoz o la Fiesta del Libro, y también hace que sea incierto el futuro de distintos programas y espacios de estímulo, promoción y aprendizaje de las artes y los saberes culturales.
Un documento que dio a conocer El Colombiano evidencia que al presupuesto estimado para la Feria de Flores, el Festival Altavoz y la Fiesta de Libro, le faltan $20.850.000.000, mientras que la Convocatoria de Estímulos tiene un hueco de $12.300.000.000 y el sistema de bibliotecas públicas de la ciudad tiene un vacío de $25.286.500.000.
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Sin embargo, la actual administración afirmó que los eventos se desarrollarán con total normalidad y que el apoyo del sector privado será fundamental para poder llevarlos a cabo. “Las cajas de compensación, los empresarios, Proantioquia nos han dado la mano. Esto no es nuevo, las ferias siempre han tenido aportes privados, pero lo importante es que estos sean administrados por la alcaldía”, dijo Córdoba, que hizo hincapié que ni la Feria de las Flores o cualquier otro evento de carácter público será privatizado.
“No vamos a privatizar nada. El año pasado no pusieron las famosas tribunas, supuestamente por democratizar la feria, pero la verdadera razón es que fue resultado de la desorganización, no fueron capaces de triangularse con ese sector”.
Los problemas financieros no son un asunto reciente: estos problemas comenzaron el año pasado. El recorte fue uno de los más severos en los últimos diez años. De acuerdo con Melguizo, el presupuesto que manejó cuando fue secretario (hace 15 años) fue similar al que tuvo la cartera el año pasado.
“Nosotros llegamos a manejar el 5% del presupuesto municipal para cultura. Hoy es menos del 2%, el año pasado fue menos de eso. La secretaría de Cultura debería tener unos 400 mil millones de pesos cada año, para que fuera del 3% del presupuesto municipal”. Ese porcentaje que plantea Melguizo es igual al que Federico Gutiérrez prometió el 27 de diciembre de 2023, mismo día que anunció que Manuel Córdoba asumiría el cargo.
En la búsqueda por la respuesta de aquella pregunta por el paradero del dinero, también estuvo Daniel Duque, quien fue concejal por Alianza Verde durante el periodo de Daniel Quintero. Según indicó el cabildante, nunca hubo hallazgos.
“Nosotros le preguntábamos por el paradero del dinero y por las razones que querían reducir el presupuesto y siempre la administración estratégicamente escogía cuáles preguntas quería responder y decía que las que no había contestado, las enviaba por escrito, pero nunca llegaban. Entonces, presentábamos tutelas y derechos de petición, pero yo me cansé. Nunca decían nada”, detalló Duque, quien además afirmó que Quintero construyó una narrativa en la que afirmaba que el Concejo nunca le aprobaba nada y que estaban en contra de la cultura. Pero el concejal dice que siempre todo fue resultado de las malas prácticas de dicha administración.
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“Ellos presentaron en el 2022 de manera extemporánea el presupuesto del siguiente año y como lo entregó fuera de los plazos, los abogados de carrera administrativa del consejo nos dijeron que no podíamos debatir porque llegó de manera irreglamentaria, y que si votábamos eso, incurriríamos en un problema. Al final, el alcalde aprobó el presupuesto por decreto y cuando lo hizo, resultó diciendo que los concejales no apoyábamos el desarrollo de Medellín”, agregó.
Quien sí dio algunas pistas sobre el destino del dinero fue Córdoba, quien comentó que durante la auditoria forense, que finalizó la semana pasada, se encontraron irregularidades en la asignación de recursos para la ejecución de algunos proyectos que quedaron en proceso. “Encontramos que mucha gente se iba para Santa Marta con unos presupuestos espectaculares y de plata que era pública”. No obstante, aun no hay claridad acerca de dónde están los recursos para la cultura de la capítal del departamento de Antioquia.
Para Melguizo, además del mal manejo de los recursos, otras de las razones por la que hoy la cultura de Medellín atraviesa un díficil momento es porque nunca existió un proyecto cultural que priorizara al entramado.
“El proyecto cultural de la alcaldía en el periodo pasado no era un plan de la Secretaría de Cultura, sino un deseo del alcalde y su esposa, Adriana Osorio. Algo muy megalomaníaco y con una intención de figuración por sobre el sentido social y sin total conocimiento del valor de la cultura para la sociedad. Y es que el proyecto cultural no es solo de la cartera de Cultura Ciudadana, es de un departamento y de una nación. Entonces, la pregunta es, ya que pasamos por ese pésimo momento de una gestión centrada en los personalismos de Daniel Quintero y su esposa, quien fue la real secretaria de Cultura de Medellín, ¿cuál es el proyecto cultural de Federico Gutiérrez?”.
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