“Priscilla”: la realidad detrás de un cuento de hadas
Sofía Coppola narra la historia de la joven Priscilla Presley, quien se enamora de Elvis, el “Rey del Rock n’ Roll”. La historia contiene detalles íntimos sobre su relación. La película ya se estrenó en salas de cine de Colombia.
Sarah Gutiérrez
El retrato de un amor adolescente es lo que el público encontrará en la nueva entrega de Sofia Coppola junto a la productora A24: Priscilla, la historia detrás de una de las parejas más destacadas de la cultura pop estadounidense de los años 60.
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El retrato de un amor adolescente es lo que el público encontrará en la nueva entrega de Sofia Coppola junto a la productora A24: Priscilla, la historia detrás de una de las parejas más destacadas de la cultura pop estadounidense de los años 60.
Inspirada en el libro Elvis y yo, Coppola, quien se caracteriza por dar protagonismo a la mirada femenina en sus películas, le propuso a Priscilla Beaulieu Presley realizar la adaptación de su autobiografía, que publicó en 1985 en coautoría con la escritora estadounidense Sandra Harmon.
“Me llamaste (Sofia Coppola) y me contaste lo que querías hacer, y no podía decir que no. Tú y toda tu familia son tan talentosas. Sabía que contarías bien esta historia”, le dijo Beaulieu a la cineasta durante una entrevista para The Hollywood Reporter.
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A partir del texto, y revisando el archivo familiar, la directora ganadora del Óscar tenía claro cuál era su objetivo: ser tan fiel a la historia como fuera posible. La estadounidense Cailee Spaeny y el australiano Jacob Elordi fueron los indicados para llevar los roles principales, teniendo como uno de sus grandes retos representar la vida privada de la pareja detrás de las cámaras y refugiados en Graceland, la mansión/museo donde vivió y falleció Elvis Presley.
El filme fue estrenado en exclusiva para festivales en septiembre, pero desde ayer, jueves 4 de enero, se encuentra disponible en todas las salas de cine del país. Su paso por eventos de renombre, como la Mostra de Venecia, le otorgó a Spaeny, de 25 años, la Copa Volpi como mejor actriz, y es una de las favoritas para ganar en esta categoría en los Globo de Oro y para ser nominada en los premios Óscar.
“Hicimos un buen trabajo junto a Cailee y Jacob, disfruté estar en el set con ellos y verlos juntos”, comentó la directora en una rueda de prensa a la que asistió El Espectador. Agregó que conoció a los intérpretes por separado hasta que se reunieron en pruebas de vestuario y maquillaje. “Al verlos pude sentir que se podían transformar en estos personajes tan famosos. Cada uno le brindó la humanidad que en varias ocasiones olvidamos que podían tener”.
Muchas de las producciones en las que Coppola se ha desempeñado como directora y guionista, Lost in Traslation (2003), Las vírgenes suicidas (1999) y María Antonieta (2006), se han destacado por la perspectiva femenina que brinda la realizadora a sus personajes principales, donde se enfoca en demostrar las dificultades “universales” que pueden atravesar las niñas y jóvenes adultas en su camino descurbiéndose a sí mismas.
“Me interesan las historias de las mujeres que atraviesan un cambio y que, gracias a este, encuentran su identidad. Estuve realmente impresionada por su fortaleza y cómo se convirtió en una mujer independiente al final, que es algo con lo que la mayoría de los personajes suelen tener conflicto, pero en el caso de Priscilla me pareció impresionante”, puntualizó la directora.
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La historia se ubica en Alemania a finales de la década de los 50, cuando Presley fue llamado a prestar servicio militar en la población de Friedberg, donde la familia de Priscilla, quien tuvo un padre militar, había sido trasladado. Fue por amigos en común que se conocieron cuando ella tenía 14 años y él 24.
Las largas charlas y las atenciones fueron las que sentaron las bases de la relación. Al momento en el que Presley terminó su servicio retomó su carrera como artista en Estados Unidos. Se fue con la promesa de no olvidarla y llamarla “lo más pronto posible”, pero los meses pasaron y el teléfono se demoró más de lo esperado en sonar.
Ella lo veía ocasionalmente en revistas, junto a una que otra actriz que protagonizaba sus diferentes proyectos cinematográficos. El reencuentro se dio un año después, cuando el cantante la llamó y la invitó a mudarse a Graceland junto a él. Para ese momento Priscilla dejó Alemania a los 15 años y regresó a Norteamérica, con la condición de terminar la escuela antes de comprometerse.
“Utilicé otras narrativas como el maquillaje, el vestuario y la música para mostrar la transición por la que ella estaba atravesando, desde la primera vez que llegó a Graceland y cómo eso la hizo sentir; pensamientos con los que Priscilla fue muy descriptiva en el libro”, agregó Coppola.
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Justamente, el uso de vestuarios, peinados y maquillaje más extravagantes fueron elementos que marcaron la influencia que él tuvo sobre ella en las decisiones que tomaba en su vida. Asimismo, estas piezas fueron claves para darles a entender a los espectadores el momento en el que ella empezó a ejercer su autonomía e independencia.
“Siempre es fascinante ver cómo una mujer se convierte en lo que es a partir de tomar sus propias decisiones. Es como una montaña rusa de aventuras, en la que ella se enfrentó a ese mundo tan seductor”, dijo la autora del filme.
El rodaje de la película duró 30 días, el guion fue escrito por su directora y contó con la producción ejecutiva de Priscilla Presley, que mostró el lado más íntimo de su familia y dio los detalles de su experiencia como esposa de uno de los hombres más influyentes en la historia de la música.
“Trato de mantener la mente abierta a la hora de escoger la siguiente historia que voy a narrar, pero me siento atraída especialmente por la idea de la fama y estos ‘cuentos de hadas’: de lo que se supone que deben ser y lo que son en realidad. Creo que a todos nos interesa ver cómo las mujeres son capaces de superarse y cómo llegan a ser quienes son. Ese tipo de historias son las que me gustan”, concluyó Coppola.