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                                                                                                                                  Prólogo de “El proceso”, de Franz Kafka (Extractos literarios)

                                                                                                                                  A propósito de este 3 de julio, que se conmemoran 141 años del nacimiento de Franz Kafka, presentamos el prólogo de su obra, “El Proceso”, que fue escrito por el autor portugués Jose Saramago.

                                                                                                                                  José Saramago

                                                                                                                                  Franz Kafka (1883-1924) fue un escritor checo de lengua alemana. Su obra incluye novelas como "La metamorfosis", "El proceso" y "El castillo".
                                                                                                                                  Foto: William Niampira
                                                                                                                                  PUBLICIDAD

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                                                                                                                                  cosa que la bandera de Robinson

                                                                                                                                  en el punto más alto de la isla.

                                                                                                                                  - Franz Kafka

                                                                                                                                  Mijail Bajtin escribió en su Estética y Teoría de la Novela: «El objeto principal del género novelístico, ese que lo especifica, ese que crea su originalidad estilística, es el hombre que habla y su palabra». Difícilmente una aserción de ámbito general como es esta podría encontrar una expresión tan exacta como la que se aprecia en el caso humano y literario de Franz Kafka. Contrariando a ciertos teóricos que, no exentos de razón, se sublevan contra la tendencia «romántica» de buscar en la existencia de un escritor las señales de paso de lo vivido sobre lo escrito, lo que, supuestamente, sería la explicación definitiva de la obra, Kafka no esconde en ningún momento (y parece empeñarse en que se note) el cuadro de factores que determinaron su dramática vida de hombre y, consecuentemente, su trabajo de escritor: el conflicto con el padre, la falta de entendimiento con la comunidad judaica, la imposibilidad de dejar la vida de celibato por el matrimonio, la enfermedad. La obligada brevedad de este prólogo no me permite el análisis (que, ay de mí, sería siempre menos que sumario) de los tres últimos elementos y de su relación directa o indirecta con El proceso. Pienso, con todo, que el primer factor, es decir, el antagonismo nunca superado que opuso padre a hijo e hijo a padre, es lo que constituye la viga maestra de toda la obra kafkiana, derivando de ella como las ramas de un árbol derivan del tronco principal, el profundo desasosiego íntimo que lo condujo a la deriva metafísica, la visión de un mundo agonizando por el absurdo, la mistificación de la conciencia.

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                                                                                                                                  Read more!
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                                                                                                                                  Franz Kafka (1883-1924) fue un escritor checo de lengua alemana. Su obra incluye novelas como "La metamorfosis", "El proceso" y "El castillo".
                                                                                                                                  Foto: William Niampira
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                                                                                                                                  cosa que la bandera de Robinson

                                                                                                                                  en el punto más alto de la isla.

                                                                                                                                  - Franz Kafka

                                                                                                                                  Mijail Bajtin escribió en su Estética y Teoría de la Novela: «El objeto principal del género novelístico, ese que lo especifica, ese que crea su originalidad estilística, es el hombre que habla y su palabra». Difícilmente una aserción de ámbito general como es esta podría encontrar una expresión tan exacta como la que se aprecia en el caso humano y literario de Franz Kafka. Contrariando a ciertos teóricos que, no exentos de razón, se sublevan contra la tendencia «romántica» de buscar en la existencia de un escritor las señales de paso de lo vivido sobre lo escrito, lo que, supuestamente, sería la explicación definitiva de la obra, Kafka no esconde en ningún momento (y parece empeñarse en que se note) el cuadro de factores que determinaron su dramática vida de hombre y, consecuentemente, su trabajo de escritor: el conflicto con el padre, la falta de entendimiento con la comunidad judaica, la imposibilidad de dejar la vida de celibato por el matrimonio, la enfermedad. La obligada brevedad de este prólogo no me permite el análisis (que, ay de mí, sería siempre menos que sumario) de los tres últimos elementos y de su relación directa o indirecta con El proceso. Pienso, con todo, que el primer factor, es decir, el antagonismo nunca superado que opuso padre a hijo e hijo a padre, es lo que constituye la viga maestra de toda la obra kafkiana, derivando de ella como las ramas de un árbol derivan del tronco principal, el profundo desasosiego íntimo que lo condujo a la deriva metafísica, la visión de un mundo agonizando por el absurdo, la mistificación de la conciencia.

                                                                                                                                  Read more!
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                                                                                                                                  Por José Saramago

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