Félix Guattari y su teoría de la revolución molecular
A raíz de la polémica alrededor de la llamada “revolución molecular disipada”, expresión asociada al pensamiento de ultraderecha, explicaremos el origen y el verdadero significado de la revolución molecular, teoría pensada por Félix Guattari, filósofo francés, y que fue tergiversada por intelectuales afines al fascismo.
Andrés Osorio Guillott
Aunque no es la vía más deseada, llegar a la obra de un pensador por medio de la tergiversación o mal interpretación de sus conceptos nos puede llevar al descubrimiento de una idea que bien puede dejarnos algo para la vida y el sentido de la misma. A la filosofía de Guattari llegamos esta vez por la deformada expresión de la “revolución molecular disipada”, utilizada por pensadores de extrema derecha para plantear que las revoluciones empiezan por eso que llaman molecular y que se puede entender como detalles o acciones que suceden en la cotidianeidad.
Gánale la carrera a la desinformación NO TE QUEDES CON LAS GANAS DE LEER ESTE ARTÍCULO
¿Ya tienes una cuenta? Inicia sesión para continuar
Aunque no es la vía más deseada, llegar a la obra de un pensador por medio de la tergiversación o mal interpretación de sus conceptos nos puede llevar al descubrimiento de una idea que bien puede dejarnos algo para la vida y el sentido de la misma. A la filosofía de Guattari llegamos esta vez por la deformada expresión de la “revolución molecular disipada”, utilizada por pensadores de extrema derecha para plantear que las revoluciones empiezan por eso que llaman molecular y que se puede entender como detalles o acciones que suceden en la cotidianeidad.
Bien lo dijo Richard Tamayo en entrevista para El Espectador: “Lo primero es que esto no tiene nada que ver con Guattari. Es importante decirlo porque, si bien se utiliza y se supone que hay unas fuentes teóricas y filosófica que hacen referencia a la revolución molecular, que es un concepto de Guattari, es completamente deformado y tratado de una manera paranoide, y en unas coordenadas de seguridad nacional que no tiene nada que ver con lo que Guattari desarrolló en su momento. De hecho, es por eso que el creador de la doctrina de la revolución molecular disipada le pone ese apellido de “disipada” para diferenciarla de Guattari porque, me imagino, cuando todo el mundo empezaba a buscar el término, se encontraba, obviamente, con lo dicho por Guattari y este señor Alexis López no podía propagarla como quería”.
Puede leer: Uribe, la revolución molecular disipada y la protesta como objetivo militar
Guattari es contemporáneo a filósofos como Michel Foucault. Esa corriente de pensamiento filosófico francés de mitad de siglo XX hacia adelante empieza a preguntarse por la incidencia de la política y de los sistemas reinantes en lo micro, más específicamente empiezan a repensar cómo las estructuras económicas y del poder empiezan por gestarse o transformarse desde el cuerpo, desde la subjetividad.
En el caso de Guattari, en su libro La revolución molecular, el autor habla de micropolítica y explica que: “Un concepto que me parece muy importante es el de micropolítica. Cualquier problema, sea individual o familiar, psicopatológico, caracterológico, psicosexual o esté relacionado con la delincuencia, nos remite siempre a apuestas micropolíticas inseparables de la problemática política a más grande escala. (…) Tenemos entonces un sistema que integra los problemas políticos a nivel del estado, y otro que integra problemas micropolíticos a nivel del individuo y de la familia. Debemos admitir que este último está dando, al menos en los países capitalistas desarrollados, muchos frutos, llegando, en un punto extremo, a una verdadera sumisión colectiva hacia el orden establecido. Esto significa que el capitalismo mundial integrado llegará a producir una suerte de fascismo mundial (como el que Orwell describe en 1984), en virtud de que este tipo de cosas no están en juego únicamente en los países capitalistas desarrollados ni únicamente a nivel de las fuerzas políticas tradicionales de dichos países. Muchos otros factores decisivos intervienen y crean contradicciones que hacen, según mi opinión, que la estrategia de la famosa Comisión Trilateral, la estrategia de reestructuración del capitalismo mundial integrado, vaya al fracaso pese a sus aparentes éxitos actuales. La primera de estas contradicciones es la de que, al lado de las luchas obreras en los países capitalistas desarrollados, aparecen nuevas luchas que generalmente son mal entendidas por el estado mayor de los partidos y los sindicatos. Estas luchas comprenden, entre otras muchas, las luchas de emancipación femenina, las de los desempleados; las de los jóvenes que rechazan el trabajo como lo conocen, por ejemplo, la de los jóvenes trabajadores italianos por un nuevo modo de vida; las luchas antinucleares y contra la contaminación ambiental; contra un cierto modelo centralista económico y cultural; las que surgen de regiones completamente anegadas ecológicamente, y las luchas de las “minorías” sexuales que culminan en la ilegalidad”.
Le puede interesar: María Cano y la necesidad de construir un mundo más humano
Es importante aclarar que Guattari no hablaba solo desde la filosofía, sino también desde el psicoanálisis. Pensadores como Sigmund Freud o Jacques Lacan fueron relevantes para la construcción de pensamiento del francés. Pero volviendo a la teoría, hablar de micropolítica era importante para entender que lo que propone es un estudio de varios niveles de comportamiento que empiezan desde la subjetividad, desde el cuerpo, hasta la incidencia de ese comportamiento en un nivel colectivo. En Cartografías del deseo, Guattari define a la revolución molecular “una actitud éticoanalítico-política (lo mismo se puede decir con respecto de «función de autonomía»)”. Y en el texto lo reafirma diciendo que: “Toda la cuestión está en el hecho de que si nos referimos únicamente a los fenómenos de la revolución molecular, podremos sin duda esforzarnos por transformar nuestra vida personal (por ejemplo, la relación con el cuerpo, el tiempo, la música, el cosmos, el sexo, el medio ambiente), y hasta organizarnos en grupos de convivencia para salir de los modelos dominantes. Todo eso me parece esencial para escapar a los sistemas modelizantes de la subjetividad capitalística”.
Guattari no habla de una revolución molecular pensada solamente para las minorías dentro de una sociedad, sino para toda la colectividad. En otras palabras, pero también para poner un ejemplo que aterrice su teoría, la llamada revolución molecular no solamente le sirve al feminismo, pero para este movimiento es importante entender este concepto en tanto que se planea una actitud desde lo personal, desde el cambio de hábitos en el hogar, en el reconocimiento del cuerpo y la libertad de la mujer y su subjetividad, pasando por su relación con su familia, su pareja y su entorno, hasta encontrar ya en el escenario político un discurso y un espacio para la equidad de género y la aceptación de su rol y su identidad.
Le recomendamos: “El cuento en México”, un ensayo de Carlos Monsiváis
¿Y el concepto del deseo? Para Guattari el capitalismo no solo es un asunto que moldea la economía, sino que también modela subjetividades. Y, de nuevo, para hablar de micropolítica y revolución molecular, el modelo reinante no es solamente una máquina de producción de mercancías como lo dijo Tamayo en El Espectador, sino que también produce deseo, y en palabras del francés, “Si intento plantear el problema del deseo como una formación colectiva es para poner en evidencia que el deseo no es forzosamente un asunto secreto o vergonzoso, como pretenden la psicología y la moral dominantes. El deseo atraviesa el campo social, tanto en prácticas inmediatas como en proyectos más ambiciosos. Para no confundir definiciones complicadas, propondría denominar deseo a todas las formas de voluntad de vivir, de crear, de amar; a la voluntad de inventar otra sociedad, otra percepción del mundo, otros sistemas de valores”.
Así, el deseo no tiene que ver únicamente con una posible relación con lo sexual, sino con la constante búsqueda de, justamente, minorías o colectivos que desde la individualidad o subjetividad de sus integrantes añora un cambio en las dinámicas, en el sistema que impera y que creen que debe mutar para el bienestar y la realización de otro modelo de vida.