Lectura temprana: sobre la urgencia del contacto con los libros en la niñez
A propositio de la campaña “Quiero entender” que lanzó la Fundación Aprender a Quererte, en alianza con UNICEF, contamos la historia de esta propuesta que promueve la lectura temprana, busca generar conciencia y movilizar voluntades para mitigar la crisis del aprendizaje de la niñez en Colombia.
Después del habla, una de las primeras cosas que se aprende de niño, es la lectura. Es una llave que permite entrar en muchos mundos. El lugar infinito de los libros muestra las diversas formas de entender la condición humana y la curiosidad que despierta cada lectura es un impulso para adentrarse en el conocimiento.
Algunos expertos señalan que el desarrollo de esta habilidad en la niñez temprana permite que los procesos cognitivos de aprendizaje posteriores sean más efectivos. Sin embargo, en lugares donde situaciones adversas como el conflicto armado impiden que estos se lleven a cabo, aumentan el riesgo de que los niños y niñas no puedan acceder a su formación, lo que puede propiciar el incremento de la brecha social, que se traduce en una reducción de los niveles de calidad de vida.
Mundialmente se han establecido parámetros como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, que pretenden hacer un seguimiento para medir la calidad de vida de las personas, poniendo sobre la mesa los temas fundamentales para buscar un equilibrio social. Particularmente, el ODS número cuatro se centra en asegurar una educación inclusiva, equitativa y de calidad para todas las personas, desde la infancia hasta la adultez.
Las cifras presentan un panorama poco alentador. Tan solo en 2021, unos 57 millones de niños alrededor del mundo no tenían acceso a la educación formal. Esto se debe a diversos factores como el aislamiento geográfico, los niveles altos de pobreza, la ausencia del Estado e incluso las enfermedades, que pueden ser situaciones más globales e imprevistas como la pandemia también han provocado nuevos retos para asegurar el acceso a estas herramientas.
Aprendizaje temprano: una herramienta clave
La lectura en la primera infancia es un pilar fundamental para el desarrollo integral de los niños. Expertos de organizaciones como UNICEF han enfatizado que el aprendizaje temprano de la lectura no solo estimula la creatividad, sino que también establece las bases para el desarrollo cognitivo y emocional a lo largo de la vida. La literatura se convierte en una herramienta cultural que potencia habilidades básicas como la alfabetización, permitiendo a los niños comprender realidades complejas y diversas, lo que fortalece la cohesión social y contribuye al desarrollo cultural y educativo de la sociedad.
La lectura es un componente importante en los procesos educativos, los cuales, a largo plazo, no solo contribuyen al desarrollo individual sino colectivo. Según el Banco Mundial, la educación mejora las oportunidades laborales, los ingresos y el bienestar general. Es decir que, en una dimensión social, permite el fomento del crecimiento económico sostenible, impulsa la innovación y fortalece las instituciones, creando una sociedad más cohesiva, pues los procesos de reflexión y discusión permiten que se evalúen las formas en las que se lleva el curso de la sociedad. Sin embargo, aunque existen muchos esfuerzos para asegurar y promover el ingreso y permanencia en instituciones educativas, existen situaciones adversas que presentan nuevos desafíos para la enseñanza a nivel global.
La pandemia de COVID-19 agravó esta situación, pues cifras de la UNICEF, gran cantidad de niños tuvo dificultad para tener acceso a la educación, lo que lleva implica un aumento en las brechas para alcanzar niveles de calidad de vida equitativos en los diferentes territorios. Pero, por otra parte, la pandemia también abrió la puerta a entender nuevas formas de entender el sistema educativo, con las propuestas de educación virtuales, la posibilidad de conexión a distancias y de ampliar los recursos disponibles para abordar las áreas de aprendizaje.
Además, es importante considerar el panorama nacional, la geografía colombiana hace que sea compleja implementar modelos educativos, ya sea por el difícil acceso al territorio o por las condiciones climáticas extremas como en la selva amazónica o en el desierto de La Guajira, donde hay que pensar en modelos adaptados a esos entornos y a las poblaciones que los habitan. Investigaciones del Banco Mundial y la UNESCO sugieren que muchos niños en Colombia no alcanzan niveles adecuados de lectura y escritura antes de los 10 años, e incluso en algunas regiones, más del 89% de los niños no dominan estas habilidades básicas a esa edad.
Existen varias propuestas que tienen el propósito de hacer frente a esta situación, de hecho, recientemente, a inicios de 2024, Liliana Gamboa, quien es oficial de educación para UNICEF, se encontró con Juan Pablo Aristizábal, quien está a la cabeza de la Fundación Aprender a Quererte. Entre sus charlas, se dieron cuenta que ambos estaban en búsqueda de una apuesta que pueda hacer frente a la crisis de educación que afronta Colombia, y entre sus propuestas encontraron un camino que compartía un objetivo común: asegurar que todos los niños aprendan a leer, escribir y comprender la lectura antes de cumplir 10 años, así nació “Quiero entender”.
La Campaña “Quiero entender”
Esta propuesta reúne los matices de la problemática y se centra en promover la alfabetización inicial entre los niños y niñas. El objetivo es juntar a diversas organizaciones interesadas en mejorar los métodos de enseñanza en el país, asegurando que sean basados en evidencia y efectivos. Con esta premisa inicial se inició un trabajo coordinado para implementar una iniciativa nueva.
La campaña se desarrolla en dos fases. Aristizábal contó que el primer paso consiste en una sensibilización que trata de crear conciencia sobre la crisis de aprendizaje, introduciendo a la población y a los responsables de la educación sobre la importancia de este problema. Esto incluye involucrar a las secretarías de educación, que son claves para implementar cambios en las metodologías educativas. Luego, en la segunda fase de movilización, se busca juntar a las personas para que apoyen la adopción de métodos de enseñanza comprobados. Esto implica la recolección de datos y la identificación de prácticas más efectivas para mejorar los estándares de alfabetización en todo el país.
La entrada inicial de la campaña tuvo un movimiento estratégico, pues se lanzó durante los conciertos de Morat en Bogotá y Medellín, donde más de 120,000 personas participaron. Este evento fue un punto de partida para dar visibilidad a la iniciativa y generar interés entre los asistentes que conocieron de primera mano la iniciativa.
Uno de los puntos fuertes de la propuesta es el enfoque en las regiones, partiendo del análisis de las necesidades de un país con una alta proporción de diversidad y de desigualdades, se buscó una colaboración con secretarías de educación en áreas que requieren atención educativa urgente, como Riohacha y Maicao en La Guajira y Tumaco en Nariño, donde constantemente se registran episodios de violencia que impiden llevar a cabo los procesos educativos en la población infantil. Se busca que cada región adapte los métodos de enseñanza a su contexto local, promoviendo una mejora sostenible en la enseñanza de la lectura y la escritura desde las etapas iniciales.
Liliana Gamboa mencionó que, en experiencias anteriores, desde UNICEF pudieron evidenciar la eficacia de sus proyectos de cara a la enseñanza con la niñez. La oficial recordó un proceso que se llevó a cabo en el departamento de Bolívar, en esa ocasión se trabajó con la Secretaría de Educación para implementar el programa “Aprendamos Todos a Leer”. Con esa propuesta se buscó capacitar a los maestros en este programa educativo para acceder a los métodos de enseñanza que promueve UNICEF y buscar mejoras en la calidad educativa en la región.
En particular, recordó el trabajo en algunas zonas como la región de Montes de María en Bolívar, donde constantemente enfrentan desafíos debido a conflictos armados que han afectado la continuidad educativa por lo que se hace necesario buscar alternativas que permitan acceder al derecho fundamental de la educación. Además, mencionó otro caso llamado alfabetización comunitaria, implementada por UNICEF, que se enfocó en capacitar y apoyar a líderes comunitarios en áreas donde existen asentamientos humanos y poblaciones migrantes.
El resultado del proceso fue una organización de varios líderes que se encargan de forma autónoma, de buscar soluciones para atender las necesidades educativas de niños, niñas y jóvenes que enfrentan barreras para acceder a la educación formal, como la falta de documentación o habilidades básicas de lectura y escritura. Ellos se formaron y aprendieron las metodologías que luego replicaron en diferentes contextos.
En La Guajira se presentó un caso que ilustra cómo la implementación de proyectos educativos puede impactar sosteniblemente en las comunidades: una asesora pedagógica, que participaba en el programa junto a líderes locales, continuó ejerciendo su rol incluso después del fin del proyecto. Esto se debe a que adquirió habilidades y conocimientos durante las formaciones, lo que le permitió continuar su labor como docente de aula en un colegio en Riohacha.
Uno de los logros de este programa ha sido facilitar que muchos niños que estaban fuera del sistema educativo formal logren ingresar a la escuela. Este avance es importante, ya que la capacidad de leer y escribir es un requisito fundamental para el acceso y la permanencia en la educación primaria y secundaria. Actualmente, UNICEF tiene unos 81 líderes comunitarios nacionales involucrados en este programa de alfabetización comunitaria.
Sin embargo, antes de iniciar cualquier intervención en territorio, se llevan a cabo procesos de sensibilización y preparación con las comunidades locales. Esto para minimizar los riesgos de seguridad al entender el entorno y cómo navegarlo. Además, se establecen protocolos específicos como puntos de encuentro neutrales en áreas potencialmente conflictivas.
En el caso de “Quiero entender”, el objetivo principal de la campaña es generar un amplio debate y conciencia sobre la crisis de la alfabetización inicial en Colombia. Al involucrar a la comunidad en la promoción de la lectura y la escritura desde una edad temprana, se busca garantizar un futuro mejor para la niñez del país. La alfabetización no solo es fundamental para el desarrollo individual, sino que también es clave para el progreso social y económico de la nación.
Después del habla, una de las primeras cosas que se aprende de niño, es la lectura. Es una llave que permite entrar en muchos mundos. El lugar infinito de los libros muestra las diversas formas de entender la condición humana y la curiosidad que despierta cada lectura es un impulso para adentrarse en el conocimiento.
Algunos expertos señalan que el desarrollo de esta habilidad en la niñez temprana permite que los procesos cognitivos de aprendizaje posteriores sean más efectivos. Sin embargo, en lugares donde situaciones adversas como el conflicto armado impiden que estos se lleven a cabo, aumentan el riesgo de que los niños y niñas no puedan acceder a su formación, lo que puede propiciar el incremento de la brecha social, que se traduce en una reducción de los niveles de calidad de vida.
Mundialmente se han establecido parámetros como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, que pretenden hacer un seguimiento para medir la calidad de vida de las personas, poniendo sobre la mesa los temas fundamentales para buscar un equilibrio social. Particularmente, el ODS número cuatro se centra en asegurar una educación inclusiva, equitativa y de calidad para todas las personas, desde la infancia hasta la adultez.
Las cifras presentan un panorama poco alentador. Tan solo en 2021, unos 57 millones de niños alrededor del mundo no tenían acceso a la educación formal. Esto se debe a diversos factores como el aislamiento geográfico, los niveles altos de pobreza, la ausencia del Estado e incluso las enfermedades, que pueden ser situaciones más globales e imprevistas como la pandemia también han provocado nuevos retos para asegurar el acceso a estas herramientas.
Aprendizaje temprano: una herramienta clave
La lectura en la primera infancia es un pilar fundamental para el desarrollo integral de los niños. Expertos de organizaciones como UNICEF han enfatizado que el aprendizaje temprano de la lectura no solo estimula la creatividad, sino que también establece las bases para el desarrollo cognitivo y emocional a lo largo de la vida. La literatura se convierte en una herramienta cultural que potencia habilidades básicas como la alfabetización, permitiendo a los niños comprender realidades complejas y diversas, lo que fortalece la cohesión social y contribuye al desarrollo cultural y educativo de la sociedad.
La lectura es un componente importante en los procesos educativos, los cuales, a largo plazo, no solo contribuyen al desarrollo individual sino colectivo. Según el Banco Mundial, la educación mejora las oportunidades laborales, los ingresos y el bienestar general. Es decir que, en una dimensión social, permite el fomento del crecimiento económico sostenible, impulsa la innovación y fortalece las instituciones, creando una sociedad más cohesiva, pues los procesos de reflexión y discusión permiten que se evalúen las formas en las que se lleva el curso de la sociedad. Sin embargo, aunque existen muchos esfuerzos para asegurar y promover el ingreso y permanencia en instituciones educativas, existen situaciones adversas que presentan nuevos desafíos para la enseñanza a nivel global.
La pandemia de COVID-19 agravó esta situación, pues cifras de la UNICEF, gran cantidad de niños tuvo dificultad para tener acceso a la educación, lo que lleva implica un aumento en las brechas para alcanzar niveles de calidad de vida equitativos en los diferentes territorios. Pero, por otra parte, la pandemia también abrió la puerta a entender nuevas formas de entender el sistema educativo, con las propuestas de educación virtuales, la posibilidad de conexión a distancias y de ampliar los recursos disponibles para abordar las áreas de aprendizaje.
Además, es importante considerar el panorama nacional, la geografía colombiana hace que sea compleja implementar modelos educativos, ya sea por el difícil acceso al territorio o por las condiciones climáticas extremas como en la selva amazónica o en el desierto de La Guajira, donde hay que pensar en modelos adaptados a esos entornos y a las poblaciones que los habitan. Investigaciones del Banco Mundial y la UNESCO sugieren que muchos niños en Colombia no alcanzan niveles adecuados de lectura y escritura antes de los 10 años, e incluso en algunas regiones, más del 89% de los niños no dominan estas habilidades básicas a esa edad.
Existen varias propuestas que tienen el propósito de hacer frente a esta situación, de hecho, recientemente, a inicios de 2024, Liliana Gamboa, quien es oficial de educación para UNICEF, se encontró con Juan Pablo Aristizábal, quien está a la cabeza de la Fundación Aprender a Quererte. Entre sus charlas, se dieron cuenta que ambos estaban en búsqueda de una apuesta que pueda hacer frente a la crisis de educación que afronta Colombia, y entre sus propuestas encontraron un camino que compartía un objetivo común: asegurar que todos los niños aprendan a leer, escribir y comprender la lectura antes de cumplir 10 años, así nació “Quiero entender”.
La Campaña “Quiero entender”
Esta propuesta reúne los matices de la problemática y se centra en promover la alfabetización inicial entre los niños y niñas. El objetivo es juntar a diversas organizaciones interesadas en mejorar los métodos de enseñanza en el país, asegurando que sean basados en evidencia y efectivos. Con esta premisa inicial se inició un trabajo coordinado para implementar una iniciativa nueva.
La campaña se desarrolla en dos fases. Aristizábal contó que el primer paso consiste en una sensibilización que trata de crear conciencia sobre la crisis de aprendizaje, introduciendo a la población y a los responsables de la educación sobre la importancia de este problema. Esto incluye involucrar a las secretarías de educación, que son claves para implementar cambios en las metodologías educativas. Luego, en la segunda fase de movilización, se busca juntar a las personas para que apoyen la adopción de métodos de enseñanza comprobados. Esto implica la recolección de datos y la identificación de prácticas más efectivas para mejorar los estándares de alfabetización en todo el país.
La entrada inicial de la campaña tuvo un movimiento estratégico, pues se lanzó durante los conciertos de Morat en Bogotá y Medellín, donde más de 120,000 personas participaron. Este evento fue un punto de partida para dar visibilidad a la iniciativa y generar interés entre los asistentes que conocieron de primera mano la iniciativa.
Uno de los puntos fuertes de la propuesta es el enfoque en las regiones, partiendo del análisis de las necesidades de un país con una alta proporción de diversidad y de desigualdades, se buscó una colaboración con secretarías de educación en áreas que requieren atención educativa urgente, como Riohacha y Maicao en La Guajira y Tumaco en Nariño, donde constantemente se registran episodios de violencia que impiden llevar a cabo los procesos educativos en la población infantil. Se busca que cada región adapte los métodos de enseñanza a su contexto local, promoviendo una mejora sostenible en la enseñanza de la lectura y la escritura desde las etapas iniciales.
Liliana Gamboa mencionó que, en experiencias anteriores, desde UNICEF pudieron evidenciar la eficacia de sus proyectos de cara a la enseñanza con la niñez. La oficial recordó un proceso que se llevó a cabo en el departamento de Bolívar, en esa ocasión se trabajó con la Secretaría de Educación para implementar el programa “Aprendamos Todos a Leer”. Con esa propuesta se buscó capacitar a los maestros en este programa educativo para acceder a los métodos de enseñanza que promueve UNICEF y buscar mejoras en la calidad educativa en la región.
En particular, recordó el trabajo en algunas zonas como la región de Montes de María en Bolívar, donde constantemente enfrentan desafíos debido a conflictos armados que han afectado la continuidad educativa por lo que se hace necesario buscar alternativas que permitan acceder al derecho fundamental de la educación. Además, mencionó otro caso llamado alfabetización comunitaria, implementada por UNICEF, que se enfocó en capacitar y apoyar a líderes comunitarios en áreas donde existen asentamientos humanos y poblaciones migrantes.
El resultado del proceso fue una organización de varios líderes que se encargan de forma autónoma, de buscar soluciones para atender las necesidades educativas de niños, niñas y jóvenes que enfrentan barreras para acceder a la educación formal, como la falta de documentación o habilidades básicas de lectura y escritura. Ellos se formaron y aprendieron las metodologías que luego replicaron en diferentes contextos.
En La Guajira se presentó un caso que ilustra cómo la implementación de proyectos educativos puede impactar sosteniblemente en las comunidades: una asesora pedagógica, que participaba en el programa junto a líderes locales, continuó ejerciendo su rol incluso después del fin del proyecto. Esto se debe a que adquirió habilidades y conocimientos durante las formaciones, lo que le permitió continuar su labor como docente de aula en un colegio en Riohacha.
Uno de los logros de este programa ha sido facilitar que muchos niños que estaban fuera del sistema educativo formal logren ingresar a la escuela. Este avance es importante, ya que la capacidad de leer y escribir es un requisito fundamental para el acceso y la permanencia en la educación primaria y secundaria. Actualmente, UNICEF tiene unos 81 líderes comunitarios nacionales involucrados en este programa de alfabetización comunitaria.
Sin embargo, antes de iniciar cualquier intervención en territorio, se llevan a cabo procesos de sensibilización y preparación con las comunidades locales. Esto para minimizar los riesgos de seguridad al entender el entorno y cómo navegarlo. Además, se establecen protocolos específicos como puntos de encuentro neutrales en áreas potencialmente conflictivas.
En el caso de “Quiero entender”, el objetivo principal de la campaña es generar un amplio debate y conciencia sobre la crisis de la alfabetización inicial en Colombia. Al involucrar a la comunidad en la promoción de la lectura y la escritura desde una edad temprana, se busca garantizar un futuro mejor para la niñez del país. La alfabetización no solo es fundamental para el desarrollo individual, sino que también es clave para el progreso social y económico de la nación.