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A lo largo de 15 años, el festival ha sido un espacio dispuesto para el fomento del cine independiente, destacándose como uno de los encuentros de cine más importantes del país y uno de los más esperados a nivel latinoamericano.
Su apuesta por las nuevas tendencias e identidades del cine, no solo nacional, le ha permitido consolidarse como una plataforma para los nuevos cineastas y realizadores. El festival ha sido auténtico en su puesta en escena, así como pionero en muchos aspectos. Se ha arriesgado y ha sido inteligente, pero, sobre todo, independiente, lo que le ha permitido consolidar un sello único.
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En su catálogo se pueden encontrar producciones cinematográficas de distintas partes del mundo: Francia, Alemania, Rumania, Holanda, Irán, Turquía, Estados Unidos, Argentina, México, Colombia, etc. Cada propuesta, desde los cortos y documentales, hasta los largometrajes, ha exigido altas calidades para ser parte del festival, y esto se hace evidente al momento de ver la forma en que la gente aguarda la llegada de este evento.
Dicho sea de paso, fue el único festival que se realizó de manera presencial, en nuestro país, durante la época fuerte de la pandemia, permitiendo que el municipio de Villa De Leyva reactivara su sector económico y cultural. Gracias a su alianza con FONTUR fue posible pensar un espacio seguro para los asistentes en el que el cine fue la excusa perfecta para hacerle frente a la pandemia.
Para este 2021, se proyectan al aire libre más de 100 horas de cine de todo el mundo, producidos por algunos de los mejores exponentes de la industria creativa. “En este año tan especial, nos reunimos con más de 50 invitados que han construido nuestra historia. El Festival es una oportunidad para reunirse, conocer y reflexionar sobre las oportunidades y nuevos desafíos para el desarrollo de nuestra industria cinematográfica. Esperamos una asistencia de más de 15 mil espectadores”, comentó María Angélica Tovar, directora del festival.
Entre las cintas de la programación, se encuentran contenidos para todo el público: largos y cortos, ficción, documental, animación, cine infantil, cine Familiar, etc. Son contenidos provenientes de latitudes variadas y todos con registros únicos y diferentes. Se destaca la participación de dos largometrajes colombianos que fueron parte del Laboratorio de contenidos del festival y lograron convertirse en películas: El alma que quiere volar, de Diana Montenegro, y Salvador, de César Heredia.
Además de la oferta cinematográfica, el festival sigue disponiendo de sus espacios tradicionales: el festivalito, para los asistentes más pequeños; Sincro, para los interesados en los videoclips, y el Laboratorio de contenidos, en donde se evalúan propuestas de guiones para corto y largometrajes. La novedad para este año es el Karatoke, un escenario móvil pensado para llevar el cine a los distintos rincones del municipio. Y dicho esto, no está de más mencionar que todas las películas ofrecidas en el cartel estarán disponibles de manera gratuita en el canal de cineplaymax.com
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Quince días dura, entonces, la celebración de los 15 años del Festival de Cine Independiente de Villa De Leyva, posible gracias a la dirección de María Angélica Tovar y Phillipe van Hissenhoven, Cine Posible y FONTUR.
Una vez más, el cine llega para aliviarnos de la vida.