Raúl Berdonés : “Habrá una contracción en el mercado de la producción audiovisual”
Raúl Berdonés habló para El Espectador sobre Secuoya, organización dedicada a producir contenidos audiovisuales para países de habla hispana. Además de detallar su experiencia y visión sobre la industria audiovisual global, habló de sus relaciones con Colombia, una sector “sólido” que, en su opinión, tiene grandes garantías y respaldo gubernamental, además de riqueza de contenidos y trayectoria.
Laura Camila Arévalo Domínguez
Raúl Berdonés creció en un barrio “humilde” de la ciudad de Granada, al sur de España. “De clase trabajadora, pero humilde”: así describió la zona en la que creció y por la que ahora cree que, a pesar de su éxito como empresario, nunca ha abandonado los valores con los que fue criado. Estudió hasta los 13 años y, a partir de ese momento, comenzó su camino en la creación de contenidos. Hizo videos para bautizos, primeras comuniones y bodas. A esa edad, le propuso a un dirigente de su barrio, grabar charlas para transmitírselas a los vecinos. El alcalde vio a un niño con una cámara sencilla, sin mucho conocimiento, “pero con ganas”. Y aceptó. Berdonés decidió que no haría una carrera profesional porque, para él, la mejor universidad era la educación que le habían dado sus padres: respeto, humildad, educación, esfuerzo, admiración y dedicación.
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Raúl Berdonés creció en un barrio “humilde” de la ciudad de Granada, al sur de España. “De clase trabajadora, pero humilde”: así describió la zona en la que creció y por la que ahora cree que, a pesar de su éxito como empresario, nunca ha abandonado los valores con los que fue criado. Estudió hasta los 13 años y, a partir de ese momento, comenzó su camino en la creación de contenidos. Hizo videos para bautizos, primeras comuniones y bodas. A esa edad, le propuso a un dirigente de su barrio, grabar charlas para transmitírselas a los vecinos. El alcalde vio a un niño con una cámara sencilla, sin mucho conocimiento, “pero con ganas”. Y aceptó. Berdonés decidió que no haría una carrera profesional porque, para él, la mejor universidad era la educación que le habían dado sus padres: respeto, humildad, educación, esfuerzo, admiración y dedicación.
Con 17 años se fue a vivir a Madrid para trabajar de cámara en una empresa de servicios en la que se hacían retransmisiones de noticias y eventos deportivos. Con 20 años se convirtió en consejero delegado de la misma compañía y su ascenso no se detuvo. A los 27 años fundó Secuoya.
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Se dio cuenta de que quería producir contenidos porque se fascinó con la posibilidad de contar historias a su manera. Se convenció muy rápido de que la comunicación tenía un poder que él jamás subestimó y decidió dedicarse a eso.
Como no estudió, la gente ha intentado encasillarlo en algo parecido a un testimonio de que no es algo necesario para ser exitoso, pero cree que ahora hay que estar preparado para el nivel de crecimiento y evolución del mundo: “Jamás le aconsejaría a alguien no estudiar, todo lo contrario”, dijo, y agregó que su obsesión era dejar una gran universidad audiovisual pegada a la industria: “Creo que aún ocurre que la universidad no está muy ligada a lo que ocurre en la práctica. Cuando yo llegué a Madrid, este problema era muy común. Ahora menos, peor sigue existiendo una desconexión que hace difícil que la formación hable directamente con el mundo real”.
Es el mayor productor de noticias de España: más de 40 mil noticias audiovisuales al año. A todos los noticieros del país les prestan el servicio de redactores, cámaras, delegaciones, etc. La línea editorial la marca el canal.
Berdonés habló para El Espectador sobre su empresa y las relaciones que tiene con Colombia, una industria “sólida” que, en su opinión, tiene grandes garantías y respaldo gubernamental, además de riqueza de contenidos y trayectoria.
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¿Qué es Secuoya?
Un grupo empresarial que hace contenido de habla hispana. Se nos reconoce más como un estudio que produce, co produce, hace efectos especiales, etc. Es decir, estamos en toda la cadena de valor.
¿Qué tipo de contenidos?
De todo. Hacemos series propias, adaptaciones literarias y de series que se produjeron en el pasado, pero traídas al tiempo actual. Documentales, ficción. Y hacemos realities, por ejemplo. Nuestra presencia en todos los países de habla hispana son nuestra prioridad. Estamos presentes en Perú, Colombia, México, España, Chile, Panamá, Costa Rica, además de Miami y Los Ángeles.
¿Cómo nacen las ficciones que hace Secuoya? Cómo funciona ese proceso creativo...
En estructura, hay 1900 personas trabajando en Secoya en todo el mundo. Tenemos a creativos, guionistas, captadores de talentos y adaptaciones potenciales, etc. Una historia de una serie de ficción podría nacer de una conversación, así como la estamos teniendo ahora. También podría nacer de la lectura de un libro o de una idea que se le ocurra a un creativo que está pensando en tendencias. También podría nacer de la vida misma, de cosas que pasaron y podría darnos para reconstruir un caso.
¿Y cuántas hacen al año?
Para este 2023 y 2024, podríamos estar hablando de 16 proyectos, solamente de ficción. En cine, podríamos hablar de unas 14 películas y 20 documentales.
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Centrémonos un momento en usted: ¿por qué habla de la humildad como uno de sus valores tutelares en la vida?
Porque tienes que saber de qué careces para elegir a quiénes te rodearán y compartirán el éxito contigo.
¿Y de qué carece usted?
La tecnología me supera. Las redes sociales, la comunicación, etc. Cuando hablo con mis hijos de trece años, me quedo atrás. Hablando de Inteligencia Artifical, reconozco que me cuesta entenderla. Todo está avanzando muy rápido y mi mayor carencia es poder absorber todos los avances tecnológicos para involucrarlos en mi mundo, mientras estoy enfocado en mi empresa en el momento en el que más trabajadores hay.
Me imagino que hay gente en su empresa dedicándose a este tema...
Claro. Tenemos varias subgerencias generales, casi 20, para que cada uno sea lo mejor en lo suyo. Ahí está nuestra fortaleza. No eres el mejor en todo. Por eso debes rodearte bien y, además, confiar en los demás. No tenerle miedo a que haya personas mejores en campos relacionados con el tuyo, al contrario: hay que pegársele a los mejores.
¿A qué le atribuye la evolución de su empresa?
A que confío en mis decisiones. A qué a cada experto le doy la libertad para que se desarrolle en eso para lo que fue contratado. Confío en mis colaboradores y en su criterio para dirigir sus campos de experiencia.
Casi que tiene una suerte de soberanía en sus campos...
Todo el mundo contribuye al objetivo mayor: ser líderes en la producción de contenido de habla hispana en el mundo.
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¿Cómo cree que su recorrido por cada uno de los frentes de su negocio le ha ayudado a formar su empresa?
Saber cómo se hacen la gran mayoría de funciones de la empresa me da la posibilidad de hablarle a las personas de tú a tú. De la experiencia para interpretar los tiempos, el cómo se hace, la implicación que tiene, el esfuerzo, saber que las cosas no se hacen solas ni inmediatamente. El apasionado de la industria, y líder de la misma, tiene que ser un gran conocedor de su labor y su sector.
¿Cuál era su sueño cuando comenzó? Cuando llegó a Madrid a manejar una cámara...
Siempre soñé estar en el lugar de las historias. Mi objetivo siempre fue llegar a ser alguien en la producción y creo que ya lo conseguí. El único empresario de mi familia soy yo y me hace sentir absolutamente orgulloso de ella: me enseñaron que los valores de la vida son mucho más importantes que el dinero. Le doy a prioridad a muchos otros aspectos que no tienen que ver, absolutamente, con los números, pero que repercuten en las ganancias, por supuesto.
¿Cómo llegó Secuoya a Latinoamérica?
Nacimos en Madrid, en 2009. Tuvimos claro que si queríamos ser los más grandes productores de contenido en español, debíamos llegar a Latinoamérica. En 2012 comenzamos la internacionalización de la compañía. Así fue como aterrizamos en Colombia, desplegando todo nuestro portafolio de contenidos y servicios. Fue mucho más fácil entrar en la segunda opción, porque aún no éramos tan reconocidos como estudio, es decir, como productor de contenidos. Comenzamos a hacerlo poco a poco y, hoy por hoy, producimos ideas muy globales.
Como cuáles...
Como El zorro, que saldrá en Amazón prime, en enero. Es la adaptación original de la película que todos conocemos. Serán 10 capítulos que tuvieron el presupuesto más alto hasta el momento en la compañía: cuatro millones de dólares por capítulo. También es un logro la integración de latinos y españoles en el elenco.
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¿Cómo le va con la interculturalidad entre Colombia y España?
Es maravilloso porque la industria en Colombia está muy asentada: los gobiernos recientes han entendido la importancia del sector audiovisual en su economía. Es el único país en Latinoamérica que tiene incentivos fiscales para la producción audiovisual. Siempre se pueden hacer más cosas, claro, pero debo reconocer que ahora es muy promovida, especialmente en Colombia. En el mundo, la industria audiovisual mueve 170 mil millones de dólares a año, de los cuales 20 mil recaen en Latinoamérica. Es muy concentrado en México, Argentina y Brasil, pero en Colombia son 3 mil millones de dólares. Es mucho, aunque no solamente me gusta hablar del valor económico, sino también del valor indirecto que aporta la producción audiovisual.
¿Cuáles son esos otros valores?
Los culturales y de conectividad de territorio. Valores que no tienen que ver con el dinero, sino con la construcción de relaciones en territorios, de visibilidad del país y traspaso de culturas.
¿Qué están haciendo en Colombia?
Con Caracol, por ejemplo, estamos haciendo una serie maravillosa, una adaptación. No puedo dar muchos detalles, pero hemos estado en conversaciones con Dago García. De la que sí puedo hablar es de Crudo, que está basada en el naufragio de un petrolero (español) en el Pacífico colombiano.
Hay muchas empresas colombianas similares a Secuoya que están en ese proceso de encontrar la clave o el punto de equilibrio entre la producción, la sostenibilidad, la calidad, etc, ¿qué les diría?
Para mí, Colombia es uno de los países con más historia cinematográfica del mundo. Dynamo, CMO, entre muchas otras empresas, tienen unos alcances increíbles en términos de contenido, competitividad y calidad. Secuoya estudio ha decidido retener los derechos: nosotros hacemos nuestra serie, con todo lo que eso implica (concebirla, escribirla, preproducirla, producirla, postproducirla) y ventaneamos los derechos para venderla. La libertad creativa es del 100%, tiene más riesgos económicos, pero creo que es el futuro: somos dueños de nuestro contenido, decidimos qué adaptaciones se pueden hacer y, si es un éxito, todos tenemos un retorno... Ese camino, para mí, es el más recomendable.
Se habla de una sobreoferta y de una falta de audiencia para nuestro cine. Es decir, aquí no estamos viendo lo que nosotros hacemos, ¿tienen ese problema en España?
Pasamos del acceso al exceso. Creo que habrá una contracción del mercado de la producción audiovisual. Eventualmente, bajará el nivel en todos los países. No el nivel de inversión, pero sí habrá apuesta por hacer cosas más grandes. Es decir, concentración en calidad y no cantidad.