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¿Qué lo ha movido a narrar las historias del gremio de los lustrabotas en Bogotá?
Siempre he sostenido que nosotros como sociedad tenemos una amnesia disociativa. Es decir, nos acordamos de lo que pasó la semana pasada, pero no de lo que ocurrió hace 10 o 20 años. Los lustrabotas tuvieron mucha importancia en la construcción de lo social en Bogotá. Es un oficio que está desapareciendo, entonces rescatar esas memorias nos parece vital para disolver esa amnesia.
¿Por qué habla de una amnesia disociativa?
Porque mucha gente ha lustrado el calzado, pero en realidad no sabe de dónde vienen ellos, cuál es su oficio realmente y qué importancia social han tenido. En el relato popular existe la leyenda de que fueron ellos quienes detuvieron a Juan Roa Sierra cuando supuestamente asesinó a Jorge Eliécer Gaitán, aunque hay lustradores que cuentan otra versión. El lustrabotas fue un oficio muy importante hasta comienzos de los años 90, pero en el imaginario sigue siendo importante. Verbigracia, el personaje del lustrabotas impertinente que Jaime Garzón creó en 1999.
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¿De dónde viene el oficio del lustrabotas según su investigación?
La referencia más vieja que hemos encontrado es de 1884, pero se asume que pueden haber existido antes. El oficio de arreglar los zapatos en el hemisferio occidental nació entre 1635 y 1639. En ese momento las personas se limpiaban el calzado, no se lo lustraban. Estamos hablando de una sociedad sin pavimento, que se movía a caballo y a pie. Los primeros limpiadores de calzado aparecieron hacia 1750 en Inglaterra, era gente muy humilde que ofrecía el servicio de limpiar el calzado antes de que el gentil hombre o el noble entrara al palacio y, así, no le ensuciara las alfombras al rey. Luego los ingleses desarrollaron el betún en masa y con eso “ennegrecían” el calzado, porque por lo general las botas eran negras, de cuero curtido. Simultáneamente a la aparición del oficio del fabricante de calzado llegó quien le hacía el mantenimiento. Eso nos lleva a pensar que, como cualquier otro oficio, llegó aquí a finales del siglo XIX, pero en ese momento, ya en la sociedad americana, inglesa y en la mayoría de las europeas, era muy común.
Ahondemos en la importancia de los lustrabotas en la construcción social de Bogotá.
A medida que se llegó a un surgimiento de una clase media y una clase empresarial, empezó a aparecer el cuidado del calzado y las primeras fabricas de zapatos elaborados en Colombia. La más antigua de ellas es Zapatos La Corona, de 1906. Antes estos eran importados. El calzado era de una marca del estatus social, pues el resto de la sociedad iba descalza o en alpargatas, y eso se ve muy claro en las fotos de Melitón Rodríguez, el fotógrafo antioqueño. Él tiene una fotografía de 1889 donde aparece un caballero antioqueño y un muchacho descalzo lustrándole las botas. Era un oficio desempeñado más que todo por niños. Entonces, desde esa época, los lustrabotas estuvieron presentes en la calle bogotana y, a medida que la ciudad se fue guiando hacia el modelo europeo y norteamericano de desarrollo urbano, surgieron más lustradores. Ellos han construido tejido social porque era el oficio más sencillo al que podían incorporarse para conseguir su subsistencia.
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La otra referencia histórica del papel de los lustrabotas es de 1910, cuando se produjo la primera huelga del tranvía de Bogotá. Una foto del periódico El Gráfico muestra la imagen de un tranvía detenido en el boicot que hicieron los bogotanos para impedir el manejo del tranvía por parte de una compañía norteamericana. Está llena de lustrabotas que protestaron, y durante tres meses no hubo servicio de tranvía hasta que la compañía vendió sus acciones y se fundó el tranvía de Bogotá.
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