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El 28 de abril, Federico Mejía Guinand, director de Cinema Paraíso, anunciaba a través de un comunicado, compartido por medio de redes sociales, lo que parecía ser el cierre definitivo de aquella sala de cine a partir del 1 de mayo de 2023.
“Luego de 20 años de haber emprendido esta aventura, de hacer realidad un sueño que se llama Cinema Paraíso en este barrio de Usaquén, este fin de semana nuestros proyectores se apagarán”.
Sucedió lo que sentenció. Sus cuatro pantallas con proyección digital y sonido Dolby 7.1 se apagaron. Con aquel suceso, parecía que Bogotá había perdido un escenario que le abrió las puertas al cine independiente, como en un pasado lo hizo Cine Tonalá, que después de la pandemia también le tuvo que decir adiós a su clientela.
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En el caso de Cinema Paraíso, algunas de las palabras compartidas por Mejía en abril daban una luz de esperanza para aquellos que frecuentaron o al menos conocieron la existencia de sus salas. “Para nosotros también ha llegado la hora de iniciar otras búsquedas, otro espacio donde, seguramente la luz volverá a brillar con intensidad. Pronto les daremos noticias sobre nuestro proyecto. Este será el inicio de un nuevo futuro”.
Ese nuevo futuro estará a unos kilómetros de distancia de su pasado, de las calles de Usaquén, y se erigirá en la Zona G, en la calle 69# 6-20.
A partir del jueves 23 de noviembre, Cinema Paraíso reabrirá sus puertas. Desde ya se pueden adquirir sus boletas con un precio de reapertura: $20.000 de lunes a jueves y $28.000 viernes, sábados, domingos y festivos.
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